Por Juan Carlos Rincón, Londres @rincondecata
Eslovenia y Colombia fueron los dominadores y protagonistas permanentes de la edición 107 de la carrera y aunque las expectativas de repetir victoria en París no se cumplieron, los ‘escarabajos’ -incluso sin el podio- lograron una de las mejores actuaciones colectivas de su historia.
Nadie desconoce el surgimiento del joven portento y nuevo campeón del Tour, Tadej Pogacar, pero durante 20 días los ciclistas colombianos estuvieron permanentemente en el top 10 de la carrera más importante del mundo y llegaron a figurar cuatro de ellos entre los seis mejores de la general. Nunca, después de la segunda etapa, hubo ausencia de ciclistas colombianos en el top 10. Dos terminaron entre los mejores y se ganaron dos etapas. Un orgullo y una verdad para el futuro.
Probablemente la lección más interesante del atípico Tour de Francia 2020 es la confirmación del talento precoz que dominará una nueva era del ciclismo y continuará renovando el World Tour, necesitado con urgencia nuevas figuras que promuevan el perfil del deporte más difícil del mundo.
El ascenso fulgurante del debutante esloveno Tadej Pogacar, un fenómeno de 21 años que dominó el Tour y avasalló a sus rivales en la montaña, ganó tres etapas y contra todos los pronósticos venció a su compatriota y favorito Primoz Roglic, a un día del final en París, queda en los anales como una gesta épica y única. Es el segundo ciclista más joven en conquistar el Tour de Francia en 107 años de historia, 14 meses después del colombiano Egan Bernal, campeón en 2019, quien lo consiguió a los 22, edad a la que llega Tadej hoy lunes. Este dijo que no es amigo de celebraciones y que piensa en descansar, pero tiene el mundo del ciclismo a sus pies.
El talento de ambos, al igual que su camino para llegar tan pronto a la cima, es indudable. Serán junto al promisorio belga de 20 años Remco Evenepoel y probablemente el ruso Aleksandr Vlasov (24), el póker de ases del ciclismo en los próximos años. Los dos últimos aún no disputan una Gran Vuelta, pero el potencial mostrado les augura muchos triunfos. El Tour de Francia ya tiene a dos figuras que marcarán época, como lo hicieron en su momento Federer y Nadal en el tenis; pronto llegará un Djokovic y un Tsitsipas.
La carrera tuvo otro anuncio interesante y bienvenido: el regreso del ciclismo de ataque, empezando por el propio campeón que se mostró en todos los terrenos, no renunció a la ofensiva y, aunque por momentos pareció haber desperdiciado energía, la confianza y fortaleza de sus pedalazos fueron suficientes para vencer en el momento inesperado. Sus números de potencia son incluso superiores a los de Bernal.
Ambos ciclistas son talentos precoces, similares en su desarrollo y biotipo, pero diferentes en su estilo de correr. Egan es cerebral, no desperdicia esfuerzos, es más racional. Tadej es arrojo y explosividad. Lo había demostrado hace un año en su debut en la Vuelta a España, cuando ganó tres etapas, terminó tercero y fue el mejor de los jóvenes. Esa potencia la refrendó en el Tour con otros tres triunfos y todas las camisetas, excepto la verde de la regularidad. Son seis victorias en un año, Bernal aún no consigue la primera y su inesperado desfallecimiento ha sembrado dudas.
Tadej Pogacar es igualmente el primer debutante en 37 años que gana el Tour. El último había sido el francés Laurent Fignon en 1983, en su segundo año profesional, igual que Tadej. En 1982 había disputado el Giro d’Italia pero no fue podio sino 15°. El corredor, quien falleció de cáncer hace 10 años, ganó el Tour a los 22 años y 346 días; casi un año después que el esloveno. Eslovenia no existía aún como nación independiente (1991) y Francia desde hace 35 años no gana un Tour (Bernard Hinault, 1985). En medio de estas estadísticas, Eslovenia ha conseguido seis victorias de etapa y un Tour desde 2017, Colombia 22 triunfos parciales y un Tour, desde 1993.
