QUISQUILLAS DE ALGUNA IMPORTANCIA
por Efraim Osorio López/La Patria
Este uso excesivo y equivocado de ‘donde’ empobrece nuestro lenguaje.
Los adverbios de ‘tiempo’ (‘cuando’) y ‘lugar’ (‘donde’) no intercambian oficios: el primero señala la época, la fecha o el momento en que se realiza o sucede algo; el segundo, el sitio. Elemental. De acuerdo con esto, en las oraciones en las cuales el antecedente es un complemento de tiempo, el adverbio correspondiente tiene que ser ‘cuando’, por ejemplo, ‘es en momentos como los actuales cuando tenemos que actuar’. Se está generalizando, sin embargo, el uso de ‘donde’ en su lugar, como lo demuestran las siguientes frases: “Estamos en un momento crucial de nuestra historia, donde la innovación tecnológica puede ser un poderoso motor…” (LA PATRIA, Natalia López Arboleda, 20/3/2024). “…esa decisión ya se había adoptado en el año 2023 (…) donde se dejó muy claro…” (Ibídem, Efe, Patricia Linares, expresidente de la JEP, sobre el caso Mancuso, 19/3/2024). En ambas, sobra decirlo, el adverbio apropiado es ‘cuando’. Así como la palabra ‘tema’, ‘donde’ se ha convertido en el comodín de los escritores por su empleo subjetivo –caprichoso, más bien–, por lo cual, no sólo ha usurpado el oficio de ‘cuando’, sino que ha relegado al olvido las locuciones relativas ‘en el que, en los que, en la que, en las que’, ‘en el cual, en los cuales, en la cual, en las cuales’, verbigracia, “A pesar del progreso en las conversaciones entre Israel y Hamás (…), donde se contempla acordar una tregua de seis semanas…” (LA PATRIA, Gonzalo Duque Escobar, 25/3/2024). “…conversaciones en las cuales…”, así. Este uso excesivo y equivocado de ‘donde’ empobrece nuestro lenguaje. ***
En la misma nota de Efe se lee: “…declaraciones (…) con las que buscaba (…) que lo acojiera esta justicia especial…”. “…acogiera…”, sin duda. El verbo ‘acoger’ (‘recibir, cobijar, amparar’) solamente cambia la ‘ge’ radical por la ‘jota’ cuando la terminación es ‘a’ u ‘o’ o comienza por esas vocales abiertas, así: presente de indicativo: ‘acojo, acoges, acoge; acogemos, acogéis, acogen’. Presente de subjuntivo: ‘acoja, acojas, acoja; acojamos, acojáis, acojan’. Imperativo: ‘acoge, acoja; acoged, acojan’. Como ‘coger’, ‘recoger’ y ‘escoger’, y algunos verbos de la tercera conjugación: ‘elegir’, ‘dirigir’, ‘infligir’, ‘infringir’… ***
No significan lo mismo los verbos ‘expedir’ y ‘expeler’. La columnista Carolina Piñeros Ospina los confundió en esta predicción: “En el futuro, les contaremos a nuestras hijas e hijos que en una época las personas usaban un dispositivo para expedir unas emisiones por la boca…” (LA PATRIA, 22/3/2024). “…para expeler unas emisiones…”, correctamente, porque este verbo sí expresa la idea de la escritora, a saber, la de ‘expulsar por la boca algo que se tiene dentro’. Viene del verbo latino ‘expellere’ (‘expulsar, expeler, arrojar’). Y ‘expedir’ (del latín ‘expedire’ –‘desembarazarse, librarse; franquear; desplegar’) significa, entre otras cosas, “dar curso a las causas y negocios”. Sinónimos, ‘enviar, remitir, facturar; despachar, resolver, cursar’. En el mismo artículo escribió: “Estaremos abogando porque ocurra lo antes posible y porque se haga bien”. Mejor, “…por que ocurra…” y “…por que se haga bien”, pues se trata de la locución conjuntiva final, que equivale a ‘para que’, no de la conjunción causal ‘porque’, aunque la Academia de la Lengua le da a ésta, además de su significado de ‘causalidad’, el de ‘finalidad’, con lo que no estoy de acuerdo, pues como lo enseña el diccionario de M. Moliner, “la escritura de esta expresión es más lógica en dos palabras, ya que la partícula «que» es una conjunción que afecta a la oración siguiente”. Para mí, la única. ***
Encabezado del artículo “Síndrome del manguito rotador”: “Es muy susceptible a enfermarse” (LA PATRIA, Julián Escobar, 24/3/2024). El adjetivo ‘susceptible’ rige la preposición ‘de’, porque tiene su origen remoto en el verbo latino ‘suscipere’ (‘tomar por debajo, coger, recibir’), y significa ‘tener la capacidad de recibir’, verbo que, lógicamente, pide la preposición ‘de’, porque su complemento es de ‘procedencia’. Escribe también: “El síndrome del manguito rotador es la enfermedad de uno o varios de esos tendones…”. El ‘síndrome’ no es la enfermedad, sino sus síntomas característicos. Pan al pan, y vino al vino.
