Por Óscar Domínguez G.
Como tenía las siete vidas del gato, Alfonso Villegas Restrepo, nacido en Manizales en una familia conservadora, fundó el Partido Republicano que no pelechó pero sirvió de inspiración a los creadores del Frente Nacional. Antes había fundado El Tiempo el 30 de enero de 1911. Una hermana suya dormia con un presidente.
Peleó en la guerra de los Mil Días, fundó periódicos para defender el republicanismo, ejerció como literato y abogado del Rosario y sobrevivió a duelos con revólver 38 largo, el último de los cuales tuvo lugar en los campos de golf del Country Club.
Villegas Restrepo nació en Manizales en una familia conservadora. Los horrores de la guerra que vivió de cerca lo llevaron a explorar siempre caminos de reconciliación.
Se abstuvo de postularse a la presidencia pero tuvo acciones en los mandatos liberales de Carlos E. Restrepo, Olaya, López Pumarejo, Eduardo Santos y Alberto Lleras. Se dio un sabático de seis años en Nueva York, recibía a sus invitados en la cama… y amaba el ajedrez como a la mujer del prójimo.
De nuestro personaje escribió el expresidente Alberto Lleras que “pasaba buena parte de su vida en la cama y apenas salía en la tarde para larguísimas partidas de bridge con sus amigos del Jockey Club, y alguna vez a la semana, a jugar golf en el Country Club”.
Villegas Restrepo quien vivió de una vez todas sus vidas en 61 años, edad en la que enrocó largo y abandonó el tablero de la vida tres años antes del asesinato de Gaitán, fue un cultor y promotor del juego que nos regaló la India.
El manizaleño que “no podía hacer nada modestamente”, siempre en palabras de Lleras, seguía al detalle las partidas por el mundial de ajedrez.
PERIÓDICOS PARA LA UNIDAD
En 1927 ya había vendido El Tiempo a quien sería su cuñado y presidente, Eduardo Santos, casado con Lorencita, su hermana.
Luego fundaría el diario La República para mantener activa su quijotada del republicanismo con el que pretendía apaciguar los ánimos belicistas de sus compatriotas que habían padecido guerras como la de los Mil Días.
“… le gustaba el republicanismo porque le permitía mantenerse en duelo intelectual contra todos; pero también le encantaban los duelos de verdad, con pistola o con espada, en defensa del honor”, escribió Juan Carlos Gaitán Villegas, su sobrino-nieto.
Al congresista conservador Alberto Vélez Calvo que se atrevió a poner en tela de juicio su integridad como abogado de una firma francesa, lo retó a duelo a las tres de madrugada en los campos de golf del Country. Sonaron tres balazos a las tres de la mañana, como en cualquier ranchera. Uno de los proyectiles se alojó en el prosaico tobillo de Villegas quien se recuperó tranquilamente en la Clínica de Marly “salvado el honor mancillado”, según la crónica judicial de la época.
Después de probarse en la Unión Republicana, el futuro presidente Santos había vuelto al redil liberal con periódico y todo. Fue cuando Villegas decidió fundar otro diario para continuar su lucha para abrirle espacios al entendimiento. Y “habemus” La República como está dicho (¿entonces por qué repetís?)
AJEDREZ EN PRIMERA PÁGINA
La devoción de Villegas por el ajedrez, una guerra sin muertos, solo egos averiados, era tal que contrató los servicios de una agencia de noticias que le enviaba por cable desde Buenos Aires las partidas que disputaron en 1927 por el título mundial el ruso Alejin y el dandy cubano Capablanca, para quien primero estaban las damas de carne y leyenda y luego las del mundo en blanco y negro del ajedrez.
En el libro “Jaque al olvido” con prólogo del fallecido expresidente Belisario Betancur, el maestro Boris de Greiff (que de la diosa Caissa goza en su eternidad) cuenta que las partidas del match del 27 se publicaron en primera página de El Tiempo, a instancias de Villegas. Los comentarios los hicieron Alfonso Herrera y Santiago Escallón. Tradicionalmente, el ajedrez apenas aparece en páginas interiores, en letra de edicto. Y eso.
El prologuista Betancur cuenta que jugaban en casa de los padres de Eddy Torres, entonces subdirector de Semana. BB aprovechaba para dormir en cómodo sofá, un escenario mejor que las frías bancas de cualquier parque que también frecuentó. Bueno, eso decía y a la gente hay que creerle…
“Más de una vez (Torres) dio jaque-mate a Belisario Betancur, el jefe de redacción, y no por imposición lúdica sino por inteligencia y sagacidad. Boris nos corregía e inducía”, escribió el hombre fuerte de Amagá. Otros encopetados rivales eran María Cano, La flor del trabajo, e Ignacio Torres Giraldo “expulsados ambos del PC por heterodoxos y rebeldes”. Sostiene BB.
Años después, en 1939, cuando el campéon mundial Alejandro Alejin visitó Bogotá, Villegas mejoró su hoja de vida al convertirse en uno de los 33 derrotados en la serie de simultáneas; el campeón empató tres y perdió dos contra Anita Caro de Tranco y Antonio Bonell.
ATRAGANTADO DE ALFIL
La partida de Villegas contra Alejin empezó con la pacífica apertura peón rey pero al final el monarca negro de Villegas se fue quedando arrinconado y solo como antes se había quedado solo en el “canapé republicano” como lo recuerda el historiador Enrique Santos Molano .
Según Santos Molano “… el republicanismo no era un partido ni tenía más votos que los contados de sus inteligentes aunque reducidos miembros, tanto que Luis del Corral aseguró que cabía en un canapé”.
En la partida contra Alejin, al republicano caldense se le atragantó un alfil que se comió. No captó que se trataba de un regalo “envenenado”. No hay almuerzo ni sacrificio gratis de una pieza en el mundillo de la política y en la de los trebejos. (Esta crónica, reducida, se publicó en El Tiempo).