QUISQUILLAS DE ALGUNA IMPORTANCIA
por Efraim Osorio López
Y recordemos que ese peinado fue una de las características de la “Fea” más querida por los colombianos, Betty.
En su “Diccionario abreviado de galicismos, provincialismos y correcciones de lenguaje”, Rafael Uribe Uribe define la palabra ‘capul’ de la siguiente manera: “(La), el tupé: mechón de cabello levantado en la parte superior de la frente”. Y en sus notas (68) añade: “Parece que el nombre de este peinado se deriva de un cómico italiano (Capoul), que fue quien lo puso en boga”. Para el inmolado general, el término ‘capul’ era femenino, y nosotros siempre dijimos ‘la capul’, parte del peinado de los niños de mi infancia. No obstante, el escritor y columnista Juan Esteban Constaín emplea el término con el género masculino en este ominoso pronóstico: “… (que es posible que Trump vuelva a ser presidente de ese país a pesar de los líos judiciales en que naufraga y chapotea con su frondoso y horquillado capul)…” (El Tiempo, /6/7/2023). Como esta palabra, a pesar de su uso extendido, no es entrada de ninguno de los diccionarios regulares –El Diccionario prefiere el galicismo ‘tupé’ (‘copete’), definidos ambos de la misma manera que ‘capul’–, acudí a otras fuentes y la encontré en el “Diccionario de colombianismos” del Instituto Caro y Cuervo con esta definición: “S. ambiguo. Porción de cabello que cae sobre el rostro formando una línea recta paralela a las cejas”. Según la misma fuente, se le dice también ‘pollina’. Conclusión: de los dos géneros. Y recordemos que ese peinado fue una de las características de la “Fea” más querida por los colombianos, Betty. ***
Con frecuencia, cuando estamos tratando de llenar la página en blanco, nos encontramos con la dificultad de hallar el sustantivo que exprese la acción y el efecto de algún verbo, quizás porque no está en el diccionario. Esto, creo, le sucedió al columnista Jorge Enrique Pava Quiceno con el verbo ‘arreciar’ en esta pregunta: “¿O significará que, ante el arrecio de la criminalidad y la impotencia del Estado, está pensando en autorizar el uso de las armas para la defensa personal?” (LA PATRIA, 7/7/2023). ‘Arrecio’ no es sustantivo, es la primera persona del singular del presente de indicativo de ese verbo. En este caso, hay que buscar la forma de ‘hacer’ ese sustantivo añadiéndole a la raíz del verbo el sufijo ‘-ado-a’, para los verbos de la primera conjugación*, que, además de adjetivos y participios pasivos, forma nombres que indican la acción y el efecto del verbo al que se le agrega, en este caso, ‘arreciada’ (‘el aumento de la criminalidad’), como ‘afeitada’ y ‘mojada’. O buscar un sinónimo: ‘aumento, incremento, crecimiento’. * ‘-Ido-a’, para las otras conjugaciones. ***
El adverbio de modo ‘también’ se emplea únicamente en oraciones afirmativas para establecer una relación de igualdad, similitud, conformidad, etc. con otra ya nombrada afirmativamente, por ejemplo, ‘me gustan las baladas de los años 70 del siglo pasado, y también la música clásica’. En cambio, el adverbio de modo ‘tampoco’ se usa exclusivamente en oraciones negativas para negar algo después de haber negado otra cosa, verbigracia, ‘no aceptamos la reforma del sistema de Salud, tampoco la laboral’. Nociones elementales que olvidó el columnista Marco Antonio Londoño Zuluaga en la siguiente cláusula: “Caldas es un departamento con un alto potencial deportivo, siendo innumerables los atletas que han llenado de gloria a nuestra tierra (…), pero también no debemos desconocer las grandes necesidades existentes…” (LA PATRIA, 11/7/0223). Como la primera parte es afirmativa, la segunda debe serlo también, así: “…pero también debemos reconocer…”. Los adverbios ‘también’ y ‘no’ se excluyen necesariamente. ***
En su columna del 18 de junio, El Fraile empleó el verbo ‘pinturrujear’, en lugar del castizo ‘pintarrajear’ (‘pintarrajar’). Tres semanas después, ¿coincidencia?, la columnista de El Tiempo Claudia Hakim acudió al verbo ‘pintorretear’ para expresar la misma idea, equivocadamente, en la siguiente observación: “…las vitrinas, los ventanales privados de los negocios y almacenes (…), son pintorreteados y los dejan inservibles por el ácido que usan…” (7/7/2023). ‘Equivocadamente’, sin duda, porque el verbo castizo, sinónimo de ‘pintarrajear’, es ‘pintorrear’, a saber, “manchar algo de varios colores y sin arte”.
