En sus primeras declaraciones a la prensa desde que el presidente Gustavo Petro pidió su renuncia, el saliente ministro de Hacienda Ricardo Bonilla se refiere a las acusaciones en su contra. El exfuncionario defiende su gestión y dice no sentirse traicionado por el presidente.
Por: Sylvia Charry
El escándalo de corrupción de la UNGRD, el mayor del Gobierno nacional, puso por fuera del proyecto político del presidente Gustavo Petro a uno de sus soldados más fieles: el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla. El funcionario no tuvo otra opción más que renunciar luego de que Noticias Caracol publicó unos audios en los que su exasesora, María Alejandra Benavides, confiesa que sí prometió unos proyectos a congresistas a cambio de que aprobaran unos millonarios créditos de la nación y que, según ella, él estaba enterado de todo. En entrevista con CAMBIO, el ministro explica su papel en la destinación de los recursos a la UNGRD y las gestiones que se hicieron en el Congreso.
CAMBIO: Usted le dijo al país que se va porque no quiere utilizar el poder de su cargo para defenderse. Sin embargo, los cuestionamientos sobre su proceder como ministro vienen desde hace meses. ¿Por qué solo le piden la renuncia cuando aparecen en el escándalo el hijo del presidente y el gerente de la campaña? ¿Cómo se explica esa coincidencia en los tiempos?
Ricardo Bonilla: No tiene nada que ver lo uno con lo otro. La renuncia fue organizada con el presidente en el viaje a San Andrés. Ahí fue concertada. Quedamos en que él la anunciaba por Twitter. Las cosas han sido tergiversadas. Por ejemplo, lo que sacó Ricardo Ospina en Blu Radio no era cierto. Dijeron que yo mismo denuncié a Ricardo Roa y a Nicolás Alcocer. Eso es falso. Lo que yo hice fue trasladar unos anónimos que me llegaron al Ministerio de Hacienda porque era mi deber como funcionario. El último anónimo llegó en septiembre y el traslado a la Fiscalía se hizo en octubre. De manera que eso está en manos de la justicia hace rato.
CAMBIO: ¿Cuándo le informó usted al presidente de la situación?
R.B.: El presidente se enteró de los anónimos hacia el final de septiembre.
CAMBIO: Entonces usted se mantiene en que su salida no tiene nada que ver con las menciones a Nicolás Alcocer y a Ricardo Roa…
R.B.: Yo creo que hubo gente que trató de volverlo coincidente, sin que tenga nada que ver lo uno con lo otro.
CAMBIO: En el gobierno hay personas muy cercanas al presidente que tienen cuestionamientos que parecen mucho más graves que las acusaciones que se le hacen a usted. Por ejemplo, para citar solo uno de tantos casos, Armando Benedetti está cuestionado por violencia contra la mujeres y ahí sigue campante. ¿A usted porque sí le soltaron la mano? ¿Por qué parece haber con usted un rasero diferente?
R.B.: No, para nada. Le repito que la renuncia fue un tema conversado entre ambos.
CAMBIO: ¿Entonces usted no siente que el presidente lo dejó solo?
R.B.: No. De hecho cuando el presidente publica su trino hablando de mi renuncia vuelve a respaldarme.
CAMBIO: Vamos al tema central. A usted primero lo señalaron Olmedo López y Sneyder Pinilla pero su salida del gobierno se da por cuenta de las acusaciones de su exasesora María Alejandra Benavides. Ella dice que ustedes sí compraron congresistas y que el ministro dio la orden. ¿Es cierto que usted dio esa instrucción para adelantar esas gestiones?
R.B.: El ministro de Hacienda no gestiona contratos. El ministerio tiene la función de elaborar el presupuesto y tramitarlo en el Congreso. Ahí hay un componente grande que es presupuesto de inversión que tiene un antecedente: el plan nacional de desarrollo y el plan plurianual de inversiones. Hay un listado de proyectos que se toman como base para la elaboración de ese presupuesto. Todos tienen que estar radicados en el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y tener una ficha. En particular, sobre los tres proyectos en cuestión, se identificó que no estaban radicados en el DNP si no en un banco pequeño de proyectos en la UNGRD desde el 2021. Es normal que los congresistas pregunten por el avance de los proyectos y que el Ministerio de Hacienda le haga un seguimiento al avance en su ejecución. Después del seguimiento, naturalmente, viene la última función del ministerio que es pagar la cuenta. Es decir, yo no direcciono contratos. La función de María Alejandra era hacer seguimiento a los proyectos y no direccionar contratos.
