Por Óscar Domínguez Giraldo
Protesto: el presidente Petro quiere acabar con nosotros los ricos. Lo soy “a mi manera” como dice la vieja canción que popularizó Sinatra. Me declaro multimillonario en glóbulos rojos, y millonario en la definición de Gonzalo Restrepo, expresidente del Éxito: rico es quien tiene buena salud y tiempo libre.
Para San Agustín la riqueza consiste en necesitar poco. En mi caso, el periodismo me deparó la mejor riqueza: nunca me ha faltado nada.
En este desorden de ideas, me pregunto si el epulón Domínguez debería aportar para la vaca que ha propuesto el encartadísimo expresidente Uribe para terminar las vías 4G.
En Apartadó, Antioquia, el presidente habló 14 veces en forma irónica de los ricos de El Poblado, Medellín y Rionegro que se beneficiarían de la terminación de tales vías.
Para la madre de Serrat uno es de donde comen los hijos. Para este aplastateclas, uno es donde ha vivido, y yo viví en El Poblado. Fui acólito en la iglesia y me tocaba recoger la vaca (=limosna) para el funcionamiento de la parroquia.
Por millones y millonas de segundos pensé que Petro fue por sexta vez a Venezuela a participar en la vaca por la democracia. No, fue a recular por lo que él y su canciller habían dicho contra un proceso electoral sin María Corina Machado o su frágil tocaya. Tal vez el meollo del deseo de que su inspirador veneco se perpetué en Miraflores, está en lo que Petro le dijo en Palacio al alcalde de Medellín: “Fico, en otra campaña nos vemos”.
Vaca del filósofo envigadeño Fernando González quien en una de sus cartas a su hijo Simón le dice:
Hoy es martes 29. Voy a sembrar ya la mitad de la finca de yerba imperial y a poner las seis vacas mejores del Valle del Aburrá. Como Antoñito González, mi abuelo, y Daniel, mi padre, eran vaqueros por excelencia, me retoñó a los 57 años este amor a los animales de ojazos de bondad y madres de los niños todos. La vaca, Simón, es nuestra madre. (Foto del maestro Guillermo Angulo, 1959).
Para Gandhi, “la vaca es un poema de piedad; uno lee la piedad en tan dócil animal”. Se lee en la Autobiografía de un yogui de Yogananda. A su manera, Gandhi encabezó una vaca por la paz total que él llamaba “ahimsa”, no violencia. Se salió con la suya. Si el presidente Petro quiere parecerse más a Gandhi que a Maduro, con gusto le presto el libro. (También propongo vaca para regalárselo).
Si me preguntaran de la revista Selecciones sobre mi vaca inolvidable diría que es “Mariposa”. Cuando nacíamos nuestra abuela nos bañaba en leche de esa vaca para que creciéramos sanos.
De Les Luthiers es este famoso acertijo: “Tiene cola y cuatro patas y cuando muge hace mú”. Pensándolo mejor, en la vaca uribista que no hace mu, me impide participar mi “flaca bolsa de irónica aritmética”.
La vaca Golondrina
“Ellas inspiran darles todo lo mejor Con una vaca parida hay abundancia en casa, hay alegría, ternura que viene de ternero(a), trabajo y sobre todo ella te devuelve todo en fuerza.
Si una vaca da leche es porque ya parió. Si tuvo bebé, es porque concibió y si concibió es porque estuvo en un potrero con el toro que la percibe en calor desde lejos porque ella se alborota cuando quiere ser preñada. Ese contacto solo será para ser madre y nada más. Se concentra en alimentar su criatura hasta un nuevo calor.
Si el o los vecinos tienen toro, lo prestan para llevarlo a donde esté la vaca o llevan está a donde esté el toro. Depende de las relaciones entre vecinos. Después se compartirá el calostro que es la leche amarillosa de los primeros días.
Golondrina
Está leche contiene nutrientes especiales para el desarrollo de la criatura y se comparte entre vecinos la que sobre para hacer parva, natilla, torta y buñuelos. Así mismo, se comparte la leche que no se bebe la cría. Es toda una tradición veredal. (Foto de Lucy Domínguez, propietaria de la fallecida vaca Golondrina. El texto también es de Lucy del Socorro, mi hermana poeta).