El lenguaje en el tiempo
Por Fernando Ávila/El Tiempo
Pregunta la lectora Alicia Pardo: ¿Es correcto el uso de la palabra “renta” en este titular: “El 97 % de los migrantes en Bogotá vive en renta y muchos, hacinados”?
Respuesta: Aunque el verbo “rentar” tiene como único significado ‘dar o rendir renta’, “el CDT me renta 13 % anual”, en el Diccionario de la lengua española, DLE, 23.7, el sustantivo “renta”, por el que usted me pregunta, sí tiene como segundo significado ‘aquello que paga en dinero un arrendatario’ y da como sinónimos de “renta” las palabras “alquiler”, “arrendamiento” y “arriendo”. Por su parte, el Diccionario de americanismos, DA, 2010, agrega a ese verbo el siguiente significado: ‘alquilar, dar o tomar algo en arriendo’. Este uso nació en México, del inglés rent-a-car, y está extendiéndose a Guatemala, Honduras, España, Nicaragua, Panamá, Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Ecuador, Chile, Costa Rica, y ya empieza a verse en Colombia.
En cuanto a la puntuación, hay una coma elíptica, o sea, una coma que reemplaza el verbo, en este caso, ‘viven’ (“muchos, hacinados”), lo que equivale a que se hubiera escrito “muchos viven hacinados”. Esa coma es correcta. Sin embargo, falta otra, la coma separativa que debe ir antes de la “y” (“El 97 % de los migrantes en Bogotá vive en renta, y muchos, hacinados”), porque se trata de dos frases distintas cada una con su sujeto, su verbo y su complemento, y no de una enumeración, tipo “arroz, carne, papa y maduro”, que no admite la coma donde va la “y”. La ausencia de esa coma hace que el lector crea que lo que sigue forma parte de una enumeración de la primera frase, como sería “vive en renta y en leasing” o “vive en renta y endeudado”, y no que se va a introducir otra frase completa.
SÉ Y QUIEN
¨Pregunta de la lectora Cecilia Martínez: ¿Cómo se tildan las palabras de la frase que según entiendo dijo García Márquez cuando estaba perdiendo la memoria: “Yo no se quien eres pero se que te quiero”? Respuesta: Se escribe “Yo no sé quién eres, pero sé que te quiero”. Tiene tres tildes diacríticas, las del verbo “sé”, tónico, que lleva tilde para que no se confunda con el pronombre “se”, átono (“se fue para Tunja”), y la de “quién” que en este caso es interrogativo y tónico (“quién eres”), para que no se confunda con el relativo y átono “quien” (“¿Eres tú quien me llamó ayer?”). Además, lleva la coma adversativa, que debe ir antes de “pero” (“Vino hace poco, pero no se quedó”).
