Los carteles del espacio público y del código de tránsito: Un negocio entre alcaldes y particulares

Se vienen imponiendo «negocios» entre particulares y alcaldes municipales que más bien parece la cartelización del tránsito de vehículos y del espacio público.

Ya están demarcados los espacios para estacionamiento pagado (Regulado) de todo tipo de vehículos en todas las calles y huecos de Girardot, Cundinamarca.

Los alcaldes municipales amparados por la Federación Nacional de Municipios y la llamada «Seguridad Vial» que cobran parte de la tajada de las multas y negocios del tránsito están haciendo de las suyas no solo con la inmovilización de los vehículos por incumplimiento de algunas normas mediante el cobro de grúas y parqueos que hasta triplican el monto de las sanciones, sin que las personerías municipales, la Procuraduría General de la Nación o la Contraloría General de la República hayan investigado el origen de cierto enriquecimiento de particulares y funcionarios públicos (como los alcaldes) mediante la manipulación de estos presuntos controles de seguridad vial.

En La Mesa, Cundinamarca, este tipo de explotación del espacio público urbano (las calles) no prosperó por la reacción de la ciudadanía que, incluso, bloqueó el tránsito entre Bogotá y Anapoima hasta lograr que el contubernio entre una empresa particular y el municipio no hicieran de las suyas en este campo, aunque sí continúan con el negocio de la inmovilización de los vehículos.

En esta tarea también aparece involucrada la Policía de Transito y Carreteras encargada no solo de revisar que los papeles de los conductores y de los vehículos estén al día, sino que sus patrulleros, intendentes y subintendentes son los encargados de llamar a las grúas particulares para que transporten los automotores infractores (por ejemplo, no tener al día la revisión técnico-mecanica, que el conductor no porte la licencia de conducción o no esté al día con el SOAT), así estén en condiciones de ser conducidos por sus propietarios a los «patios oficiales» . El servicio se cobra a la entrada y al ser sacados de allí (a bordo de las grúas) hasta la puerta del patio.

No solo los propietarios de vehículos pagan impuestos y otras contribuciones por usarlos, también aportan la sobretasa a la gasolina, que se cobra según la ley para el mantenimiento de la malla vial y la construcción de nuevas vías urbanas.

Eso, por ejemplo, no lo cumplen ni la anterior ni la actual administración del puerto cundinamarqués. Las calles de Girardot están sembradas de cráteres y hoyos profundos en lo que alguna vez fueron calles pavimentadas.

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