CAMBIO: Es decir, ¿usted nunca le ordenó a María Alejandra ir al Congreso a gestionar contratos?
R.B.: La función de María Alejandra era ser el enlace del ministerio con el Congreso y fue un enlace temporal porque la titular del cargo salió de licencia de maternidad. El papel de ese cargo es hablar con los congresistas e informar. Ella no es la mano derecha del ministro, yo tengo varias manos derechas de mucha mayor jerarquía que una asesora.
CAMBIO: Pero usted no puede negar que se trataba de una asesora muy cercana…
R.B.: Sí, pero, por ejemplo, no entraba a los comités de dirección del ministerio.
CAMBIO: ¿Entonces su respuesta es que usted no le ordenó que hiciera lo que todos hemos visto en los chats que hizo?
R.B.: Le dijimos que hiciera seguimiento a los proyectos que es muy diferente a direccionar contratos.
CAMBIO: ¿Y qué es hacer seguimiento?
R.B.: Es establecer si está viabilizado técnicamente, si le han asignado presupuesto y lo que sigue en adelante. Los de Cotorra, Salado y Saravena eran proyectos, no hubo contratos.
CAMBIO: Benavides le dijo a la justicia que existió una reunión en la que usted, el ministro Luis Fernando Velasco y el asesor Jaime Ramírez Cobo acordaron repartir mermelada a los congresistas de la Comisión de Crédito Público para que le caminaran al gobierno. ¿Usted recuerda esa reunión? ¿Ahí se acordó endulzar congresistas?
R.B.: Nosotros no endulzamos congresistas. El 6 de diciembre solo se tramitó un concepto favorable para los créditos que necesitaba la nación, quedaron pendientes seis más, pero ya habían sido tramitados otros en noviembre. En la dinámica del Congreso siempre hay procesos de discusión que se alargan y, en ese proceso de discusión, el ministerio convoca con cierta continuidad a la Comisión interparlamentaria.
CAMBIO: Pero no me ha contestado, ¿existió esa reunión que cuenta Benavides?
R.B.: Yo me reunía periódicamente con el ministro de Gobierno porque siempre había agenda que tratar, no necesariamente era para temas de la Comisión Interparlamentaria. Si hubo una reunión ese día, fue para revisar otras cosas del Congreso.
CAMBIO: Es decir, en esa reunión no se habló de que no se estaban aprobando los créditos de la nación y de que necesitaban hacer algo para que ello ocurriera…
R.B.: La Comisión Interparlamentaria solo da un concepto favorable o desfavorable. Ese concepto es solo un trámite. Después de eso el ministerio puede seguir adelante con los procesos de crédito. Es decir, lo único que se necesita es que haya un concepto.
CAMBIO: Le entiendo que la respuesta es que en la reunión no se habló de eso…
R.B.: Es posible que en la reunión hayamos hablado de que había agenda del Congreso, pero no solamente de la Comisión Interparlamentaria.
CAMBIO: ¿No hablaron de hacer acuerdos con congresistas ni de la gestión que debía hacer María Alejandra en el Congreso?
R.B.: No hubo ninguna reunión para hacer acuerdos con los congresistas. Fue para mirar los temas del Congreso. Ramírez Cobo es otro enlace con el Congreso. Los enlaces del gobierno en el Congreso se colaboran entre sí.
CAMBIO: En esta historia son importantes las fechas porque es después de unas reuniones, unas conversaciones, unas gestiones, que los congresistas dan el concepto favorable para los créditos de la nación. Días después de esa reunión usted expide la resolución destinando 700.000 millones de pesos para la UNGRD. ¿Por qué hizo esa destinación?