Canción
Preguntan estudiantes del Colegio Champagnat: ¿De dónde viene la palabra “canción”? Respuesta: Viene del latín cantio, que significa ‘canto’, sustantivo relacionado con el verbo “encantar”, que significa en el lenguaje habitual ‘gustar en gran medida’, “me encantó la nueva canción de Karol G.”. Ahora, la etimología es bien interesante, pues “encantar” tiene relación con los sustantivos “encantamento”, que usaba Cervantes, y “encantamiento”, más moderno. Y el encantamiento es lo que logra una canción. Piensen en una serenata, que son cinco canciones, y que tiene como finalidad encantar a la novia o a la esposa. Y “encantar” es ‘someter a poderes mágicos’, ‘embrujar’, ‘seducir’. Más no se le puede pedir a una canción. ¡A cantar, muchachos!
Fernando Ávila
Experto en lenguaje y ortografía
Preguntas: [email protected]
Maquina de escribir por kilos
DESCACHADAS IDIOMÁTICAS
Por Jairo Cala Otero
1.- «A un compañero de la empresa en el mes de junio le sucedio el mismo accidente…». Testimonio de un opinador en los mal llamados «foros» del diario El Tiempo. Eso resulta al escribir por escribir; o al escribir sin pensar, que es la misma locura. 1.- ¿La empresa se llama en el mes de junio? Porque, sin coma detrás del sustantivo empresa, lo que sigue pareciera ser su «nombre»; el autor de la frase violó la norma ortográfica y siguió de largo, como si fuese manejando un carro sin frenos. 2.- El tiempo pasado del verbo suceder debe tener tilde por ser palabra aguda: sucedió. 3.- Es imposible, materialmente, que hubiese sucedido «el mismo accidente». Por lo tanto, ¡es falsa tal afirmación! Ocurrió otro accidente de similar característica; eso es distinto. Recomposición: «A un compañero de la empresa donde trabajo, en el mes de junio, le sucedió un accidente similar».
2.- «La noticia la distorsionan y encausan…». De un comentario del historiador Edmundo Gavassa en el periódico Vanguardia (Bucaramanga). No es cierto que encausen o enjuicien las noticias, quizás las encauzan; es decir, las enrumban por un determinado destino o enfoque. Las palabras homófonas se pronuncian igual, pero se escriben distinto y significan otros asuntos. Eso ocurre con encausar, que es «formar causa judicial contra alguien». En cambio, encauzar es «encaminar, dirigir por buen camino un asunto, una discusión». Luego para que la afirmación de Edmundo tenga el sentido exacto, debió escribir: «La noticia la distorsionan y encauzan…».
3.- «Luego el desespero, luego la negación, luego la esperanza». Uno podría sospechar que Juan Esteban Constaín, articulista de El Tiempo, escribió esta expresión en medio del desespero, de la negación de algo y con esperanza de haber escrito bien. Porque le faltaron las irremplazables comas después del adverbio luego; y los puntos y comas para separar cada oración. Así: «Luego, el desespero; luego, la negación; luego, la esperanza».
4.- «Mejoran alumbrado a la altura de Los Troncos en Piedecuesta». Título de una noticia firmada por Ángela Castro Ariza, en el periódico Vanguardia. Cuanto más abreviados, mejores serán los títulos de prensa; adicionalmente, en este título el sustantivo altura no es preciso para indicar la ubicación de un lugar. La coma no debe eliminarse después del nombre Troncos. El lenguaje directo es el indicado: «Mejoran alumbrado de Los Troncos, en Piedecuesta». Simplificación y comprensión rápida del mensaje.
5.- «En una Plaza de San Pedro abarrotada de fieles, sobre todo jóvenes…». De Álvaro de Juana, redactor de la página ACI prensa, sobre el sermón del papa Francisco, el Domingo de Ramos. La Plaza de San Pedro es única, no hay otra; por lo tanto, usar el artículo indeterminado femenino una es un error que salta a la vista. Ese artículo indica una cualquiera de todas las plazas. ¿Cuál otra Plaza de San Pedro podría ser referenciada en la información? ¡Ninguna otra! Además, faltó la coma que debe ponerse detrás del nombre propio Pedro. Corrección: En la Plaza de San Pedro, abarrotada de fieles, sobre todo jóvenes…».
