Daniel Coronell
Marco Polo, el legendario mercader veneciano que abrió las fronteras del mundo y recorrió por décadas los confines de Asia y Europa, podría darle pelea como viajero a Francisco Barbosa, el hasta hace unos meses fiscal general de Colombia. Gracias a un accidentado derecho de petición, pude establecer los viajes que hizo el señor fiscal Barbosa y también la astronómica cifra que pagaron los contribuyentes por sus desplazamientos.
Empecemos por el número de viajes. Durante los cuatro años de su gestión, el fiscal Barbosa hizo 49 viajes internacionales y 190 nacionales. Si se sumaran los días que estuvo de viaje serían 447. Considerando que Barbosa se posesionó el 13 de febrero de 2020 y terminó su administración el 12 febrero de 2024, su estadía en la Fiscalía duró 1460 días. Es decir, más del 30 por ciento de su período lo pasó viajando.
La duración de los viajes parece depender del destino. Cuando visitaba Puerto Asís el fiscal iba y venía el mismo día, pero en Santa Marta o Cartagena podía pasar cuatro días. Otro tanto sucede en los viajes internacionales, iba de afán a Quito pero en Europa podía pasarse once días.
Hay viajes famosos como aquel de julio de 2020 a San Andrés, durante la pandemia. El entonces fiscal viajó en el jet de la entidad con su hija menor que además fue con una niña amiga, también lo acompañó Marcela Yepes, la entonces directora ejecutiva de la Fiscalía, que está casada con el contralor general de la época Carlos Felipe ‘Pipe’ Córdoba. En otro avión oficial llegó el contralor Córdoba en compañía de Walfa Téllez, contralora para asuntos ambientales y esposa del fiscal Barbosa.
En San Andrés, cada uno se encontró con su respectiva esposa. La contralora ambiental se quedó el fin de semana con el fiscal general, la hija de los dos y la amiguita haciendo turismo en plena pandemia. Mandaron a abrir un comercio clausurado por la cuarentena y pasearon sin restricciones. Cuando Noticias Uno descubrió el asunto, el contralor con actitud de dignidad ofendida dijo “además de ser fiscal soy padre” y anunció que él había pagado los gastos del viaje. Mentira. El vuelo del avión institucional lo pagaron los contribuyentes y el derecho de petición muestra que el fiscal Barbosa cobró $998.375 de viáticos.
También hay un viaje convenientemente efectuado para archivar una investigación contra la esposa del fiscal. Al despacho de Barbosa llegó un anómimo que denunciaba que doña Walfa Téllez, después de salir de la Contraloría, manejaba una fundación llamada Ríos Sostenibles que recibió 190 millones de pesos de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Salitre Canoas, entidad que seis meses antes había sido investigada por ella misma cuando era contralora delegada.
A pesar de que la denuncia llegó al correo institucional del fiscal Barbosa cuando estaba en ejercicio, él optó por no declararse impedido y mañosamente se fue de viaje a El Salvador, un país que había visitado una semana antes, para que el caso llegara a las manos de su segunda, la controvertida vicefiscal Martha Mancera. Ella a su vez lo remitió a un fiscal de bolsillo para que archivara el proceso. La Fiscalía publicó un comunicado justificando los hechos.
El viajecito de dos dias que le sirvió de pretexto al fiscal Barbosa para archivar la investigación de su esposa, le costó a los colombianos un poco más de 36 millones de pesos.
En todos estos viajes, Barbosa viajaba acompañado de su séquito. Por ejemplo en la gira París–La Haya–Róterdam–Ámsterdam–Ginebra estuvieron su secretaria privada Daniela Guzmán, quien recibió $25´346.000 la directora ejecutiva de la Fiscalía Astrid Torcoroma Rojas, cuyo desplazamiento costó $35´977.000, la jefe de prensa Paola Andrea Tovar $40.076.000, el asesor y coronel de la Policía Héctor Jairo López $36.710.000, y un número de escoltas no deteminado porque la Fiscalía considera que esa información es confidencial. El recorrido fue más caro para el fiscal Barbosa, llegó a los $48.880.475.
Los astronómicos gastos de viaje de Barbosa y sus acompañantes a lo largo de su administración superan los 6.400 millones de pesos, sin incluir los costos de vuelos y mantenimiento del jet privado de la Fiscalía.
El fiscal Francisco Barbosa, que se autodefinía como el mejor de la historia, será recordado por nula labor, sus indelicadezas, su carácter derrochador y su arrogancia. Se mandó a construir una suite llamada “cuarto seguro” en el búnker de la Fiscalía, costó 140 millones de pesos. La nueva administración no encontró allí los elegantes muebles que aparecen comprados y recibidos a satisfacción.
Les puso escoltas y carro de seguridad a sus perritos. Usó contratistas de servicios generales de la Fiscalía como empleadas domésticas en su casa. Utilizó como bodega de enseres personales el depósito de objetos decomisados por la Fiscalía y su esposa salió una noche con maletas llenas de ese lugar.
A pesar de todo lo que está a la vista, ninguna investigación contra él avanza en la Comisión de Acusaciones de la Cámara.
P.D.: Haría bien el presidente Gustavo Petro en oír tantas voces que le piden reconsiderar el nombramiento de Armando Benedetti como su asesor. La idea extendida de que el jefe de Estado es chantajeable le hace tanto daño como los escándalos de corrupción en los que están hundidos la directora del Dapre, Laura Sarabia; el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa y ahora el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla.
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