Daniel Coronell
El incumplimiento en los pagos por la remodelación de un lujoso apartamento está sacando a flote complicadas relaciones de Ricardo Roa, el presidente de Ecopetrol. De acuerdo con subcontratistas, a quienes no les han cumplido con sus pagos, varios personajes influyentes –y cuestionados– en el mundo del petróleo y la energía mantienen negocios secretos con el jefe de la principal empresa del país. Ellos aseguran que en la venta del apartamento participó un coronel retirado de la Policía, que se convirtió en multimillonario, y que las obras de remodelación han sido financiadas por un empresario, y exempleador de Roa, con intereses en el sector.
La compra del apartamento 901 en la costosa calle 92 de Bogotá llamó la atención desde el comienzo. Roa aún no había sido designado oficialmente como presidente de Ecopetrol pero su nombramiento se daba por seguro. La Unidad Investigativa de El Tiempo descubrió que en el traspaso de la propiedad aparecía como vendedora una empresa llamada Princeton International Holdings, fundada en las Islas Vírgenes Británicas, un paraíso fiscal donde se mantiene oculta la identidad de los dueños de las compañías a través de la figura de acciones al portador.
Para operar en Colombia registraron en la Cámara de Comercio de Bogotá una filial en la que aparecía como primer representante legal Serafino Iacono, conocido hombre de la industria petrolera. Es decir, un potentado de los hidrocarburos le vendía un lujoso apartamento al futuro presidente de Ecopetrol y además a precio de ganga: 1.800 millones de pesos. Un año antes se había vendido en el mismo edificio un apartamento con la mitad del área por 1.200 millones.
Roa dice que se vino a enterar por el periódico de la identidad del vendedor pero, de acuerdo con fuentes de información que no quieren ser identificadas, el verdadero vendedor es un coronel retirado de la Policía, que empezó ofreciendo servicios de seguridad a empresas de hidrocarburos y terminó convertido en magnate petrolero.
El coronel Juan Guillermo Mancera es el CEO de Plus Combustibles y tiene intereses en otras empresas del sector. A Mancera varias veces le han pasado rozando escándalos sin que nada le suceda.
Por ejemplo, el narcopiloto Carlos Eduardo Restrepo Osorio, alias Caco, antes de entregarse a Estados Unidos y aceptar cargos, declaró quiénes eran sus socios en la propiedad de una aeronave incautada con 446 kilos de cocaína en Providencia: “El Pipas, Fernando Escovar, y Juan Guillermo Mancera, creo que se llama él. Siempre lo hemos conocido como el coronel Mancera. Ellos eran los socios del avión”. Al coronel le bastó con negarlo.
El llamado narcopiloto ha estado vinculado a la Sociedad Aérea de Ibagué, SADI SAS, que contrató vuelos charter con la campaña del presidente Gustavo Petro, gerenciada por Ricardo Roa.
En otro caso, el coronel Mancera es el girador de un cheque por 20 millones de pesos al senador tolimense Miguel Ángel Barreto. El aporte no fue declarado en las cuentas de campaña, por eso la Corte Suprema de Justicia acusa al congresista de los delitos de falsedad en documento privado y fraude procesal.
Llamé al coronel Mancera para preguntarle si él era el verdadero vendedor del apartamento al presidente de Ecopetrol y me respondió: “Solo supe que Ricardo buscaba un apartamento y se lo dije a Serafino”. Y agregó: “soy socio de Serafino”, le pregunté en qué negocios era socio de Iacono, entonces moderó velozmente la versión: “compro acciones en bolsa de empresas en las que él también tiene acciones”.
Roa negó cualquier participación o mediación en el negocio del apartamento por parte del coronel Mancera. Afirmó que para la época de la compra no conocía al próspero exuniformado: “Lo vine a conocer meses después en una fiesta de cumpleaños de la esposa de Serafino Iacono en República Dominicana”.
