Por Rufino Acosta
Otro de los jugadores de Colombia que por su capacidad de aguante, carácter y evolución futbolística, le ganó la batalla a las dudas y a la incomprensión, es el defensa Stefan Medina.
Fue convocado sin mayores antecedentes, salvo el paso por una selección Sub-17, para la escuadra mayor que disputaba las eliminatorias para Brasil 2014..
El técnico argentino José Pekerman le vio condiciones o recibió buenas referencias y lo incluyó en la lista.
Le llegó el momento y entró a la jaula de los leones en el Centenario de Montevideo para jugar contra Uruguay el 10 de septiembre del 2013.
Ese día le fue mal a todo el mundo o a casi todos, pero la reacción de ira por la derrota de 2-0 recayó sobre el jugador paisa. Lo tomaron como pera de boxeo y le dieron hasta con el balde.
No fue a Brasil y solo volvió al combinado nacional a comienzos del 2015 para juegos amistosos contra Bahrain y Kuwait.
Todavia era resistido por la afición y buena parte de la crítica. Alcanzó a jugar 3 partidos de las eliminatorias hacia Rusia 2018, pero de nuevo se quedó por fuera de la lista definitiva.
El técnico José Pekerman lo protegió contra el clamor popular y gracias a ese apoyo y a la fortaleza mental del jugador, logró sortear las dificultades.
Tuvo oportunidad de vestir la camiseta de la selección en las Copas de América de 2016 en Estados Unidos y la de Brasil 2019.
Ya acumulaba más experiencia y había ganado mayor confianza con su trabajo en el Monterrey de México, donde ya tiene una curul como jugador de primera línea.
Aquí se podría advertir que las cosas también habían cambiado frente al público y la crítica de Colombia.
No debe olvidarse que, en algún momento, se llegó a decir, con temeridad, ligereza e injusticia, que era un jugador impuesto por intereses de empresarios.
Todo aquello fue quedando atrás, y Stefan Medina, con su persistencia y condiciones futbolísticas, se abrió camino y rompió el molde que todavía lo ataba a un pasado difícil.
Se impuso y demostró que Pekerman nunca estuvo equivocado cuando vio lo que a otros les parecía espejismo.
Stefan Medina, a los 28 años, puede ser hoy uno de los jugadores mejor estructurados de la selección de Colombia.
Polifuncional y aplicado, serio y trabajador, está capacitado para ocupar todas las posiciones de la defensa y también cumplir labor de enlace para ir al ataque
Su caso debe servir de ejemplo para no arredrarse ante las vicisitudes y ponerle el pecho a la tormenta por fuerte que sea.
Esta de nuevo en la ruta de un Mundial, que hasta ahora le ha sido esquiva, y espera que esta vez sea la vencida.