Por Elizabeth Mora-Mass
Nueva York. Los votantes hablaron y Zohran Mamdani ganó. Hay razones muy valederas para tan rotundo triunfo con los votantes de la Gran Manzana.
Buscar los votos en la calle y en las redes sociales. Desde finales de 2024, Mamdani se fue a la calle e invadió las redes sociales con mensajes cortos, positivos y llenos de esperanza, impuso la palabra “affordability”, la cual en este contexto equivale a “poder tener una calidad de vida real”, mensaje que energetizó a los jóvenes, atrayendo a decenas de millares no sólo a votar por él, si no a ser voluntarios para ir puerta a puerta en todos los barrios populosos de los cinco condados de Nueva York explicando en diferentes idiomas Por Qué había qué votar por Mamdani.
Lo anterior fue VITAL para qué, dos grupos claves, los Milenios y la Generación Z, quienes viven con el gran temor de tener que emigrar de NYC, debido a lo costoso que resulta Habitar en la ciudad, votaran por el asambleísta socialista, protegido de Bernie Sanders y Alexandria Ocasio Cortez, AOC.
Por otro lado, el ex gobernador Cuomo usó la estrategia de la “Garden Rose” – la Rosa en el Jardín, lo cual equivale a “ Vota por mí. Mira lo linda que soy”, apoyado en el reconocimiento de su nombre, junto a un megaPACK de 30 millones de dólares, gastados en contratar promotores, y enviar mensajes negativos contra Mamdani.
Los errores de la campaña Cuomo
Para colmo, la campaña Cuomo NUNCA DIO EN EL BLANCO. Algunos de sus mensajes como uno en el cual ponían de relieve lo que Trump haría si Mamdani era elegido, lo convirtió en el héroe de muchos neoyorquinos, dada la antipatía que el actual inquilino de la Casa Blanca genera entre sus paisanos.
Otro gran pecado de la campaña Cuomo fue que olvidó hacer siquiera un para de mensajes positivos, que le dieran esperanza a los electores, quienes tenían que decidir entre él, un hombre de 67 años, malencarado y arrugado, frente a un joven de 33, atractivo, buen mozo, que luce perfecto para las cámaras, que siempre sonríe, que jamás antagoniza a nadie que no sea Donald Trump, sus políticas y su efecto en la vida diaria de los neoyorquinos.
La campaña Cuomo se basó sólo en el apoyo de algunos de los más importantes líderes religiosos negros y la fuerza de las uniones de sindicatos. El voto negro no le falló. Lo consiguió en más del 80%. Pero los sindicatos fueron un fracaso.
En lugar de llamar personalmente a las personas registradas como demócratas, tal como hicieron los seguidores de Mamdani, la mayoría de los miembros sindicales usaron robocalls para hacer las llamadas. Los robocalls que no podían hablar ni persuadir a la gente con la calidez y la amabilidad de los mensajeros humanos de Mamdani, quienes a diferencia de los sindicalistas, se asociaron a la campaña por voluntad propia y no por imposición de algunos directivos.
Además, la campaña Cuomo tampoco fue a buscar a los ciudadanos comunes y corrientes, fuera de las iglesias negras, ni asistieron a escuelas, comités comunales y parques, tal como lo hicieron los jóvenes voluntarios de Mamdani.
Se olvidaron de aclarar la imposibilidad de la agenda de Mamdani
Y como si fuera poco, la campaña Cuomo pasó por alto crear un comercial corto que le explicara a los neoyorquinos que antes de poner en práctica su agenda socialista, Mamdani tenía que tener la aprobación de la gobernadora Kathy Hochul, quien repetía una y otra vez que no “estoy interesada en subir impuestos”. Sin esa aprobación no hay manera de conseguir los 10.000 millones de dólares adicionales, para el cuidado infantil y el transporte gratuito, los supermercados supervisados por la ciudad para vender mercados familiares al costo, al igual que subir los salarios a 30 dólares la hora.
Era sólo hacer un comercial corto diciendo: Mamdani no puede hacerlo. Y Hochul tampoco porque ya se han ido de NYC más de 350.000 personas que pagaban impuestos. !¡Qué falla tan garrafal!
Trump 3.0?
Lo peor es que la campaña Cuomo se olvidó de estudiar y demostrar cómo los supermercados de propiedad de la ciudad van a afectar a las organizaciones privadas de supermercados, bodegas y las pequeñas tiendas llamadas “papá-mamá”, en las barriadas populosas que son el fuerte de Mamdani.
Sabemos que Trump es uno de los grandes propagandistas de nuestra época. Por eso es el presidente de Estados Unidos. Mucho me temo que si Mamdani es elegido alcalde de Nueva York, Trump lo usará como el perfecto candidato para aplicar aquello de la “ley del enemigo único”. Y vice versa. Ya Trump es “el enemigo único” de Mamdani.
Trump está listo para enjuiciar a “Los liberales de Nueva York”, tal como lo está haciendo con California en este momento. Trump va a usar la administración socialista de Mamdani como un ejemplo nacional del por qué las ideas socialistas no trabajan.
NYC podrá ser usada para mostrar las fallas del modelo “comunista” como ya lo llama y lanzar su Trump 3.0.
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