

Daniel Coronell
El entonces comandante del Ejército, general Eduardo Enrique Zapateiro, acosó sexualmente a la compañera sentimental del coronel José Luis Esparza a quien sacó arbitrariamente de las filas dos meses antes de ascender al grado de general. Encontré la pista de este hecho, casi perdida, en la extensa sentencia que le ordena al Ministerio de Defensa reincorporar al servicio al coronel Esparza, pagarle con intereses los salarios no percibidos e indemnizarlo por una desviación de poder de Zapateiro.
La señal del acoso está expuesta de manera sutil en la decisión judicial “En cuanto al general Zapateiro Altamiranda, se afirmó que este oficial, de manera abrupta, comenzó a interferir en la vida personal del demandante, especialmente en su relación sentimental con la señora Liliana del Pilar Zambrano Ruiz”.

Liliana Zambrano es una abogada que ha trabajado como contratista en el Comando General de las Fuerzas Militares. No tenía dependencia directa del general Zapateiro. Su jefe inmediato era un coronel que reportaba al Comando General pero como miembro del Ejército tenía relación de subordinación con Zapateiro.
La abogada Zambrano recibió llamadas telefónicas y mensajes de WhatsApp del general Zapateiro de un estilo que no deja lugar a dudas:
–Bien ya aquí en el despacho mirando cosas y tú como vas? –pregunta el general– Déjeme verte de pues (sic) a cabeza. En tus kucos. O sin nada!!!
Ella contesta con un emoticón que muestra una cara sorprendida y el alto oficial prosigue:
–Bueno listo NO he dicho nada. Cuidado vas al baño. Cuando todo se quiere se hace. Quiero verte. Hazlo. Hola! Hola Hola Hola.

Esa no es la única comunicación de esa clase que recibió la abogada, antes y después de que su compañero fuera arbitrariamente excluido de las filas, pero no voy a mostrar otras por respeto a la víctima.
Verifiqué el celular del que provienen los mensajes y es él mismo con el que me comunicaba telefónicamente y por texto con el general Zapateiro, cuando era comandante del Ejército. El número terminado en 79, tiene como el nombre marcado “Gr EJC – Prócer 6”, el mismo distintivo de llamada de radio que él usaba para esa época.

Quizás el prócer no sabe que el Código Penal establece penas de uno a tres años de cárcel para quien “valiéndose de su superioridad manifiesta o relaciones de autoridad o de poder, edad, sexo, posición laboral, social, familiar o económica, acose, persiga, hostigue o asedie física o verbalmente, con fines sexuales no consentidos, a otra persona”.
Eso dice la norma pero en la práctica los procesos de acoso sexual rara vez llegan a alguna parte. Recuerdo la denuncia documentada contra un alto funcionario del Estado, que, pese a las pruebas, nunca fue castigado penal o disciplinariamente por esa conducta, mientras que su víctima sigue sufriendo las consecuencias de haberse atrevido a levantar la voz.
De lo que no podrá escaparse el general Eduardo Enrique Zapateiro es de responder con su patrimonio por las consecuencias económicas de la desviación de poder. La sentencia, que no será apelada por el Ministerio de Defensa, dice “Así las cosas, ante la comprobación de desviación de poder y la inexistencia material del concepto previo de la Junta Asesora, para esta instancia judicial hay lugar a declarar la nulidad parcial del Decreto 1074 de 10 de septiembre de 2021, en lo que tiene que ver con la decisión de retirar del servicio al señor José Luis Esparza Guerrero por la causal de llamamiento a calificar servicios”.

La norma determina que el presidente de la República puede llamar a calificar servicios pero “los retiros de oficiales deberán someterse al concepto previo de la Junta Asesora del Ministerio de Defensa”. Esa junta de generales nunca supo que estaba excluyendo al coronel Esparza.
El general Zapateiro se limitó a decir que retirarían del ascenso a un alumno del Centro de Altos Estudios Militares (Caem) sin dar el nombre, ni explicar los motivos como establece la regla: “Para esta instancia judicial el hecho de que la totalidad de los integrantes de la Junta Asesora del Ministerio de Defensa Nacional no hubiesen conocido el nombre de quien se retiraba del servicio y del CAEM constituye un vicio de la voluntad de quien se encuentra obligado a dar su voto, independiente de la forma como se llevó a cabo la votación”.

La mayor general María Paulina Leguizamón dejó claro ante el juez que los miembros de la Junta Asesora no sabían que estaban sacando a Esparza.
¿Por qué Zapateiro procedió así? El general Juan Miguel Huertas dice que el comandante del Ejército se convirtió en el martillo de los jefes de inteligencia que no querían que Esparza llegara al generalato y viera lo que estaban haciendo: “prácticamente González Lamprea y Sarmiento manejaban el Ejército, se presentaba una situación de unas irregularidades que tenía el general Zapateiro que González Lamprea y Sarmiento sabían y debido a eso, como se dice, lo tenían apretado. Ellos eran los que tomaban las decisiones”.
A esa denuncia, de por sí muy grave, hay que sumarle ahora los indicios de acoso sexual del general Zapateiro a la compañera sentimental del coronel expulsado.