Por Senén González Vélez
Toronto, Canadá
El presidente Gustavo Petro, es un experto en crear escenarios que no existen, para prevenir lo que él cree que le puede pasar. El pecado acusa. Romanos 2:1:24. Se victimiza para justificar sus mentiras y falsas situaciones.
Es el único personaje que se siente morir la víspera, para resucitar sin morirse. Es un agente del mal, que proclama una justicia social falsa.
Le incomodan los católicos y cristianos. Prohíbe la exhibición de un Cristo en las oficinas públicas, y poco falta para que se imponga y se permita, que sea la imagen del diablo con cacho y cola que aparezca como patrono de Colombia.
Los topes electorales fueron violado, y por ello lo catalogan de indigno. ¿si no eres indigno, para que te preocupas? Y… si lo eres, ¿por qué te preocupas? ¿Si en este Gobierno nada pasa? Y… la Cámara de Representantes y la Comisión de Acusaciones, no tiene pantalones, para aplicar la ley. De qué preocuparse Presidente, si usted está como la breva en su jugo: ¿dulce y sabrosa?
Yo siempre he pensado que Petro es PARANORMAL, y lo demostró en Panamá. Indefinido.
Por ello crea controversias utilizando la difamación, como lo está haciendo en estas horas críticas por las que pasa, que, al sentirse anímicamente acorralado, recurre a la infamia de calumniar, que es una de sus más favoritas armas, las mismas que utilizó y emplea uno de sus amigos: el filósofo de Bulgaria, Sereno Cepeda, el visitador de cárceles, que vulgarmente compra testimonios falsos, para mancillar la honra de quien los puede derrotar.
Dice Petro: ‘’Si nos tumban, vamos por el poder’’, por las malas, es decir, las vías de hecho o de las fuerzas. Se revive en el subconsciente, su pasado terrorista, y activa el recuerdo de la masacre del Palacio de Justicia, pero extensivo a toda la nación. Invita a los colombianos a que se declaren en asamblea permanente para tomarse el poder por la fuerza, ratificando su índole de dictador y tirano.
Está convocando a un estallido social ¿Por qué lo hace?
Sencillamente para atemorizar las entidades que tienen a su cargo alguna investigación en su contra. Lo mismo que hizo con la elección del fiscal ante la Corte Suprema. Casi que se configura otro tipo de asalto al Palacio de Justicia.
Cada que vez que Petro tiene en ciernes una investigación que lo ponga en peligro, se inventa una contra-fórmula, para distraer, o crear el caos. Recurre a soltar ‘’balas’’ expansivas.
¿Acaso no es un tremendo despropósito, el incitar a una concentración nacional para protestar y de paso, le ordena a las fuerzas policiales y el ejército, no usar las armas? Ese procedimiento no es otra cosa que anunciar una masacre de manos de los indios, y de las escorias del hampa, para que asesinen a los ciudadanos inocentes y a las fuerzas armadas.
En buena hora, el general ® Eduardo Enrique Zapateiro, a quien no lo considero en uso de buen retiro, le dijo a Petro: ‘’Ningún capricho puede estar por encima de la Constitución’’. Y responde Petro: ‘’Mi órden es no levantar las armas contra el pueblo’’. Respuesta venenosa y calculada.
Sin duda, Petro es un presidente caprichoso. Él es él y nadie más. ¡Y punto!
Sabemos que las armas las levantan y las disparan los terroristas, desde los oscuros rincones donde se refugia el hampa. El orden público está en manos de la Fuerza Pública, por orden de la Constitución y la ley, y a sabiendas, Petro los desarma.
Petro actúa de manera muy parecida a lo que hizo el Imperio Romano con los cristianos: Que los metió en el redondel del circo; acá sería la plaza pública, y le soltó los leones hambrientos, que en este caso estarían representados por la primera línea, las bastardas guardias indígenas y el hampa, que son parte del ejército popular de Petro, para que masacren a justos y pecadores.
Entre esas víctimas, estarán los desarmados policiales y los bobos participantes, que por dinero, acompañen al Presidente en su viaje a la tumba, localizada en los terrenos de Marte, su exilio, y de testigo tendrá a Júpiter.
Pero volviendo al caso de la violación de los topes electorales, el magistrado del Consejo Electoral, doctor César Lorduy, fue tratado por el Presidente de modo irresponsable y atrevido, lo señaló de criminal. El doctor Lorduy demostró ser falsa y calumniosa la afirmación del presidente.
También le faltó el respeto a la magistrada, doctora Maritza Martínez, a quien de manera de hecho o de facto, la declaró divorciada de su esposo, y señalada como esposa de un paramilitar. La magistrada Martínez de manera propia de su condición de mujer y del cargo que representa, le demostró a Petro que mintió, la calumnió, y la puso en manos de la delincuencia, peligrando la seguridad de ella, y la de su familia, como también agredió su dignidad de mujer. Y al magistrado Álvaro Hernán Prada, también lo calumnió.
Petro es una serpiente que tiene la cola pisada, y no le queda otro camino que morder al primero que se le acerque.
Este comportamiento del Presidente me permite construir una expresión: Cuando no puedas con tu enemigo, porque es superior a ti, calúmnialo. Eso es lo que hace y de manera visceral.
Se calumnia y amenaza la prensa libre. Eso es síntoma de miedo, porque es consciente de su incompetencia, que se ve reflejada en todo lo que hace chambonadamente.
Finalmente, por desgracia les dejaré en esta nota, mi impresión personal sobre todos estos escándalos que, en mi concepto, es el mayor y más grande de la historia política del país.
Toda esta alharaca, terminará en nada, y menos en un Gobierno que es cuna de la corrupción. Es oportuno el refrán: GOLERO NO COME GOLERO, porque los órganos de control, los tiene enjaulados.
¡O nos unimos, o nos hundimos!