Recital

Por Diego Calle Pérez (1*) 

Entramos como de costumbre al teatro por los camerinos, nos ubicamos en el cubículo del cantante, había una botella de agua grande y varios vasos, teníamos la hoja con el esquema de las preguntas, al llegar nos saluda con su alegría en la sonrisa y nos expresa, los esperaba en el hotel. Conversamos unos 17 minutos antes de iniciar el recital, habíamos estado en la mañana en el ensayo de sonido, instrumentos y luces. Cada recital, es un experimento que brota con cierta fluidez, los temas que se escogen en el repertorio, hay temas más escuchados y otros poco conocidos, se hace una mezcla de muchos y si es de estrenar larga duración, procurar por encajar variados temas que vayan animando al público adquirir el nuevo disco, cuál disco, ya ni caratula, ni prensaje, la piratería daña el mercado y sale hasta más rápido por youtube.  

El recital está a punta de comenzar, está sonando el timbre, el público aplaude, las butacas están repletas en filas y columnas, las sillas de los invitados especiales de la alcaldía, la gobernación y la presidencia están copadas, no caben más, las casi más de 300 boletas que se asignaron. Lo más seguro, es que ni compren el disco a la salida, era lo que exclamaba el director de orquesta, todos echamos a reír. A pocos minutos, empieza el recital. El vaso de agua lo dejamos para el final del concierto. 

Los aplausos tienen eco en el teatro, lleno total, platea, preferencial, luneta, palco, todo a reventar. Suena la orquesta con una mezcla breve de varios temas y es la apertura a la primera canción, los asistentes se emocionan, gritan y hasta en su sensibilidad algunos lloran de sentimiento profundo, una pequeña catarsis de vida emocional. Comienza el cuento de una noche de canciones que evocan lugares, calles y caminos. 

Las primeras 5 canciones son repertorio conocido, siguen otras 7 de nuevas obras que poco se han escuchado en las emisoras, vuelven otras 6 canciones de las que nunca pasan de moda de la composición, algunas con algunos arreglos en batería, piano o bajo. No hay descanso, entre canción hay anécdotas y cuentan la inspiración de la canción, siguen otras 6 canciones y 2 más de acuerdo a los aplausos. Termina el recital, se queda solo el teatro y los asistentes se van a sus casas con el deseo de seguir escuchando al cantante y otra vez volverán a comprar la boleta si deja el virus que anda por el mundo cambiando el panorama de la vida cotidiana.  

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