Tecnificación del ciclismo
Otra lectura del Tour 2020 es el avanzado proceso de tecnificación ciclística, en el cual los equipos dominantes deportiva y tecnológicamente, son los holandeses Jumbo Visma y Sunweb y el británico Ineos.
Desde la forma de competir y manejar el ritmo de la carrera, hasta el avance mecánico con bicicletas a la médida, frenos de disco y material compuestos, las técnicas avanzadas de nutrición y ropa deportiva ultra-sofisticada, se vieron en el Tour y serán constante.
La escuadra dominante fue Jumbo Visma, un tren amarilló que dirigió la carrera a su antojo con gregarios de lujo designados para labores específicas con la mayor potencia y el menor gasto de energía. Pero su líder Primoz Roglic se descarriló en la penúltima etapa, al día siguiente de la expulsión del Tour del Director deportivo, Merijn Zeeman, por conducta antideportiva, intimidación e insultos a un comisario de la Unión Ciclística Internacional (UCI), durante el control técnico con Rayos X de su bicicleta, al finalizar la etapa 17 en el Col de la Loze, donde ganó el colombiano Miguel Angel “Supermán” López. Influyó ello en el desfallecimiento del esloveno.
A propósito del dominio de Jumbo-Visma, es un contrasentido que el equipo más dominante de la carrera, vencedor de tres etapas y con tres de sus pedalistas entre los 15 mejores del Tour (Roglic 2°, Dumoulin 7° y Sepp Kuss 15°), no sea el campeón entre las escuadras y los honores recaigan en Movistar, que no ganó etapa y apenas colocó a Enric Mas 5° y al veterano Alejandro Valverde 12°. Algo no cuadra.
En donde si influyó la ausencia de un gran director fue en la escuadra Ineos del excampeón Egan Bernal. La muerte inesperada de su cerebro en carrera, Nicolás Portal, de un ataque cardíaco a los 40 años en su casa en Andorra, fue un golpe muy fuerte. Las decisiones internas previas al Tour, al dejar fuera por bajo rendimiento a los excampeones Chris Froome y Geraint Thomas, no dejaron buen sabor. El llamado de emergencia de Richard Carapaz y Andrey Amador, no suplió totalmente esos vacíos. Y luego, en carrera, la escuadra perdió el primer día dos de sus fichas por caídas, Sivakov y Amador. Su recuperación fue insuficiente para las dos semanas siguientes. El desfallecimiento del campeón Bernal en la montaña, su terreno, es otra incógnita.
Con el retiro de Bernal antes de largarse la etapa reina, el cierre de Ineos, el equipo dominante desde 2012 (siete títulos en ocho años), era de tercera clase. Lo salvo en algo el triunfo de etapa y el 1-2 de Kwiatkowski y Carapaz, al día siguiente. Pero Ineos tendrá que completar la transición pronto y renovar sus métodos, porque el modelo dominante que impuso fue muy mejorado por el Jumbo, que desarrolló un ritmo infernal en los ascensos, en ocasiones con hasta seis de sus pedalistas.
La segunda escuadra holandesa World Tour, Sunweb, fue igualmente protagonista, ganando tres etapas con el suizo Marc Hirschi y el danés Soren Kragh Andersen. Aunque ninguno de sus ciclistas figuró entre los 50 primeros del Tour, la novedad técnica más interesante del Tour fueron los uniformes del Sunweb, elaborados con la fibra sintética Dyneema que reduce al máximo los riesgos de abrasiones y raspaduras de los ciclistas durante las caídas. Hirschi sufrió una y se recuperó mejor que otros pedalistas que habían caído en días anteriores. Es un compuesto desarrollado por una firma holandesa, 15 veces más fuerte que el acero, que flota en el agua y es suava como la seda.
Positivo balance colombiano
Cuando se ha vencido una vez y se espera continuar esa senda, los triunfalismos exagerados no son convenientes. Este año pintaba “con aroma colombiano” para repetir triunfo, pero no se dio. Sin embargo, el balance es muy positivo, así se esperara más.