R.B.: Hay que mirar la coyuntura en la que estábamos. El 12 de octubre de 2023 la UNGRD convocó un comité para informar que estábamos en el preludio del Fenómeno del Niño. Luego, el 24 de noviembre, la UNGRD radicó una solicitud de presupuesto por un billón de pesos para tramitar esa calamidad. Esa resolución sale el 11 de diciembre y no sale por un billón sino por 700.000 millones de pesos. En el trámite de la resolución actúan muchas personas, hay muchas firmas, la última es la mía. Pero le tengo que decir más. El 11 y 12 de diciembre hubo unas reuniones del fondo de la UNGRD en las que se aprobó la solicitud de traslados presupuestales para la atención del Fenómeno del Niño y para solicitar la ampliación de PAC, del programa de caja, para pagar cosas que ya se habían ejecutado. Entonces esa resolución de presupuesto viene sustentada en todos esos requerimientos. Con ella no se entrega dinero sino un movimiento contable para que las entidades comiencen a asignar recursos a los proyectos. La plata se entrega cuando las entidades van a la tesorería con las cuentas por pagar. Yo no soy el tesorero, el tesorero es José Roberto Acosta, director de crédito público.
CAMBIO: Un día después de la resolución pasa algo coincidente, por decir menos. Olmedo le envía una foto a Sneyder en la que le cuenta que ya la resolución de los 700.000 millones de pesos está lista y María Alejandra Benavides le escribe a Jaime Ramírez y le envía la tabla con los proyectos para Cotorra, Saravena y el Salado. Ramírez luego le envía la misma tabla a una asesora de Olmedo. ¿Eso también es una coincidencia?
R.B.: Eso es un borrador de trabajo. La discusión fue dónde están esos proyectos que no están radicados en el DNP. Y ahí encontramos que los proyectos estaban en la UNGRD. Entonces la instrucción es: pregunte por esos proyectos en la UNGRD. Que haya salido coincidencialmente con una destinación de presupuesto no es más que eso, una coincidencia.
CAMBIO: ¿Por qué tanto interés del gobierno en que salieran esos tres proyectos que, coincidencialmente, eran de las regiones de los congresistas que integraban la Comisión de Crédito Público?
R.B.: En la discusión de presupuesto salen muchos proyectos. El Ministerio de Hacienda le hace seguimiento a los proyectos porque con eso es que se construye el presupuesto de inversión. En la discusión de presupuesto los congresistas siempre van a buscar que sus proyectos queden incorporados en el presupuesto y esa es su función.
CAMBIO: ¿Qué otros proyectos se gestionaron con tanto interés como los de Cotorra, Saravena y El Salado?
R.B.: El gobierno hace indagaciones de muchos proyectos. En esa coyuntura también se discutió si se le iban a dar recursos al túnel del toyo, en Antioquia, o al metro de Bogotá. Entonces, el Ministerio de Hacienda revisa proyectos, pero no es el que organiza la contratación ni el que los ejecuta.
CAMBIO: Ministro, ¿qué otros proyectos gestionó María Alejandra?
R.B.: No, la gestión del enlace del congreso es revisar en qué van los proyectos. Los que reciben la información de los congresistas son los enlaces y esa información se va consolidando en documentos de trabajo en borrador. Algunos se vuelven proposiciones y otros, simplemente, quedan ahí. En las últimas discusiones hay algunos ajustes de presupuesto para algunas entidades. A unas les ponen más y a otras menos. Y al final, ese es el presupuesto que se aprueba y no el inicial que el gobierno radica. Lo normal es que el Congreso lo discuta y lo apruebe, pero en este caso se hizo por decreto.
CAMBIO: Sigue sin contestar, le repito, ¿qué otros proyectos gestionó María Alejandra?
R.B.: Como enlace del Congreso ellos tenían las solicitudes de los parlamentarios para incorporar determinados proyectos en el presupuesto y, por lo tanto, luego revisar a qué proyectos hacerles seguimiento.
CAMBIO: ¿Recuerda alguno en específico?