DESCACHADAS IDIOMÁTICAS
Por Jairo Cala Otero
1.- «Así luce el río Chicamocha y otros afluentes por el fenómeno de El Niño en Santander». De un pie de foto en el periódico Vanguardia. También luce mal esta oración gramatical, pues su redactor desconoció la concordancia de número correspondiente. Como son varios ríos los citados (Chicamocha y otros afluentes), hay un plural; luego el verbo debe estar en plural también: «Así lucen el río Chicamocha y otros afluentes por el fenómeno de El Niño en Santander».
2.- «Con la presencia del presidente Enrique Camacho, del técnico Rubén Israel y de Norberto Peluffo, Millonarios presentó (…) los refuerzos para la temporada…». Cita del diario El Tiempo. La falta de comas (o el no saber aplicarlas, que es peor) enreda expresiones tan sencillas como la que quisieron escribir aquí. Detrás de la palabra presidente debió haber una primera coma; después del apellido Camacho, iba punto y coma; detrás del vocablo técnico faltó otra coma; después de Israel, otro punto y coma; además, faltó citar el cargo que ocupa Norberto Peluffo (aunque lo sepa el redactor, se escribe para los lectores). Corrección: «Con la presencia del presidente, Enrique Camacho; del técnico, Rubén Israel; y de Norberto Peluffo, (…) Millonarios presentó los refuerzos…».
3.- «El inquieto delantero nacido un siete de diciembre de 1961…». El artículo ‘un’ es indeterminado, se llama así porque no determina, no señala con exactitud un sustantivo. En las fechas todos los sustantivos (los días y los meses) son precisos (determinados): el 7 de diciembre de 1961 no será el mismo 7 de diciembre de 2023; ni en diciembre de 1961 hubo dos o más días sietes. En esto último consiste el error de quienes, como Felipe Zarruck (Vanguardia), usan el artículo indeterminado ‘un’ en las fechas. En esta cita se insinúa que entre los varios días 7 que hubo en diciembre (¿?) de 1961 (probabilidad nunca posible), uno de ellos es el del nacimiento de Armando ‘Piripi’ Osma, futbolista colombiano. El dislate se corrige cambiando ese impreciso artículo (un) por el artículo determinante el: «El inquieto delantero, nacido el 7 de diciembre de 1961…». El artículo determinante señala con precisión y exactitud la fecha, no una cualquiera.
4.- «…la investigación periodística o el pensamiento crítico serán puestas en entredicho por muchos y muchas escritoras…». De Juan David Correa, uno de los editores de Editorial Planeta. Ni siquiera la refrita remarcación del género, que trasnocha a algunos, les queda bien escrita: si Correa se refería a «muchas escritoras» (ambas palabras de género femenino), también debió escribir, entonces, «muchos escritores», siguiendo la línea de la matraca que unos pocos escribidores inventaron alegando que las féminas son discriminadas por el idioma castellano. ¡Calumnia! La gramática nada tiene que ver con lo «políticamente correcto». En los sustantivos y adjetivos masculinos está recogido lo femenino, sin que ello signifique dominio de un sexo sobre el otro, como lo argumentan los neófitos en gramática española. La frase debió ser: «…la investigación periodística o el pensamiento crítico serán puestos en entredicho por muchos escritores…».
5.- «Óscar Villamizar y Erika Sánchez, los congresistas santandereanos que más gastaron en campaña en las pasadas elecciones». Lo primero que se nota es la ausencia de la tilde en el nombre propio Érika. Enseguida, aflora una rara combinación: campaña y elecciones juntas. La realidad indica que los políticos hacen primero su campaña (adoctrinamiento de masas y «venta» de su aspiración electoral), y luego sí se realizan las elecciones, en las que entran en juego sus aspiraciones a cargos públicos. El título pudo ser mejor: «Óscar Villamizar y Érika Sánchez, congresistas santandereanos con mayor gasto económico en sus campañas electorales».
6.- «Atentado en Tibú: población dice que la violencia venía aumentando hace una semana». Hay un choque en los tiempos verbales en esta expresión en un título del diario El Espectador. El verbo venir está en tiempo pasado (venía), seguido de un gerundio que se pudo evitar (aumentando), y el verbo hacer está en presente (hace). No encajan los dos tiempos verbales en el sentido de lo que se quiso decir. Opciones para un mejor título: «(…) población dice que la violencia venía aumentando hacía una semana». Así concuerdan los dos verbos en pasado. Mejor todavía, sin el gerundio: «(…) población dice que la violencia había aumentado hacía una semana». Otro modo: «(…) población dice que la violencia había aumentado en la última semana».