6.- «La víctima sufre un repentino desmayó y cae sobre la carretera». Así decía una información del periódico virtual Pulzo.com. En un párrafo anterior se leía que un anciano se había desmayado en una esquina de la calle 22 con carrera 116, de la localidad de Fontibón (Bogotá). Errores: 1. Lo aconsejable es usar los verbos en pasado, pues las acciones ya han transcurrido cuando el lector se entera de las noticias. 2. No es lo mismo desmayo que desmayó, como escribieron. 3. Si el desvanecimiento del anciano fue en Fontibón, no pudo haber caído sobre una carretera; las carreteras se localizan en las afueras de las ciudades. En las ciudades existen calles. Corrección: «La víctima sufrió un repentino desmayo y cayósobre la calle».
7.- «Que Dios Te respalde en todo lo que hagas Que el sea tu fuerza cuando te sientas débil y tu Apoyo cuando te sientas solo». Con estos solecismos ¡queda sin fuerza la invocación divina! El texto es de uno de los tantos mensajes que a diario circulan por Whatsapp (o wasap). Las intenciones son buenas, pero la escritura hace sentir pena o sonrojo ante Dios. Veamos: 1. El pronombre te no lleva inicial mayúscula, a menos que con él se comience frase, que no es el caso. 2. Faltó el punto luego del verbo hagas. El pronombre Él (en mayúscula inicial por referirse a Dios) fue cambiado por el artículo determinante el, que no significa lo mismo. 3. La palabra apoyo nunca lleva inicial mayúscula. Arreglemos: «Que Dios te respalde en todo lo que hagas. Que Él sea tu fuerza cuando te sientas débil y tu apoyo cuando te sientas solo». Así, sí se puede decir amén.
8.- «Luego sacan al sindicado y afuera lo rosean con gasolina…». Según una información publicada en el diario El Tiempo, la expresión es del coronel George Quintero, comandante de la Policía en Norte de Santander. ¡Ay, coronel! Una cosa es rosear (dar color rosa a algo), y otra, bien distinta, es rociar (esparcir gotas de algo a modo de rocío sobre una superficie). Luego el cuerpo de una persona mal puede rosearse con gasolina para quemarlo, pero sí es posible rociarlocon ese u otro combustible, y luego, prenderle fuego. El redactor de la noticia pudo haber corregido el error del coronel, pero no lo hizo; eso permite deducir que también pronuncia y escribe mal el verbo rociar. Además, se volvió costumbre en los oficiales de la Policía el hablar en tiempo presente a toda hora, como lo hizo en esta ocasión el coronel Quintero. Corrección: «Luego, sacaron al sindicado y, afuera, lo rociaron con gasolina…».
9.- «Los rumores surgieron a partir de las publicaciones que publicaron en las redes en donde se veían compartiendo muy felices en varios de los sitios que conocieron…». En los periodistas principiantes los continuos errores son «digeribles», pero en expertos, como los que se supone que tenga la revista Semana, son imperdonables. Sobre los viajes de Laura Acuña y Jhovany Ramírez (humorista), ese medio periodístico publicó que ellos hicieron «publicaciones que publicaron». Sí, así como la revista tuvo esa «caída al caer» en repetición fútil. Además, se omitió la coma enseguida de la palabra redes. Corrección: «Los rumores surgieron a partir de sus publicaciones en las redes comunicacionales, en donde se veían compartiendo muy felices en varios de los sitios que conocieron…».
