Octavio Quintero
La Contraloría sancionó a María Corina Machado en 2015 por evasión fiscal… Quedó inhabilitada, como en Colombia estaba Alex Char en 2016, cuando aspiraba a su segunda reelección como alcalde de Barranquilla; su padre pagó la multa fiscal, porque en Colombia a los ricos se les permite robar los dineros públicos, pero si devuelven la plata, que siempre es inferior a lo robado, la inhabilidad desaparece y quedan impolutos. De lo contrario, no habría podido presentarse a la elección.
La señora Corina nunca pagó la multa ni demostró jurídicamente su inocencia. A raíz de su nominación por la oposición como candidata presidencial, el Tribunal Supremo le recuerda su inhabilidad por 15 años, en que consistió la sanción en el 2015.
Y Estados Unidos, mejor será decir, Biden, que consciente, financia y apoya, moral y económicamente, la matanza de palestinos en Gaza, amenaza a la población con revivir el cerco económico que padece Venezuela desde 2015, cuando Estados Unidos, mejor decir, Obama, declaró a Venezuela «amenaza para la seguridad nacional», si Maduro no desconoce ese fallo jurídico del Tribunal Supremo.
“Los fallos judiciales hay que acatarlos, aunque no se compartan”, reza la manida frase democrática, muy propia en la boca de altos juristas de oposición en Colombia, cuando el Presidente Petro se queja de sentencias de las altas cortes y decisiones de la Fiscalía y Procuraduría que huelen, de lejos, a politizadas… “No nos dejan gobernar”, exclamó, en los últimos días.
Esos ahora los ve uno en @Xensayando una campaña inmoral, como todo lo suyo, contra Petro… Un lustrado periodista tuvo la arrogancia, el descaro, mejor, de “exigirle ya”, la condena del régimen Maduro.
Conclusión: comparto la fórmula democrática, que enmarca la independencia y autonomía de la rama judicial. O es que el poder judicial solo es independiente cuando gira a la derecha;¿a la izquierda está prohibido girar?… Que pongan la señal, entonces.