7.- «Los periodistas en Colombia continúan siendo objeto de ataques por parte de funcionarios y personajes de la vida política…». De Norberto Patarroyo en El Muro de Pata. Ninguna persona, tenga la profesión que tuviere, es objeto. La frase cliché que suele usarse para denunciar algún atropello contra alguien denota baja autoestima. Se olvida la magnitud de la cualidad del ser humano. Dos: el giro «por parte de…», además de impreciso, desluce toda oración. Se puede ser directo: «ataques de funcionarios». Corrección: «Los periodistas en Colombia son blanco de ataques de funcionarios y personajes de la vida política…». También cabe el vocablo víctimas: «Los periodistas en Colombia son víctimas de ataques de funcionarios y personajes de la vida política…».
8.- «Inpec cerró pabellón de funcionarios públicos de cárcel El Bosque donde estaba recluido Kiko Gómez». Hasta la saciedad hemos indicado que funcionarios son sólo quienes trabajan para el Gobierno (en cualquier institución). No hay funcionarios en el sector privado; allí se llaman empleados, colaboradores o trabajadores. Sin embargo, el error se mantiene en los medios periodísticos, como en este caso de la página de RCN Radio en Internet. No solamente el título llevaba la redundancia, el primer párrafo del texto también lo incluía. Además, hizo falta la coma detrás de Bosque. Corrección: «Inpec cerró pabellón de funcionarios de la cárcel El Bosque, donde estaba recluido Kiko Gómez». Pero, si al redactor le encanta el adjetivo ‘públicos’, pudo haber usado otro sustantivo: «Inpec cerró pabellón de servidores públicosde la cárcel El Bosque, donde estaba recluido Kiko Gómez».
9.- «El ministro también indicó que actualmente no cobrar un peaje tiene implicaciones disciplinarias y fiscales para las autoridades a cargo de ellos, explicando que “no es algo que se decida voluntariamente”». En noticia de la página de Internet de W Radio, Cristian Medina incurrió en yerro con el uso inapropiado del gerundio explicando. Por ser una oración yuxtapuesta (dependiente de la anterior), debió usar la conjunción copulativa ye (y). Así: «El ministro también indicó que actualmente no cobrar un peaje tiene implicaciones disciplinarias y fiscales para las autoridades a cargo de ellos, y explicó que “no es algo que se decida voluntariamente”».
10.- «…me refiero a una serie de trinos particularmente preocupantes: los que tratan sobre el comportamiento moral de la pareja y/o de las mujeres». La frase es de Olga González en la página virtual de La Silla Vacía. La Real Academia Española (RAE) eliminó, hace más de 10 años, la alternancia usada con la letra ye (y) y la vocal o; dijo que una de ellas basta. De modo que en el citado medio informativo la articulista debió escribir: «…me refiero a una serie de trinos particularmente preocupantes: los que tratan sobre el comportamiento moral de la pareja y de las mujeres»; también: «…los que tratan sobre el comportamiento moral de la pareja o de las mujeres».
11.- «Dos militares, heridos con quemaduras graves en accidente de paracaídas en Coveñas». Del periódico virtual Pulzo.com (Bogotá). La coma detrás del sustantivo militares (que es el sujeto de la oración) fractura el sentido de la expresión; por lo tanto, es error. Muchos escribidores creen que todas las oraciones llevan una coma siempre. ¡Falso! Hay oraciones largas que no la necesitan; si se les pone coma, se daña su orientación. Además, sobra el adjetivo heridos; con hablar de quemaduras es suficiente. El título de Pulzo.com debió decir: «Dos militares resultaron con quemaduras graves en accidente de paracaídas, en Coveñas».
12.- «Joven denuncia que taxista la abusó, tras recogerla en ‘Cuadra Play’». Este título está mal redactado. En el subtítulo, la noticia de Vanguardia decía: «Una joven de 18 años denunció haber sido violada por un taxista, luego de salir de un bar en el sector de ‘Cuadra Play’, en Bucaramanga». Se abusa de alguien, no se lo abusa. Además, abusar no es lo mismo que violar, como cree quien redactó esta nota; son dos vocablos que deben usarse en contextos determinados, y eso depende de qué situación se describa en el texto. Abusar significa propasarse en confianza con alguien sin su consentimiento, por lo que podría haber tocamientos indebidos. En cambio, violar es «tener acceso carnal con alguien en contra de su voluntad, o cuando se halla privado de sentido o discernimiento». Corrección: «Joven denuncia que taxista abusó de ella tras recogerla en ‘Cuadra Play’». Otra opción: «Taxista habría abusado de una joven durante un servicio».