¿Pasará con la Casa Colombia de Nueva York, lo ocurrido con la escuela Botero de Artes

La escuela de artes de Fernando Botero que perdió Nueva York por egoísmo y odio entre colombianos. Galería del Sur

Por Elizabeth Mora-Mass

Nueva York. Con la aclaración de que esta es una opinión personal y no un reportaje, me preocupa que con la Casa Colombia pase exactamente lo ocurrido hace unos 20 años, cuando la profunda división entre la izquierda y la derecha de la comunidad colombiana, acabó con una de las propuestas más generosas que he escuchado en mi vida: la Escuela Botero de Artes Plásticas, patrocinada por el maestro Botero.

No es un secreto que el maestro Fernando Botero cuando estaba en Nueva York, muchas veces venía a comer al Restaurante Natives, ubicado en Northern Boulevard y la 83, en esa época de propiedad de mi parcera Consuelo Quintero, quien le preparaba las delicadezas paisas que tenía en su menú. Otro de sus clientes era don Julio Mario Santo Domingo.

En una de las visitas de Botero, se habló de la escuela Frank Sinatra de Música, en la cual a niños dotados para estos géneros, los preparan desde la infancia. Botero preguntó si había una escuela para niños de pintura, escultura, fotografía, diseño y arquitectura. Le respondieron que no.

Fernando Botero (Q.E.P.D.) Heraldo de San Luis

Botero les dijo a los presentes que consiguieran en Queens el local para la escuela, que él se encargaría de lo demás: el pénsum, los maestros y la dotación.

En ese momento, los colombianos estaban en una división aterradora a causa de Uribe. Los antiuribistas alegaban que habían conseguido seis mil firmas y los uribistas exigían que las mostraran y los desafiaban para organizar un programa radial y preguntarle a los colombianos,cuyos nombres aparecían, “si ellos habían firmado contra Uribe o a favor del TPS”.

Así las cosas, los políticos de Nueva York se echaron a un lado y se hicieron los locos con la compra de un local que había frente a la Escuela Secundaria New Town de Corona y la ciudad de Nueva York perdió la oportunidad de tener la Escuela Botero de Artes Plásticas y Arquitectura.

También se perdió el ofrecimiento de que la Calle Colombia de la Gran Manzana fuera adornada con algunas esculturas de Botero. La pelea entre los colombianos, logró desterrar al maestro de Queens, algo que ni siquiera la guerra entre el cartel de Medellín y el cartel de Cali había podido hacer.

Traigo esta historia a colación porque con la propuesta de la administración Petro de organizar la Casa Colombia va por un camino similar: Nadie quiere discutir ni los puntos positivos, ni las cosas negativas.

Eso parece ser la idiosincrasia de los colombianos de Nueva York: si yo no figuro, ¡que se jodan!

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