R.B.: No, ella no tiene chat con ningún congresista porque ella lo que tenía era el encargo de revisar qué fue lo que salió del presupuesto. Eso de lo que habla María Alejandra no son proyectos sino borradores de trabajo.
CAMBIO: Su asesora, María Alejandra Benavides, confesó que le habló a la representante Karen Manrique, la mayor interesada en contratos en Arauca y quien, según Olmedo, era la encargada de gestionar los contratos para los congresistas que hacían parte de la comisión: Wadith Manzur, Liliana Esther Bitar Castilla, Juan Pablo Gallo Maya, Julián Peinado Ramírez y al excongresista Juan Diego Muñoz Cabrera. Y no solo habló con ellos para contarles de los proyectos en esas regiones, sino que pedía los contactos de los contratistas como prueba de que el gobierno estaba haciendo gestiones y les iba a cumplir con la entrega de contratos. Todo, dice ella, con su aval. ¿Qué sentido tendría que ella hiciera eso por iniciativa propia?
R.B.: Ella tenía que averiguar si los proyectos estaban viabilizados técnicamente. Esos proyectos de Salado, Cotorra y Saravena, estaban radicados en la UNGRD desde el 2021 y tenían un avance importante.
CAMBIO: Ministro, de nuevo, no contestó la pregunta. Ella ya aceptó lo que le describo en la pregunta anterior. Le repito, ¿actuó sola?
R.B.: La función de ella era averiguar el estado de los proyectos. Hasta ahí llegaba.
CAMBIO: ¿Por qué cree que ella cruzó ese límite si no tenía la orden de hacerlo?
R.B.: Yo nunca le di la orden de pedir los nombres de los contratistas ni le di nombres yo. El ministerio no tiene relación con contratistas.
CAMBIO: No. Ella lo que dice es que los nombres de los contratistas no se los dio usted sino los congresistas. Le insisto, ¿por qué cree que hizo eso?
R.B.: Eso dejémoslo a la justicia.
CAMBIO: ¿Qué opinión le merece la conducta de su asesora María Alejandra Benavides?
R.B.: No me pida que califique la actuación de María Alejandra.
CAMBIO: Hay un hecho irrefutable y es que, después de las reuniones, las gestiones, los chats, el 15 de diciembre aprueban todos los créditos a la nación. ¿Es otra coincidencia?
R.B.: En esa cronología, el 15 de diciembre se aprobó el último crédito que era el menos importante de todos, que era para que la nación diera una garantía a Findeter.
CAMBIO: Esa comisión es un peaje para permitir el endeudamiento externo del Estado, ¿eso no hace que pueda ser un mecanismo de extorsión al gobierno de turno?
R.B.: La comisión es creada por el gobierno para hacer control político a la deuda pública externa del país, no para coadministrar. Da conceptos no vinculantes, pero nunca se ha entendido cuál es el plazo. Hay muchas dilaciones que uno, naturalmente, las entiende como una especie de presión. Nosotros, como otros ministros de Hacienda, hemos aprendido la lección de que a eso hay que ponerle un límite y, por eso, está a punto de salir un decreto que establece un plazo perentorio de 30 días. Y si no hay concepto en ese lapso el gobierno sigue adelante.
CAMBIO: ¿Entonces usted fue presionado por ellos?
R.B.: Lo que hubo fue una serie de dilaciones que se entienden como presiones. Pero entre noviembre y diciembre se pudieron tramitar varios conceptos. Yo nunca me siento presionado, yo lo que hago es conversar con ellos.
CAMBIO: Usted dice que no se sintió presionado, pero el presidente Gustavo Petro fue más allá y en el trino anunciando su salida habló de chantaje y extorsión. ¿Se equivocó el presidente?
R.B.: Yo no interpreto las palabras del presidente. Eso le corresponde a la justicia. No me sentí presionado ni chantajeado.
CAMBIO: Ministro, aquí estamos hablando del mayor escándalo de corrupción del gobierno. Por cuenta de ese escándalo, usted hoy está fuera del cargo. Pero, palabras más palabras menos, está diciendo que hizo todo perfecto. ¿Si usted no cometió ningún error, entonces por qué tenemos que empezar a decirle exministro?
