Por Guillermo Romero Salamanca
Su fiesta es celebrada en el mundo el 15 de agosto.
Marcel Dousse es un amigo suizo, más buena gente que el pan. Un domingo fuimos a Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá, donde adelantamos un programa de mejoramiento de vivienda. Llegamos temprano. No aparecía el sol aún y después de visitar algunas casas le dije que tomáramos algo en una tienda que vendía escasamente café y pan.
Él es un fotógrafo único. Puede demorar hasta 15 minutos en buscar un excelente ángulo.
Llegamos a la tienda y Marcel no tuvo inconveniente en pedir una Póker y fría. No lo podía creer. ¿Cómo desayunar con una cerveza? Marcelo, quien posa de ateo, pero lleva una vida de caridad y de fraternidad que ya quisiera ver en algunos jerarcas, dijo: “es mejor creerle a san Arnulfo de Soissons que tomarse un café”.
Y en efecto, San Arnulfo comentó que el consumo de bebidas destiladas y fermentadas no es algo pecaminoso.
La cerveza puede llegar a ser incluso un remedio saludable.
Cuenta el portal cervezania.com que San Arnulfo de Soissons nació en el año 1040 en Oudernaarde, antiguo ducado de Brabante, en la actual Bélgica. Uno de sus primeros acercamientos a la rica bebida se remonta a su época militar en la que, consciente de sus propiedades nutricionales, repartió cerveza entre sus hombres durante una batalla para regenerar sus fuerzas.
Sintió la llamada de Dios y decidió tomar hábitos benedictinos en la abadía de Saint- Médard, ubicada en la ciudad de Soissons, aunque sin dejar atrás su devoción por el lúpulo. No sabemos si su fe o el amor incondicional que sentía hacia la cerveza fue lo que le llevó a ser, primero abad, y después asumir el cargo de Obispo de Metz, pero la etiqueta de santo se la debe a sus oraciones y a hacer de la cerveza un salvavidas.
“Hoy sabemos –dice el portal– que el consumo moderado de cerveza aumenta los niveles de vitaminas, fortalece órganos como el corazón o los riñones, previene enfermedades del corazón o la diabetes y reduce los riesgos de cáncer, gracias a los múltiples estudios que se han llevado a cabo. Pero el pionero en descubrir sus efectos beneficiosos fue San Arnulfo de Soissons, a quien se le atribuyen milagros como la multiplicación de barriles”.
El Santo hizo del “bebe cerveza como salvavidas” la tesis cervecera mejor argumentada de su trayectoria profesional eclesiástica. Esta hazaña heroica se debe a que Arnulfo de Soissons se percató de que el agua estaba contaminada y era el motivo por el que la población se estaba contagiando de peste.
“Cabe destacar que, en el proceso de fabricación de la cerveza, el agua queda libre de bacterias tras hervirse. Por ello, les recomendó a sus fieles que siguieran los pasos de los clérigos: consumir cerveza como sustitutivo del agua infectada. De esta forma, evitaba, tanto la propagación de la epidemia como la deshidratación de sus vecinos. “Bebed cerveza, hijos míos, eso os salvará”, fue posiblemente la arenga con la que Arnulfo de Soissons animó a sus fieles a consumir cerveza y gozar de buena salud”, agrega el portal.
Arnulfo de Soissons le salvó las vidas a muchas personas y gracias a ello se ganó el cielo. Para ser santo sólo se requiere ser buena persona, cumplir los mandamientos, amar a Dios y al prójimo. Fácil.
Hoy Marcel está en Suiza donde disfruta de cervezas alemanas. Salud en la distancia en esta fecha tan especial.