Por Mauricio Salgado Castilla @salgadomg
La sede de la ONU en Ginebra es uno de los sitios más emblemáticos de Suiza, no sólo porque se encuentra en una de las ciudades más bellas al lado del lago Lemán, donde hay una fuente que es un gran chorro de agua que sube hasta los 140 metros a una velocidad de 240 km por hora, sino también porque es la sede de la ONU en Europa donde se tienen las grandes discusiones cuando se trata del tema de género.
Gloria no deja de sonreír cada vez que entra por las grandes puertas que la llevan a su oficina de directora de género de la ONU, en el antiguo palacio de las Naciones, antecesor de la ONU, ya lleva tres años en el cargo y cientos de reuniones en diferentes países, pero todavía ella misma piensa que en cualquier momento se despertará de un sueño maravilloso.
La humeante taza de café colombiano, que amorosamente su asistente siempre le tiene preparada la devuelven a la realidad. Si alguien la hubiera conocido en sus primeros años de estudios, no hubiera dado por sentado que podría tener ese cargo tan importante, con tantas repercusiones en los cinco continentes.
Es más, son muchas las reuniones que empieza contando su propia historia, cómo repitió varios años de colegio hasta llegar a quinto grado, los papás desesperados por no saber qué hacer con las quejas del colegio y la amenaza de no volverla a recibir en el año siguiente, decidieron consultar a una persona que hablaba de los descubrimientos de cómo las personas perciben el mundo, crean conocimiento y aprenden de formas diferentes a la forma tradicional de los colegios.
Unas cortas sesiones con Gloria, sirvieron para descubrir que ella no tenía ningún problema de déficit de atención como tantas veces la habían rotulado, ella es una persona altamente auditiva o sea que su sistema de comunicación principal con el mundo es escuchando y si el ambiente de la clase o el sitio donde ella esta es muy ruidoso, no puede poner atención, como era el caso de su salón en el colegio, simplemente dejaba de entender y más bien se sumaba al desorden qué había.
Una vez se entendió la importancia del ambiente para aprender, los papás consiguieron una tutora que le ayudó a Gloria a ponerse al día, lo importante de este proceso fue que se evidenció que no tenía ningún problema de aprendizaje, se buscó un colegio acorde al estilo natural de percibir la información por parte de Gloria, empezó a sentarse en la primera fila, cerca de la profesora, facilitando escuchar, alejándose del ruido típico de las aulas de clase tradicional.
Dos años después, Gloria era la mejor del curso y al terminar el grado once, era la mejor de todo el colegio, sus estudios universitarios, fueron becados y ahora desde su trabajo en la ONU, trata que a los estudiantes antes de señalarlos con problemas de aprendizaje o de atención, les ayuden a descubrir cómo es su sistema natural de percibir el mundo, crear conocimiento o interactuar.
Los buenos estudiantes y personas eficientes en el trabajo, lo son en gran medida, porque descubren cómo son y tienen su propia metodología para tomar apuntes, hacer tareas y aprender. El buen rendimiento está más asociado con esto que con los resultados de los test de inteligencia.
El autoconocimiento, ayuda a entenderse, a aceptarse, a valorarse como es, alejándose de ideas erróneas de cómo deben ser todas las personas, esto es el pilar de la autoestima, de esa forma no se compara con otros, sino más bien comprende a los otros, en la mayoría de los casos un bajo rendimiento escolar está más asociado con que la forma de enseñar de los profesores no es acorde con el estilo particular de un estudiante.
Una vez se sabe cómo se es, se podrán buscar formas de entender y comunicarse con personas que no son como uno mismo, base de la tolerancia, la aceptación de las diferencias, el respeto y un buen desempeño en la familia, el colegio, la universidad o en el trabajo.
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