R.B.: Por unas interpretaciones increíbles de Olmedo que además son mentirosas y que forman parte de un entramado de corrupción.
CAMBIO: Usted dice que todo se trata de malas interpretaciones frente a las actuaciones suyas y de María Alejandra Benavides. El problema, ministro, es que nadie la está interpretando, ella misma confesó…
R.B.: Las gestiones que ella hizo que las califique la justicia. El tema es que yo nunca di una instrucción de contratar sino de hacer seguimiento de proyectos. Toda la tramoya de que yo entregué la plata forma parte del entramado de corrupción de Olmedo y Sneyder para decir que yo fui el que les daba órdenes en lo que contrataron. Yo nunca le di órdenes.
CAMBIO: Mirando hacia atrás, ¿usted no reconoce ningún error?
R.B.: Yo sí pude haber cometido errores, pero no delitos. Pero cuando sucedió todo esto no se había descubierto la trama de corrupción que había ahí y ya habían cometido todos los delitos. Aquí lo que están buscando es una argumentación para enlodar al ministro.
CAMBIO: ¿Y qué errores se cometieron?
R.B.: Por ejemplo, no haber puesto en evidencia en las reuniones de la unidad el interrogante de cómo estaban ejecutando. Siempre ha existido una inquietud sobre cómo ejecuta la UNGRD y eso, todavía sigue siendo una incógnita. En cuanto a la unidad, nuestro encargo de hacer seguimiento a los proyectos, en esa tarea no se cometió ningún error y mucho menos un delito.
CAMBIO: Usted ya dijo que no hubo presión, extorsión ni chantaje. ¿Hubo entrampamiento?
R.B.: Sí, por la organización delictiva de Olmedo y Sneyder. Eso que están diciendo de que yo les quité la ordenación del gasto y organizarse para mirar cómo lo contratan como desastres es una trampa.
CAMBIO: La Fiscalía ha dicho que todo esto se fraguó desde la Casa de Nariño. ¿En algún momento usted recibió órdenes de Carlos Ramón González de cómo se debían mover en el Congreso?
R.B.: Usted se está refiriendo a otra mentira de Olmedo. La de que el 27 de noviembre hubo un supuesto cónclave. Eso no fue un cónclave. Esa fue una reunión de gobierno programada en el salón Obregón y en la agenda figura que se iba a tratar el tema de la emergencia del Niño y estaba convocado él porque era el responsable de sacar adelante el tema de la emergencia. Nunca hubo una instrucción de comprar congresistas ni de direccionar contratos.
CAMBIO: Hemos hablado de los chats de los demás, pero ahora quiero preguntarle por uno suyo con Sneyder. Ahí usted dice: “Preocupado por destino recursos proyectos viabilizados”. Después hubo dos llamadas entre ustedes. La primera duró 2 minutos y la segunda 58 segundos. ¿Qué hablaron?
R.B.: Mire lo que dice el chat: proyectos viabilizados. En las llamadas simplemente es que a él lo encargan de examinar el PAC. Él pidió una reunión, en el mismo chat, para revisar el PAC de la unidad.
CAMBIO: Le pregunto por la frase específica, ¿por qué estaba preocupado por el destino de los recursos?
R.B.: Cuando usted tiene proyectos viabilizados usted tiene que mirar si se les puede asignar presupuesto o no.
CAMBIO: ¿Qué interés podrían tener Olmedo y Sneyder en enlodarlo a usted en el entramado?
R.B.: Porque ya habían cometido los delitos de los que se les acusa y que ya confesaron. Ellos empezaban a sentirse descubiertos y empezaron a construir unas coartadas. Ellos se desviaron del camino. Tenían que buscar hacia arriba a quién enlodar para lograr un principio de oportunidad. Entonces, el principio de oportunidad está basado en mentiras.
CAMBIO: El presidente le pidió la renuncia el pasado miércoles y dijo que creía en su inocencia, pero dijo que usted cayó en una trampa. ¿Cuál trampa?
R.B.: La trampa de Olmedo y Sneyder. Pero yo no soy el líder de ninguna organización criminal.
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