Por Libardo Muñoz Quintana
Cuatro peajes internos, dentro del perímetro urbano de Cartagena parece que llegaron a colmar la copa de la paciencia comunitaria y un movimiento popular tiene en aprietos a los beneficiados con el apetitoso negocio.
CARTAGENA SIN PEAJES, viene denunciando hace más de diez años, que la capital de Bolívar, es la única ciudad colombiana que tiene peajes urbanos, y que de manera sospechosa, la concesión se alarga cuando se acerca la fecha de su vencimiento.
Los peajes urbanos de Cartagena debieron dejar de operar en 2016, dijo Nausicrate Pérez uno de los activistas de CARTAGENA SIN PEAJES, quien calcula que está alcancía le representa de ese año a esta parte, unos 600 mil millones de pesos al bolsillo de la casa política de Los García, dueños del balón, en este torneo en el que la corrupción aparece de nuevo detrás de bambalinas.
De momento, la Contraloría General de la Nación anuncia la apertura de una investigación sobre los peajes urbanos y vincula a siete ex alcaldes de Cartagena, aunque no se conocen hasta hoy sus nombres.
Al alcalde actual de Cartagena, William Dau, le vino como caída del cielo esta situación, pues lo tienen en la mira sus opositores con un revocatorio, y produjo una orden ejecutiva suspendiendo los peajes que lo deja muy bien parado frente a la ciudadanía.
Precisamente, Dau llegó al cargo de alcalde de Cartagena con un discurso Anti corrupción, ni siquiera tuvo una sede de campaña y se le recuerda por encabezar una jornada, brocha en mano, de limpieza de murales de la politiquería local que fue de un gran efecto entre el populacho hastiado de promesas de los mismos de siempre.
El pasado fin de semana, cuando aún no se conocía la orden de suspensión de los peajes del descontento, conductores privados y de servicio público decidieron NO PAGAR y obligaron en medio de arengas y protestas, a levantar las talanqueras automáticas atendidas por un personal uniformado que tuvo que hacerse a un lado.
La cosa estuvo caldeada y hay amenazas de que hasta las garitas van a hacerlas desaparecer a martillazos.
Todo esto de los peajes urbanos de Cartagena ha Sido el arranque de un año agitado por una comunidad que no oculta su angustia por la amenaza de la pandemia, la cantidad de contagiados es alta en la ciudad, no se ve un plan de vacunación a gran escala y ahora, con el fallecimiento del ministro Carlos Holmes Trujillo, lo que más está haciendo carrera entre la gente, es que Duque no tiene a Colombia dentro de una campaña de lucha contra el feroz virus.
Las calles de la zona colonial de Cartagena cada vez más solitarias, y los conductores que salen por los cuatro viaductos urbanos, rebeldizados decididos a no echarle más monedas al chanchito de Los García y de Los Char.