Por Óscar Domínguez Giraldo
Por primera vez, esta columna es un producto hecho en casa. Las historias fueron aportadas por nuestros dos hijos y los cuatro nietos. Gracias por ayudarnos a levantar para los garbanzos. Las anécdotas de los hijos los tomé del diario de nuestra cotidianidad que empecé a escribir cuando tenían 5 y 3 años. Las edades de los nietos oscilan entre los 9 y los 14 abriles. Al grano:
Cuando Andrea vio por televisión la entronización del papa Juan Pablo I le preguntó a la mamá si hoy era el Día de las Brujas a propósito del “gorrito” que lucía el pontífice.
A raíz del frustrado atentado al presidente Reagan, de Estados Unidos , Andrea comentó: No quiero que maten al presidente porque sabe mucho inglés y es una persona que es presidente y se debe respetar.
- Juan Fernando, no comas más porque eso es gua, le dice la tía Piedad.
- Tía, dame gula.
- Voy a dibujar dos cigarrillos…
- ¿Apagados o prendidos, Andreita?, pregunta Juan.
- Apagados, porque prendidos me quemo.
Juan Fernando le dice pipí al ombligo y hace preguntas sobre asuntos que lo desvelan: Mami, ¿uno se puede besar el pipí? ¿Dónde queda la tumba de mi Dios? ¿Todos resucitamos?
Los niños estuvieron conociendo el mar en Cartagena. Andrea se mostró decepcionada con el charco: le pareció muy chiquito. Se lo imaginaba alto, como un edificio.
Autorretrato de Sofía
Sofía, 9 años:
- ¿Mami, dónde está Dios?
- En todas partes.
- Entonces párete de ahí porque estás sentada en Dios.
A sus 4 años, nuestro nieto Mateo tranquilizó a su padre: “Taita, si no recuerdas la receta, la buscamos en Google”.
Y Patrick, su hermano mellizo, cuando se enteró de que un avión en el que viajaba su tía abuela monja se estrelló en Ucrania, comentó: “El piloto no sabía manejar”. (En realidad, el aparato fue derribado cuando sobrevolaba territorio de ese país).
Autorretrato de Ilona
De Ilona: Papi, si tuviera que pedir tres deseos te pediría tres veces. Ilona soñó que era grande y que les decía a sus padres: Gracias por criarme pero me voy de aquí. También soñó que era periodista como sus padres y que la echaban del trabajo, lo que la puso muy feliz porque le parece muy aburrido ser periodista… En otra ocasión notificó que no quería volver a la escuela porque ya sabía lo necesario.
Petición de Sofía: Mami, déjame ser la mujer de esta casa para decirle a todo el mundo lo que tiene qué hacer.
Emprendedora: Hola, me llamo Sofía. Puedo pasear tu perro el fin de semana: 1:00-2:30 pm. Cinco dólares, 20 minutos. (Vive en Miami).
Ilona habla con sus amiguitas por zoom. De repente, Sofi, va donde su madre y le cuenta: «Mami, Ilona tiene un secreto oscuro. Elige a sus amigos dependiendo de cómo se peinen».