Por Senén González Vélez
La conciencia cuántica de Petro, lo obliga a que sea un ser hipotético, que no da el paso de causa a efecto, porque solo genera causar siempre un efecto, por cierto dañino, porque vive de la suposición, y como ni siquiera aterriza en la materia con claridad, jamás puede llegar a lo trascendental, por ello es un ser de malos sentimientos.
La nota que hoy les entrego está escrita con dolor de patria, con rabia y decepción, por lo que ofrezco disculpas a quienes no se sientan incluidos en mis conceptos, porque estoy seguro que hay excepciones, y eso es un gran avance y consuelo para quienes lloramos por la patria.
Señores políticos de Colombia: si la democracia muere, el segundo sepulturero después del Presidente, son ustedes, los que, en su mayoría se vendieron en las alianzas a base de mermeladas para comprarle el nicho a la patria y meterse al bolsillo miles de millones que necesitan los pobres para mejorar sus calidades de vida.
Desde luego, repito, hay excepciones que no se ven, porque el mal opaca el bien.
Para ser justo y como independiente, estoy obligado a incluir a la oposición, que luce anémica, temerosa, complaciente y calculadora para enfrentar a este Gobierno. Pareciera que aun prefieren defender sus intereses políticos, que los de la Nación.
No han sido capaces de paralizar el Congreso, porque no hay líderes de connotación y altura, y tampoco tienen poder de convocatoria, ni se trabaja en ello.
Colombia tiene una oposición asustada, permeada. Dentro de ella hay excepciones, pues sería injusto generalizar el concepto, como del otro lado también hay incautos, que hoy están arrepentidos de haber apoyado al dictador en ciernes.
Sé que los defraudados llegaron a los pies del Presidente, alentados por las fantasías y los sueños que les ofreció como esperanzas, que luego se las llevó el viento, para quedar en miserables engaños y falsas promesas.
Todos saben que el Gobierno convirtió la Hacienda Pública en la caja menor para la sabrosura, y la Aeronáutica Civil se volvió en pista de puerto libre y visa abierta, para todo tipo de vuelos y aterrizajes, para todas las ocasiones.
Se salva la Dian, hasta ahora, que no escapa que la chamusquen, cosa que sería una lástima si eso ocurre; lo bueno es que no se saldrán con la suya los que evaden, que los echarán al agua.
Por eso, esa parte del sector está asustada, y prefiere estar bajo la sombra del tirano, a sabiendas de que el Presidente se burla de todos.
El país conoce a la perfección todos males que padece, de manera que utilizar este espacio para decir todo lo que los políticos saben, y lo que tienen que hacer, es una solemne majadería.
Es tanto como llover sobre lo mojado, o, como dice Petro, refiriéndose a los policías de barrio; “saben dónde está la olla de la corrupción”, pero se hicieron los pendejos para participar en la feria de los ‘’serruchos’’, lo que constantemente hacen los políticos. Saben del mal y comen de él.
La mayoría de los señalamientos del Presidente en cuanto a la corrupción, son ciertos, con algunas excepciones; pero su habilidad estriba, en que utilizó sus denuncias para hacer su propia corrupción y los untó a todos, y se lavó las manos. “Pescar en rio revuelto, es ganancia de pescadores”. Por eso, las denuncias no le hacen cosquillas. ¿Quién descalifica a quién, teniendo este, la SARTEN por el mango?.
Si la clase política fuera honesta, muchos de los problemas de pobreza y miseria no existirían y por lo mismo, la izquierda no hubiera penetrado la democracia como lo ha conseguido de manera mañosa el Pacto Histórico.
Con la plata que se han robado los políticos en Colombia y las empresas que evaden sus impuestos, sumados a los ‘’serruchos’’ al por mayor causados por la contratación dolosa, hoy todos los colombianos tendrían casa, y los índices de pobreza serían nulos y la economía sería de las mejores de América Latina. La clase política es culpable de la tragedia que vive el país, ¡nadie más!
