Por Senén González Vélez
Toronto, Canadá, 24 de diciembre de 2024
Ofrezco excusas a los lectores por las palabras crudas materia del presente artículo.
Escuchaba al Padre Alberto Linero, a quien admiro muchísimo, por sus reflexiones y por lo polifacético, y, además, auténtico; porque es un sacerdote que, en uso de buen oficio y sabio retiro, siempre nos regala sus consejos, prácticos y realistas.
Pues don Alberto, en una ocasión nos dio un respetable concepto que del todo no lo comparto, sin negarle que tiene su sentido liberatorio, como decir: ‘’¡ME VALE MONDAA!’’. Hoy eso es tan normal, como correrle la madre al prójimo, en que la vieja, es ajena a todo el malestar que en mala hora tuvo su hijo. Es frecuente decir: ‘’Eche, este presidente cree que uno es marica, ahora nos quiere meter más impuestos’’; ‘’La cara de verga ese, vale monda junto con sus ministros’’; “El marica del Ecopetrol, cara e´monda, como que quiere que los carros anden con agua’’, son términos que se le dicen tanto a los santos que no pecan, como al pecador con frecuencia.
El sacerdote dijo a uno de los medios virtuales, la expresión me vale MONDAA, término muy usual en el Caribe Colombiano, para enmárcala como un sinónimo de libertad. Se le considera como una ‘’expresión grotesca, pero libertaria y graciosa’’, que sirve como respuesta de amplio espectro para muchas circunstancias, de modo, tiempo y lugar. ‘’La monda pelá, dicho hasta en canciones’’.
De todas maneras, el término es despectivo e insulta a nuestro principal instrumento, que merece respeto. ¿O… no?
El oírle decir al Padre Linero el popular término, me causó curiosidad y risa. ¡Tú sabes!, porque las investiduras, crean barreras por el respeto. Pero es que Alberto es Caribe, y no tiene escamas para decir las cosas. Y no es que yo sea puritano, simplemente, es que no utilizo esas terminologías, pero… sabido estoy, que cada época y tiempo generacional, trae dentro de los gustos, sus lenguajes y expresiones, que riñen con las tradiciones, que las escuchamos, aunque no se compartan. Ajá, y ¿qué podemos hacer?
El diccionario nos trae varios significados: Efecto de mondar, es igual a pelar. Podar un árbol. Cuando un individuo no tiene dinero dice: ‘’Estoy mondao’’. ‘’El presidente me vale mondaa’’ O tiene la cara como tal. ‘’O es una verga, porque se cagó el país’’. Vamos de culo, como totuma río abajo’’. ‘’Al Congreso lo compran por una mondaa’’. ‘’O los congresistas valen una verga o monda’’.
También se usa otro término: ‘’EL CARA DE VERGA ESE DE MIERDA’’, que equivale a decirle ‘’cara de mondaa’’.
Pareciera que dentro de la expresión, está implícita una actitud machista, impositiva, que ejerce poder. Pero… fíjense que este concepto se desvanece, y pierde esa connotación machista, cuando las mismas mujeres, la utilizan de manera igual y permanente, para darles semejantes alcances, de donde se deduce, que al haber asumido las mujeres a la monda, dicha palabra, traduce una manifestación de libertad, con alcances de catarsis, que al cambiar el nombre del PENE, por el de marras o VERGA, les ha servido, no solo para estímulo en la intimidad en una relación, sino como una equivalencia de poder, con relación al hombre. Feminismo puro y activo, que las hace libres y originales.
Escucho mujeres que le dicen al hombre o a las mismas mujeres: ‘’mandas “guevo’’. Ellas deberían decir, ‘’mandas…zarigüeya’’; pero no, son los huevos, que caracteriza el carácter del hombre, y ellas lo asumen de verdad.
‘’Alguien decía que las palabras científicas en la intimidad sexual, suenan tan disonantes, que se pierde la euforia y se apaga el deseo. Esto significa que el órgano receptor como lo es el cerebro, con esas groseras palabras, estimula la actividad sexual, y las vuelve eróticas.
Yo comprendo que no es lo mismo decir: ‘’Amor ponte de cubito dorsal, o de supino, para que el Pene pueda cumplir con el ingreso al lugar de sus cariños mutuos’’. Es mejor el silencio. A mí, esa forma de lograr un desahogo o catarsis de manera pública, no me agrada, lo considero vulgar e inapropiado. No se lo permitiría, ni lo permito, que lo dijeran mis hijos, en el seno de la familia. Eso es inaceptable. Pero una cosa es el interior de mi casa y mis costumbres y otra, la libertad callejera para decir lo que se les ocurra.
Esa palabra de mondar, como que, alguien muy curioso, al asearse y contraer el prepucio que cubre el glande, se le ocurrió el término MONDAR, y le quito la “R” y prolongó la A.
En Colombia, concretamente en la Costa Caribe, somos muy dados al costumbrismo y al naturalismo ocurrente, producto de una chispa tan elocuente como la del interior, solo que allá se dice debajo de la ruana, y acá, de manera limpia y pelada, por eso suena fuerte, chistosa, y cruda, porque se asocia con lo que se ve, y con lo que se siente, y luego, se gráfica, y se le pone un nombre que la retrate.
Las yeguas o las burras, cuando están en calor, se les contrae la vulva de manera espasmódica y visible. Acá le llamamos: morisquetas. El caballo acerca su boca a la vulva de la yegua y tuerce su trompa, y luego alza su cabeza mirando las nubes: Acá de decimos: ¡si así es en la tierra, como será en el cielo!
Considero que el utilizar el término para referirse al PENE, más allá de lo carnal, se vería como un término despectivo.
El sistema Límbico maneja la motivación y la emoción, mientras que la corteza, nos hace consientes, responsables de lo que hacemos.
¿Es inaceptable, que la zarigüeya la comparen con la curiosidad más bella del mundo, cuando en nada se parecen? Muchas de estas palabras a las que se les agrega un condimento, son producto de la resemantización.
Ajá, y entonces, ¿qué se puede hacer?. ‘’Naa’.