Se ganaron dos etapas con el vencedor del Criterium da Dauphiné, Daniel Felipe Martínez, y Miguel Angel López, quien se consagró en la etapa reina con la cima más alta del Tour (Col de la Loze), igual que lo había hecho Bernal en 2019 en el Col de l’Iseran.
Más importante aún, por primera vez en la historia de 37 participaciones colombianas en el Tour hubo ciclistas nacionales en el top 10 desde la segunda etapa. Seis de ellos estuvieron allí en diferentes momentos hasta la llegada a París.
El retiro de Egan Bernal fue amargo, pero el tricolor colombiano estuvo en las dos clasificaciones más importantes (individual y mejor joven) durante el transcurso de la carrera. Al final hubo dos en el top 10 final: Miguel Angel López -debutaba en el Tour- fue sexto, y el veterano Rigoberto Urán, quien había estado a punto de abandonar el ciclismo tras su grave accidente en la Vuelta a España el año anterior, figuró en un meritorio octavo lugar. En 2019 había sido séptimo y con su llegada a París completó 16 Grandes Vueltas terminadas, tres de ellas en el podio y 8 en el top 10. ¡Chapeau¡
De los 10 pedalistas que largaron en Niza, ocho concluyeron y los retiros del campeón nacional de ruta, Sergio Higuita, y del campeón defensor Egan Bernal, fueron inevitables. El primero por la violencia de la caída y el diagnóstico prematuro de fractura de muñeca (luego se comprobó que no existía), y el segundo por un agotamiento físico inesperado y hasta ahora sin explicación por parte del equipo. Aunque es extraño y difícil de aceptar el retiro del campeón, era la respuesta pragmática para evitar un daño mayor, físico y de imagen. Y de ello conoce bastante el equipo Ineos (antes Sky), el más victorioso de la década.
En el podio estuvieron durante la carrera Egan Bernal, Rigoberto Urán y Miguel Angel López, mientras que Nairo Quintana estuvo en el top 10 hasta que por heridas y alergias causadas por ortigas durante una caída en la etapa 13, empezó a retrasarse. Con coraje y determinación, Nairo terminó 17°, pero mientras estuvo en plenitud de condiciones era uno de los favoritos y mostró excelente forma y ataque. Su preparación había sido óptima, pero el Tour fue injusto con él. Es la única Gran Vuelta que se le ha escapado a Quintana, quien similar a Urán ha disputado hasta hoy 15 Grandes Vueltas, venciendo en el Giro de Italia y la Vuelta, y se ha subido siete veces al podio y ha sido top 10 en 11 ocasiones. Volverá por la revancha en 2021, probablemente con un equipo reforzado y de nuevo motivado y feliz.
Largaron 10 y terminaron ocho, todos entre los 100 primeros de los 176 que partieron de Niza. Esteban Chaves fue el cuarto colombiano (23°) y Daniel Felipe Martínez 28°, ambos delante de uno de los grandes favoritos derrotados, el francés Thibaud Pinot (29°). Más atrás llegaron los gregarios, el debutante Hárold Tejada (45°), Wínner Anacona (66°) y Dáyer Quintana (95°) en su primer Tour.
El balance final es entonces muy positivo, aunque las expectativas iniciales eran altas. Al Tour van los mejores ciclistas del mundo, todos los que lo terminan son valientes, los triunfos son selectos y los campeones son unos pocos elegidos, cuando las circunstancias adecuadas se cumplen. Cada vez es más complejo y difícil triunfar. Peter Sagan, tres veces campeón mundial de ruta y siete veces ganador de la camiseta de los puntos de la regularidad, lo intentó de nuevo, pero no ganó etapa ni renovó su título. Los ciclos se van cumpliendo.
Pero el ciclismo colombiano, en constante renovación, seguirá siendo protagonista del Tour, con alegrías y derrotas. Este año volvimos a estar en la primera página, pero permanentemente y con una presentación que naciones con mayor prestigio como Francia, Bélgica e Italia, los mayores vencedores del Tour, no tuvieron. Gracias muchachos por un gran Tour.