Por Senén González Vélez
Toronto, Canadá
Los insólitos paralelismos de la política y su influencia en las juventudes, llevaron a que estas consideraran la vida mucho más inclinada para la aventura y el riesgo extremo que, para conservar y mejorar la tradición a través de los valores y principios, deben inspirar el equilibrio y el buen uso de razón en los núcleos familiares.
Pero ¡no! Petro prefirió entre el defecto y la virtud, escoger el defecto, porque se inclina a lo pecaminoso, a lo aberrante, a lo fácil, cosa que, para los progresistas, es más sabroso y más cómodo.
Hoy el progresismo es aplicado a las modas y a las practicas anti naturales, ejerciendo el horrendo proceder a lo Sodoma y Gomorra, en que la libertad sexual, no debe sufrir restricciones de ninguna índole. Por eso, de economía no saben nada, de Hacienda Pública menos, al punto que la situación en ese sentido, como en muchos otros, va cuesta abajo, al borde de la quiebra total.
Pero… en cambio, si son muy duchos en la práctica y el fomento de las aberraciones sexuales, en la corrupción, prostitución y delito. En esa parte no los supera nadie.
Aun cuando el intercambio de parejas o esposas, es como la prostitución, de vieja data, dicen, óigase bien, que les ha resultado seguramente un atractivo, que ejercen detrás de bambalinas, y que les ayuda para la motivación, lo que indica es que la degeneración del placer llegó a su extremo, por lo que, al no sentir por un lado, lo buscan por el otro, o… asumen como simple espectadores, que ven su película pornográfica en vivo y en directo, con el “maniculiteteo” incluido.
Eso dicen, a mí no me consta, es así como piensa el multifacético presidente de Colombia, Gustavo Petro. Y… parece que algo de cierto hay, como en el fondo lo dejó entrever en un discurso sobre el sistema eléctrico, que pronunciaba a voz en cuello de plaza pública, y que al acordarse del nombramiento de ‘’Matarife’’ como representante de Colombia en la embajada de Tailandia, le causó un cortocircuito por la caída de una de sus fases, que no hicieron polo a tierra, y terminó hablando de la libertad sexual, del general Augusto Pinochet, y de su delirante obsesión por el ex presidente, Alvaro Uribe Vélez, que no es que lo ame, pero que parece que le hace mucha falta: Sueña, delira y hasta habla dormido del nombre de Uribe Vélez. ¿Qué será lo que quiere Petro?
De otra parte, dicen que en la Casa de Huéspedes de Cartagena, hubo una reunión de “homosexuales”. Seguramente para levitar saliéndose de la ropa, para quedar al desnudo. ¿Quien asumió el papel de urólogo?
Es una lástima que su progresismo haya llegado a los límites más detestables de la conducta humana, decepcionando a lo mejor, a muchos que son progresistas, pero que el proceder es más recatado, por lo que censuran las conductas del Presidente.
Espantoso sería ver al jefe de Estado, o a cualquier persona, haciendo el amor en un cajero automático, al aire libre, o que el mismo Jefe de Estado camine por las calles de Panamá, agarrado de la mano de otro hombre con faldas que, al ingresar su mano en caricias por las entre piernas de su hibrido acompañante, le resulta el agente cero siete encubiertas.
Imagino su risita y cosquilleo coquetón, cuando se encontró con pepe y sus dos bolitas.
A ese estereotipo de personas, los antioqueños le llaman: de res y de marrano. En el caribe, aires acondicionados: calientes por detrás y fríos por delante. También matarifes, o cuchillos de doble filo, porque desfloran descuartizando.
Para él, todas esas cosas son naturales, por ello, las considera libertarias y emancipadoras.
Resulta no increíble, pero si asombroso lo que dice y hace el presidente Petro, especialmente ahora que quería nombrar de Embajador al señor Daniel Mendoza, persona calificada como precursor de la violencia de género y autor paradójicamente del libro titulado: Matarife.
A Mendoza le publicaron unas fotos en las que aparece con unas señoras desnudas, tipo orgías, pero a lo mejor, lo que estaban haciendo era una catarsis espiritual en que se desnuda el cuerpo y el alma, para purificarse, es decir, una profunda oración supra para anormal llamada: “racatapunchinchillismo’’, o la dicha que tienen los dioses gallos.
Lo curioso es que Petro defiende al Matarife, diciendo: “las señoras no dicen que fueron a la fuerza, sino que les gustó el momento. Oigan, como esperan que un gobierno libertario y PROGRESISTA, ¿prohíba el amor y hacer el amor? No soy Uribe, ni un Pinochet, ni un cura “rezandero”. Soy un emancipador, y si el amor se reprime por ideologías falsas, hasta ahí llegó la libertad del ser humano”. Y agregó: ‘’Pero vuelvo a la energía eléctrica’’.
Dicen que Daniel Mendoza no aceptó la embajada. Fue muy inteligente en no aceptarla, y de paso le dio una bofetada al Presidente, y de contera, el tenebroso personaje de ‘’carnicería’’, seguramente conoce las costumbres de Tailandia, en que el estado propicia la violencia digital, o acoso en línea, pero una cosa es lo que ocurre entre ellos, que lavan la ropa en casa, al interior de sus familias, para defender el honor, y otra es el extranjero, que va a ese país, para disfrutarse de cuanta mujercita descarriada, que las hay y en cantidad, que le llegue a la embajada.
Daniel Mendoza, tiene más vergüenza que el sinvergüenza Presidente. No hay duda.
Conclusión: Petro, huele a tabaco y al aroma de Chanel. ¡Esto se fregó!
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