10.- «El artista fue capturado por oficiales de la Interpol, pues sobre él pesan cargos por el presunto abuso sexual de cuatro menores en su país». Las víctimas resultaron acusadas de abuso sexual por quien redactó la información en la página de Noticias Caracol Televisión. La preposición ‘de’ está mal usada, por ello cambia el sentido de lo que se quería informar. En desarrollo de la noticia, aparecía dos veces más la misma estructura oracional, así: «(…) pesa sobre Dan Masciarelli una grave acusación por el presunto abuso sexual de cuatro niñas, sus sobrinas». Y al final: «Dan Masciarelli deberá regresar a su natal México para responder por las acusaciones que tiene en su contra por el presunto abuso sexual de sus cuatro sobrinas». ¡Qué barbarismos! Correcciones: 1.- «El artista fue capturado por oficiales de la Interpol, pues sobre él pesan cargos por el presunto abuso sexual contra cuatro menores en su país». 2.- «(…) pesa sobre Dan Masciarelli una grave acusación por el presunto abuso sexual contra cuatro niñas, sus sobrinas». 3.- «Dan Masciarelli deberá regresar a su natal México para responder por las acusaciones que tiene en su contra por abusar sexualmente de sus cuatro sobrinas».
11.- «Ese fue el génesis de la espiral de violencia». Del periódico Vanguardia en una noticia sobre la captura de un peligroso hampón en Bucaramanga. El Génesis – con mayúscula inicial – es el primer libro de la Biblia; no es lo mismo que la génesis, que sí significa comienzo u origen de algo. A la palabra solamente la modifican semánticamente los artículos determinados (la y el). Luego la oración es: «Esa fue la génesis de la espiral de violencia».
12.- «Tras más de 25 minutos de retraso, el encuentro pudo dar inicio luego de que Cerro Porteño cambiara el color de su pantaloneta». Deficiente redacción en una noticia de la página de Caracol Radio sobre demoras en la iniciación de un partido entre Deportivo Cali y Cerro Porteño. El embrollo radicaba en que los jugadores de los dos equipos tenían pantalonetas del mismo color. El sentido común volvió a fallar, como tantas veces sucede. Es claro que no es el partido el que no pudo «dar inicio», esa acción la autorizan los árbitros. No había una única pantaloneta en el equipo Cerro Porteño, había doce pantalonetas: una por cada futbolista; tampoco los jugadores cambiaron el color de esa parte del vestuario deportivo, lo que hicieron fue cambiar las pantalonetas por otras de distinto color. Entonces: «Tras más de 25 minutos de retraso, el encuentro pudo iniciarse luego de que los jugadores de Cerro Porteño cambiaran sus pantalonetas». Otra posible, más precisa: «Tras más de 25 minutos de retraso, el encuentro se inició, pues los jugadores de Cerro Porteño usaron pantalonetas de otro color».
13.- «Fiscalía imputa a exsecretaria, exgerente y contratista de la alcaldía de Quintero». La página de Caracol Radio presentó este título sobre las anomalías administrativas detectadas durante el gobierno de Daniel Quintero, en Medellín. Al omitirse la preposición ‘a’ para separar cada cargo, terminaron diciendo que una única persona ostentaba tres funciones: secretaria, gerente y contratista de la Alcaldía. Además, escribieron Alcaldía con minúscula inicial, lo cual quebranta la norma ortográfica vigente para los nombres propios. En realidad, el exgerente de Metroparques es Jorge Liévano; la exsecretaria de Infraestructura es Natalia Urrego y el representante de Reforestadora Líbano es Luz Eliana Henao; a ellos los acusan por «los delitos de celebración de contrato sin cumplimiento de requisitos legales, interés indebido y asociación para la comisión de delitos contra la Administración pública». Título al derecho: «Fiscalía imputa a exsecretaria, a exgerente y a contratista de la Alcaldía de Quintero».
EL SONETO DE POMPILIO IRIARTE
Mensaje hallado en una botella
Lenta agonía del pez entre las manos
de la amante amadísima o del río.
Liso resbala el sábalo al vacío
desde tus sueños leves y tempranos.
Preso de amor entre tus muslos caigo
de bruces sobre el campo de batalla.
Duerme la noche y tu reclamo calla.
Desde la orilla de tus labios traigo
sueltos poemas de palabras sueltas,
aguas al lecho de la mar devueltas,
un pez caído de tu mano al suelo,
y echado dentro al mar de una botella,
escrito un verso de esta forma bella:
“Por fin un sueño que mordió el anzuelo”.