Los Danieles. Todo en familia

Daniel Coronell

Daniel Coronell

La Fiscalía General de la Nación se volvió una cueva de nepotismo, compadrazgos y complicidades. El fiscal Francisco Barbosa hizo archivar silenciosamente, a través de la vicefiscal, una denuncia penal contra su esposa Walfa Téllez quien está acusada de contratar con una empresa que meses atrás investigaba como contralora. La denuncia fue asignada al fiscal Javier Cárdenas, un funcionario famoso únicamente por hacer caso.

WALFA

La vicefiscal Martha Mancera, que ejecutó el anterior favor, tiene a su hermano Alexander Suárez Mancera devengando en la entidad. El hermanito trabajaba como técnico de computadores en la Fiscalía pero fue ascendido a fiscal delegado ante jueces municipales, pocos meses después de que ella llegara a su importante cargo. 

María Elena Monsalve, quien ha sido la compañera sentimental de la vicefiscal, fue designada directora especializada contra el narcotráfico.

La mano derecha de la señora vicefiscal Mancera es la directora de Seguridad Territorial Luisa Obando Guerrero. Su hermana Lina Obando, psicóloga de profesión, fue nombrada como investigadora adjunta al despacho de la vicefiscal poco después de que Luisa entrara a la Fiscalía. Luisa además ha tenido una bonita relación con Víctor Manuel Forero, un miembro del CTI que se desempeña como jefe de investigaciones de la Fiscalía Delegada para la Seguridad Territorial, es decir la de Luisa.

El afortunado Víctor Manuel fue quien presionó a Fabio González, otro agente del CTI, para cambiar la declaración que implicaba en asuntos de narcotráfico y tráfico de armas a Francisco Javier Martínez Ardila,  jefe del CTI en Buenaventura. El sujeto conocido como Pacho trabajó en el DAS antes de llegar a la Fiscalía e inexplicablemente lleva años en el mismo cargo en Buenaventura.

Pablo Bolaños y Fabio González, miembros del CTI que operaban como agentes encubiertos infiltrados en bandas criminales, descubrieron que Pacho aparecía como un hombre clave en la carga y transporte de drogas y armas en Buenaventura. Así se lo relataron en un informe de investigación de campo, luego se lo contaron cara a cara a la vicefiscal Martha Mancera y lo declararon formalmente el martes 20 de abril ante Juan Camilo López Linares, un agente del CTI.

Al día siguiente llegó a Manizales el señor Víctor Forero para persuadirlos de que retiraran de la declaración las menciones de Pacho: “Revisando la entrevista que usted le dio a Camilo: Uno, pues yo considero y quisiéramos contar con su autorización para modificarla en el sentido de eliminar el pedazo que tiene que ver con ese muchacho” La conversación está grabada y ustedes pueden oírla aquí. 


Pero hay algo más. Víctor Forero oyó en esa reunión la voz de Pacho suministrada por un informante y conoció, por el agente González, detalles de las presuntas actividades ilegales del jefe del CTI en Buenaventura. Esa parte de la conversación también está grabada:

 –Cuando empezamos a hablar de Wito, de todo, cuando él me dice lo de Pacho ¿De Buenaventura? Me dice “Sí, Buenaventura. Él es el jefe de allá. Fabio, ese man tiene todo. Ese man dice que me saca la gente del puerto” –relata el agente González.

 –¿Cómo así que le saca la gente del puerto? –le pregunta Forero, quien minutos antes le había pedido cambiar su testimonio.

 –Para contaminar los containers.

 –¿Es decir tiene los contactos para contaminar ahí? 

 –Para contaminar.

 –¿Con buzos y todo, ya?

 –Con todo. Que Cachi le cuenta a él que él había peleado, que él había dejado de hablarle a Pacho porque Pacho se le quedó con una vuelta grande. Le cuenta Cachi.

 –¿Cachi es particular?

 –Particular sí, de Medellín. A Cachi le cogieron una mujer, hace… yo le pongo hace como tres o cuatro meses. La Fiscalía… y le incautaron 23.000 millones de pesos, en propiedades y todo. Entonces ya cuando me dice eso, “no, ¿cómo hijueputa?” Hay que verificar que ese man es de allá, qué tan cierto es. Me manda el audio de él (de Pacho). Tú me vas a decir si es la voz de él o no.

 –Azarosísimo ese hijueputa –dice Víctor Forero.

En ese punto de la conversación se oye la voz de Pacho entregada por el infiltrado en la organización criminal.

    “Q´hubo mijo ¿qué más? ¡Qué milagrazo hermano! Qué bueno saludarlo. No pues yo estoy en Cali ya. Usted me dirá”.

 –Claro, ese es –reconoce Forero.

 –Y yo le digo, bajo, verifico, con un conocido allá, con uno de un pescadero y apenas le mando eso, me dice (imitando acento del Pacífico) “A mí no me vayas a meter con esa gente”. “No, lo que quiero es saber que ese man trabaja…” “Claro ese man es jefe del CTI, ese man anda con los de la Armada”. 


La conversación y la denuncia tuvieron lugar el 21 de abril de 2021. El domingo 28 de marzo del mismo año los agentes Bolaños y González se lo habían contado a la vicefiscal Martha Mancera en la sede de la Fiscalía en Cali. Dos años después, Pacho sigue al frente del CTI de Buenaventura. No hay investigaciones contra él. En cambio, los agentes que lo denunciaron están acusados de falsedad, fraude procesal y concierto para delinquir relacionado con narcotráfico.

Ellos dicen que los están judicializando por cumplir con la misión encubierta que les encomendó la misma Fiscalía. La orden de actuación de los agentes encubiertos señala que están autorizados para: “Participar en actos de preparación de actividades delictivas, derivadas o relacionadas con el narcotráfico, sin ejercer un rol de liderazgo”. 

AUTORIZACIÓN AGENCIA ENCUBIERTA

La vicefiscal Martha Mancera sabe todo desde hace más de dos años.
 

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Directores Orlando Cadavid Correa (Q.E.P.D.) y William Giraldo Ceballos. Exprese sus opiniones o comentarios a través del correo: [email protected]