Una evidencia desmiente a Roa. La fiesta de cumpleaños de la esposa de Serafino Iacono, María Paola Mejía, a la que fue invitado el ya presidente de Ecopetrol, ocurrió en julio de 2023. Existen videos de cuatro meses antes que muestran a Roa en otra fiesta en la que está el coronel Juan Guillermo Mancera.
Fue el viernes 14 de abril de 2023 y tenían dos motivos para celebrar: la entrega del apartamento 901 espléndidamente remodelado y el nombramiento de Roa como presidente de Ecopetrol que había ocurrido el martes de esa misma semana.
La imagen muestra a Roa acompañado por unos mariachis vestidos de rojo cantando a todo pulmón “me gustas para todo con todos los excesos”. Cuando entona “Qué imágenes tan bellas que cruzan por la mente”, el video deja ver al coronel Juan Guillermo Mancera grabándolo con su celular.
La fiesta, atendida por el restaurante Andrés Carne de Res, tuvo entre otros invitados a la empresaria Marisol Segura Díaz, cuestionada por sus negocios con la hidroeléctrica de Urrá y dueña de una propiedad en Miramar, Estados Unidos, cuya dirección está registrada como el domicilio de Windsun Energy LLC, una empresa para negocios energéticos constituida en Florida por Carlos Julián Caicedo, el compañero sentimental de Roa.
Cuando le pregunté al presidente de Ecopetrol por la remodelación de su apartamento, me dijo que había sido un trabajo relativamente pequeño “con muebles y todo no costó más de 300 millones de pesos”.
Ante sus afirmaciones busqué al encargado de las obras Johny Giraldo. La versión de quien adelantó la remodelación es diferente. Asegura que “el trabajo costó más de 2.300 millones de pesos, que no me han terminado de pagar”.
El señor Giraldo, quien es yerno de la fallecida senadora Piedad Córdoba, asegura que un abogado de confianza de Ricardo Roa, llamado Hernando Ballesteros, le ha pagado en efectivo 2.000 millones de lo que le debe el presidente de Ecopetrol. Según Giraldo, esas platas vienen del empresario William Vélez quien las entrega junto con un hombre de su confianza llamado Frank Ramírez.
Por cierto, en las imágenes de la fiesta de inauguración del apartamento de Roa se ve al abogado Hernando Ballesteros cantando con un grupo vallenato, más bien balbuceando y pasado de tragos, y luego se ve a Frank Ramírez quitándole el micrófono para tranquilidad de los invitados.
Le pregunté a Johny Giraldo cómo le habían entregado 2.000 millones en efectivo y me dijo que lo habían hecho en cajas de cartón en el sector de Llano Grande, en las afueras de Medellín.
William Vélez fue empleador de Ricardo Roa cuando trabajó como gerente de la Empresa de Energía de Honduras, dueña de la distribución de electricidad en ese país y parte del conglomerado empresarial de Vélez.
Pero eso no es todo, hace unos días El Tiempo contó que Ecopetrol compró las centrales de generación Termomorichal I y II, que alimentan el campo Rubiales. William Vélez, accionista controlante de Termomorichar y viejo patrono de Roa, se la acaba de vender a Ecopetrol. El artículo revela:
“Ecopetrol tenía como opción quedarse con el activo o no. Y decidió desembolsar por ambas plantas 42 millones de dólares. Además, contrató a la firma de Vélez un año más para que se encargue de la operación y mantenimiento de las plantas mientras licita y decide quién las manejará. “Termomorichal recibe en promedio 2 millones de dólares mensuales por ese nuevo contrato”, le dijo a El Tiempo el gerente de esa firma, Esteban Flórez.
El presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, se declaró impedido para intervenir en el negocio de Termomorichal que fue aprobado por la junta.
Le pregunté a Roa si era cierto que William Vélez pagaba por la remodelación de su apartamento y me contestó: “Bajo ninguna circunstancia”.
William Vélez, Hernando Ballesteros y Frank Ramírez, no respondieron mis llamadas y mensajes.
Volví a hablar con el constructor Johny Giraldo quien se ratificó en su versión, según él, le pagó el abogado Ballesteros con efectivo en cajas de cartón enviadas por William Vélez.
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