Por Senén González Vélez
Los carnavales de Venecia, Brasil y Barranquilla, son los más importantes del mundo. El primero, es muy antiguo, y lo distingue de los restantes, el estilo clásico que además de los vestidos lujosos de la época, predomina el uso colectivo de las máscaras. Los dos siguientes, tienen rasgos comunes, a pesar que los ritmos son diferentes, convocan a iguales orígenes, africanos e indígenas, en sus esencias musicales, distinguiéndose el baile brasileño, porque hay más movimientos sensuales y lujuriosos, que incitan a la sexualidad. Hay adornos de tela, en los que predominan las plumas y los hilos dentales y la moda Eva. En el de Barranquilla, hay más recato y poca desnudez, y con ritmos que por ser más diversos, rompen la monotonía.
LA PERSONALIDAD. – Suelen los barranquilleros ser muy jocosos, y mamadores de gallo, dentro del corazón del carnaval. En el conocido sitio ‘’La barra’’, por ejemplo, pese a su independencia con relación al carnaval, también hace parte del espíritu carnavalesco, por ello está considerada como uno de los sitios centrales del humor popular, que funciona todo el año.
De otra parte, está La Troja, considerada como el salón público, para todo el que quiera bailar, a cualquier hora del día. Es decir, Barranquilla es cuna del humor, y el baile es una constante de felicidad. O… como dicen: ‘’Tranquilo Camilo, tómalo con su avena y su pitillo, porque ya la privacidad, perdió su pena’’.
La Barra es, para mí, muy parecido al Congreso de la República, porque es el centro del humor, donde se habla de forma soez pero con gracia y se gana poco. Y en el Congreso, se habla la misma vaina, pero se gana mucho. Hay excepciones. Pese a todo, en ambos lugares el humor tiene su forma de vestir. Pero nos hacen reír. En La Barra, están los genios del humor; y en el Congreso, los genios de la magia y la mermelada.
Colombia se ha convertido en un hazmerreír internacional, en que con el goce espiritual que produce el chiste, se logra la salud mental colectiva, y eso desarma los espíritus belicosos y los odios recalcitrantes, viscerales y el racismo, que tanto daño hacen, con excepciones desde luego. Pero los hay tan peligrosos y amargados, como tóxicos para la salud de la Nación.
El humor que produce risa, es un remedio infalible para los espíritus en conflicto. La felicidad debe ser el objetivo nacional, para hacer las cosas bien.
¿Cuántas verdades no nos dijo Mario Moreno, el inolvidable Cantinflas, en sus discursos salpicados de humor, pero basado en un argumentos filosóficos, sociológicos y políticos en su famosa película ‘’SU EXCELENCIA’’, en que se refiere a la ONU y su papel. ¿Qué hacen la OEA y la ONU hoy día? Ambas son centros especializados para la polarización de la humanidad y de talla elástica, para donde mejor les convenga.
En Colombia, solo hay un Cantinflas, que por desgracia no honra la dignidad y el talento humorístico del mexicano, pero con su humor enlagunado, también nos hace reír.
Me llamó la atención las genialidades de los humoristas barranquilleros, lo que me permitió utilizar uno de sus chistes para graficar la burla de los Juegos Panamericanos, apoyándome en la edad con la impotencia, y de esta como resultante, la desilusión que fue la que sentimos todos con la no realización del encuentro deportivo internacional en Barranquilla y la Costa Caribe. El humorista le hace una desafiante pregunta a un ciudadano respetable y le dice:
‘’Amigo, amigo, ¿cuántos años tiene usted?. Este le respondió, 65. El actor, con la mayor seriedad le dijo delante la esposa: Óyeme, entonces tú, ya haces parte de los que ¿juegan GOLF? ¿Y… ¿porque me dice eso?, respondió el señor. Pues fíjate que, por tu edad, llevas el palo caído, la bola en el suelo y el hoyo lejos. ¿Ajá, es así, o no?’’. Así se vio y vivió la desilusión con los Panamericanos, todo estaba ganado, y todo se perdió: el palo, la bola y el hoyo. Como quien dice, nos fregamos y quedamos impotentes.
Pero la esposa, enrojecida de pena, le daba palmaditas por la cabeza, y le dice: ‘’ se nota que juegas golf, acá quedamos comiendo ilusiones, mientras que el aporte económico quedó en el limbo’’.
Los ñeros — el formato popular que identifica a los barranquilleros — les ponen música a sus jocosas letanías de todos los calibres, en las que se sacan el clavo de todas las cosas que ocurren en los gobiernos.