Los ciudadanos en su mayoría, se acostumbraron a vivir entre tramposos y miserables, por lo que merece el título de narco estado gobernado por cafres.
Estas razones son más que suficientes para ponernos los buenos en rebeldía, que debería estar inspirada en recuperar la justicia social, la equidad, para levantar la moral nacional.
Estamos obligados a encausar una revolución pacífica, que dignifique y honre el texto completo de la Constitución y las leyes, con unos jueces íntegros, probos, que la apliquen, que los hay, pero que el tirano los desacredita y amenaza.
Las lacras de la política son tan hambrientas, que son como roedores, que si se les pone como condición comer estiércol para violar la ley y ganar dinero, se la comen tranquilamente. Por ello el primer paso es no elegir a esos sinvergüenzas, para lograr un país justo, con un Congreso homogéneo en sentimientos patrios y cero mercantilistas.
Si tuvieran una mentalidad sana, nuestra patria sería un ejemplo. Lastimosamente, hoy es un peligro y una vergüenza.
La parsimonia y la lentitud en las reacciones, la falta de liderazgo e incapacidad de convencimiento, del que carece la oposición, pareciera que se acomodaran a la presión del Gobierno, para pasar el temporal, para que este no los toque, por ello se siente una sensación de complacencia y complicidad. En otras palabras, la oposición, no se siente y va camino a la estigmatización como cero a la izquierda.
Si sometieran al registro la conciencia de cada uno de los políticos, verían que hay lecturas que romperían hasta el papel del polígrafo, por la carga de choque, entre la verdad confrontando la mentira, pues se notaría como se ahoga la verdad, ante la mentira que estableció su imperio.
El país sabe que Petro fracasó y que desea atornillarse al poder. Sabemos que la economía va en caída. Que la corrupción es galopante. Que la pobreza crece y el desempleo aumenta. Que las mafias ya tienen el control de la Nación y los terroristas tienen el dominio territorial. AJÁ Y… ¿QUÉ?
Entonces ya sabidos del problema y en donde está localizado, para que lavarle la cara al payaso y quitarle la pintura, si la mayoría se disfrazaron y se saben quiénes fueron, ¿pero los traidores los encubren?
Hay en el conglomerado político empresarial un típico Síndrome de Estocolmo. El secuestrado se hace amigo y ama al secuestrador. Así tiene Petro a Colombia, al Congreso y la clase empresarial del país. Estamos totalmente secuestrados.
La Nación debe tener bien claro, que un país funciona a base de LIBERTAD y también de ORDEN Y RESPETO.
Dicen que el presidente dijo: “Yo me quito la gorra frente al moreno Cristo de Buga, pero…si Él, se quita antes la corona de espinas”. Eso es un irrespeto inaceptable. ¿Que otro ejemplo puede el vandalismo recibir de Petro? Vaya Petro e insulte a Mahoma para que vea que le hacen picadillos la cabeza. A Mahoma se respeta, como se debe respetar a Jesús el Cristo, nuestro DIOS.
La política colombiana se volvió mercantilista, irreverente, en que se paga contra entrega, que representa el: TODO SE VALE, CUANDO SE TRATA DE TRANSIGIR PARA NEGOCIAR.
Hay que evitar que el sentimiento colectivo se contagie de: MAS DE LO MISMO, pero al parecer, esa es la constante.
El país está asumiendo una postura tan débil, que es un mal ejemplo para las nuevas generaciones que creerán que el pasado que les dejaron sus padres fue bueno, y no saben que tienen una herencia de corruptos y cobardes que alcahuetearon el desastre.
Todo este babel político que se siente en el ambiente colombiano, hará surgir en un futuro ojalá no muy lejano, un movimiento nacionalista, que aglutine fuerzas diversas, cuyo propósito debe ser la defensa de la institucionalidad, y de los valores supremos del ser.