Salomón Kalmanovitz
La economía colombiana no levanta cabeza. De acuerdo con un informe de Julio César Iglesias, que proyecta la actividad económica con base en una extrapolación del movimiento de las cuentas de Bancolombia (NowCast), en mayo se acentuó el estancamiento de la economía: creció apenas 0,1 % en el trimestre terminado en mayo. Ello significa que entre marzo y mayo la economía se mantuvo estancada.
Si se compara lo que pasó en mayo con el mes anterior, en realidad la economía decreció levemente (-0,1 %), según NowCast. Las proyecciones de crecimiento para el segundo trimestre del año arrojan solo un 0,5 %, inferior al consenso de los analistas del mercado que iban por 1,2 % de crecimiento.
Como se ve, el dato del 0,5 % es incluso peor que el del crecimiento que esperaban los economistas del sector financiero en marzo, ya muy malo de por sí. Iglesias agrega lo siguiente: “De hecho, ocho de los 12 sectores de la economía tuvieron un peor comportamiento en mayo, comparado con lo que ocurrió en abril. Pero lo que ocurre con la manufactura (-3,2 %), la construcción (-9,4 %), el comercio (-5,3 %) y el sector financiero (-4,5%) es dramático”.
La prohibición del sistema de fractura hidráulica —que extrae petróleo y gas de las rocas que los guardan— por parte de la administración Petro podría causar una escasez de gas hacia futuro, hecho que fue advertido por un reporte de la industria hace un año. Mientras que la demanda de gas iba en aumento, la oferta era constreñida por la política verde del presidente Petro que dejó de otorgar permisos de exploración y explotación de los viles combustibles.
Según el portal financiero Bloomberg, la economía colombiana podría ser golpeada pronto por costos crecientes de energía, al tener que importar gas licuado para atender la demanda de gas natural, mientras continúa el desplome de la producción local. Las industrias intensivas en gas y energía serán afectadas con fuerza por un aumento adicional de sus costos, en la medida en que las importaciones podrían ser dos o tres veces más caras que la oferta doméstica. Para rematar, los problemas crecientes de inseguridad en el territorio y de inestabilidad jurídica están espantando a los inversionistas tanto nacionales como extranjeros.
Las industrias colombianas de petróleo y gas están desbarajustadas y en declive debido a la política del Gobierno de suspender las nuevas licencias y contratos. La producción de gas natural del país promedió 1.000 millones de pies cúbicos diarios en marzo de 2024, 2 % menos que el mes anterior y 6 % por debajo de lo extraído un año atrás. Incluso la producción actual está por debajo de la que se obtenía en 2019. Al tiempo que cae la oferta local y aumenta la demanda, Colombia debe recurrir a las importaciones, que le saldrán más costosas. En efecto, Ecopetrol está considerando importar gas licuado, que es más caro que el extraído localmente.
El plan de importar gas de Venezuela puede no realizarse en el futuro inmediato porque el oleoducto entre los dos países ha estado abandonado por años y requiere de cuantiosas inversiones para ponerlo en servicio nuevamente. Ecopetrol espera comenzar a recibir gas natural de Venezuela en diciembre de 2024. Sin embargo, el gasoducto venezolano no está en condiciones de transportar gas hoy en día, según una vocera de Naturgas, además de que la política económica del chavismo logró destruir el 80 % de la industria venezolana, incluyendo su producción de petróleo por el despido masivo de su personal técnico.
En las elecciones de 2022 yo voté por Gustavo Petro porque me pareció menos malo que Rodolfo Hernández. Hoy pienso que he debido votar en blanco.
SOBRESALIENTE ARTICULO.