La negativa de Trump a comprometerse con una transferencia pacífica del poder representa una amenaza para la democracia estadounidense.
En respuesta a las últimas afirmaciones del presidente Donald Trump de que las elecciones generales de noviembre se verían contaminadas por votaciones por correo fraudulentas, y su evasión de preguntas sobre si aceptaría los resultados de las elecciones, Freedom House emitió la siguiente declaración:
“Los esfuerzos continuos y consistentes del presidente Trump para poner en duda la legitimidad de las elecciones estadounidenses deberían ser un asunto de urgente preocupación para todos en los Estados Unidos, independientemente de la afiliación partidaria”, dijo Michael J. Abramowitz. «Las declaraciones del presidente en el sentido de que puede que no esté de acuerdo con acatar los resultados de las próximas elecciones son una amenaza inaceptable para la continuidad de la democracia estadounidense, en particular viniendo de un titular con todos los poderes y responsabilidades de un cargo público».
Antecedentes:
El 24 de septiembre, respondiendo a la pregunta de un periodista sobre si aceptaría los resultados de las elecciones de noviembre, el presidente Trump calificó la votación por correo como una «estafa» y dijo que no estaba seguro de que las elecciones pudieran ser «honestas» en tales condiciones. Un día antes, también se había negado a decir inequívocamente que aceptaría los resultados de las elecciones si perdía.
También el 24 de septiembre, el Senado, por consentimiento unánime, adoptó una resolución para reafirmar el «compromiso de la cámara con el traspaso ordenado y pacífico del poder exigido en la Constitución de los Estados Unidos». La resolución se produjo en medio de una controversia sobre las declaraciones del presidente el día anterior.
El presidente Trump hizo declaraciones similares sobre la aceptación de los resultados de las elecciones en 2016, antes de ganar el cargo. Ha atacado repetidamente la integridad de la votación por correo durante los últimos meses. Sin embargo, los expertos coinciden en que el voto postal es una forma segura de participar en las elecciones mientras se observan las reglas de distanciamiento social durante la pandemia de COVID-19 y que el riesgo de fraude es bajo. Ya era el medio principal de votación en cinco estados (Colorado, Hawaii, Oregon, Utah y Washington) antes de la pandemia, y el porcentaje de votantes que optan por emitir su voto por correo en otros estados ha crecido con el tiempo, prácticamente sin fraude documentado.