Los barranquilleros les gusta andar bien montados, usan autos de alta gama. Cuando parquean un carro de baja gama en los centros comerciales, dicen: ‘’el mío pasa por donde esos otros no pueden’’. Auto estima alta.
El barranquillero disfruta de la comida que venden en un humilde carrito móvil, como visitar al mejor restaurante de la ciudad. En ambos casos, los criterios son el billete: no humilla estratos, pero la buena comida deja la barriga y el corazón contento. Aquí, el sentido de la pobreza no se nota, porque los hace ricos ser alegres y descomplicados, lo cual no significa ser flojos, pero si prácticos que es otra cosa.
MODO DE VIDA. Prevalece el placer de comer agradable y beber el más fino whisqui. De ahí, la explicación para entenderlos, cuando recurren al eslogan: EL QUE LO VIVE, ES QUIEN LO GOZA.
A ritmo de Carnaval se decía. ‘’Nojoda, PETRO, nombra personas en los ministerios o embajadas sin saber qué es lo que van hacer. Son manes que de vainas distinguen un burro de un caballo, a pesar de haber estado en Venezuela, donde, desde allí, pudieron diferenciar un mulo, de un burro, que, como excepción, el de Caracas, es de la talla de un caballar’’.
El barranquillero no sufre de complejo de inferioridad, o por lo menos no lo demuestra, y eso podría dibujarlos, como arrogantes. En los tiempos del béisbol, si existió la rivalidad y muy desafiante, que se terminó con la construcción de la carretera “LA CORDIALIDAD” que comunica a Barranquilla con Cartagena. Hoy la Vía al Mar, superó todas las deportivas diferencias y existe una maravillosa comunión como costeños.
Los estratos no se notan, porque la clase media y menos media, llegando a pobres, se han mentalizado que son importantes, como los estratos seis, o les importa un bledo lo que los ricos piensen, ellos viven su vida y se quejan tanto, como los pudientes, porque el mal que afecta a pocos, también les llega a muchos. Esa mentalidad, es genial. Además, que el sentido de pertenencia es tan notable, que cuidan a su ciudad, que la hacen propia. Por ello “LA ARENOSA”, ha crecido y está considera como la ciudad más importante, que en un futuro no muy lejano, seguro la convertirá en centro mundial de negocios.
Cuando un pueblo se distingue por la superación que logra a través del esfuerzo propio, y se convence que el estrato social al que pertenece, no es impedimento para escalar y triunfar, vale tanto como el más alto. De ahí la razón para que hoy día veamos profesionales brillantes, que dejan el nombre de su origen familiar bien en alto, como en otros casos, que desperdician las oportunidades, y pasa lo contrario.
Barranquilla es alegre por naturaleza. Aquí se festeja todo lo bueno y lo malo también, que termina en festejo, pero para ironizar. Siempre las fiestas carnestoléndicas culminan el Miércoles Santos, después de beberse todo el licor del mundo, entre cerveza, whisqui y guaro, hasta dejar las suelas de los zapatos casi en medias, con excepción de los Ferragamo, que resisten el peso de lo absurdo.
Como contraste y para el “desenguayabo”, vi el pasado miércoles, 14 de febrero, Día del Amor, otro motivo para festejar, con flores y abrazos, y también una ocasión para arrepentirse no de lo que hicieron, sino de lo que dejaron de hacer. Pues como se trata del final de los carnavales que se encuentran con el inicio de la Cuaresma, muchos católicos caminaban en fila india y disciplinadamente, con destino al altar de las iglesias, para que el sacerdote les impusiera en la frente la Cruz del Señor, en cenizas. Sentí de modo paradójico, la apología de la muerte y la resurrección en simultánea, que se ponía en escena a través de Joselito Carnaval.
Es la concurrencia de lo verosímil con lo inverosímil que caminaban de la mano, y solo faltó escuchar: Polvo eres y echaste, y en polvo terminaras, o te convertirás, después que te las gozaste. Me imaginaba al cura de las cenizas, lo que estaría pensando para sus adentros. ‘’¡Caray…! de las que me estoy perdiendo carajo! Mientras que el padre Linero, se las está gozando, yo acá los dedos chupando’’.
Todas esas curiosas singularidades de los festejos, ratifican los espíritus del ‘’importaculismo costeño’’ con el que peca goza y luego reza, entonces empata, y con las cenizas en la frente también se acepta la vida eterna, y el efecto de la Resurrección, que chistosamente, está representado por Joselito, que resucitará en el año 2025 nuevamente.La bella Verónica por despecho ante los coros: FUERA PETRO, disque se fue para el Brasil, y allá en portugués le corearon: ‘’Fora Petro, Fora Petro’’, pero…al ritmo y movimiento de la samba. ¿Será verdad?