Por Carlos Alberto Ospina M.
Al parecer, el invariable estado alterado de conciencia del exguerrillero presidente inducido por agentes farmacológicos, alcohol o desviaciones sicológicas han convertido al gobierno en un reservorio de degenerados e ineptos.
La insípida representante del Pacto Histórico, la llamada Susana Boreal, cayó pegada al virus “esparcido por el universo” después de una inhalación mañanera; el confeso bazuquero ministro de Educación no conoce los elementos mínimos de la morfología, la sintaxis, la semántica o la fonología del lenguaje; y al frente del ministerio de Defensa Nacional está una persona pusilánime y marrullera que ofende las insignias de las fuerzas armadas. Similar ejercicio desarrolla el declarado drogadicto y borracho de Benedetti que hoy funge de asesor presidencial; la Vice Francia es un cero a la izquierda y para completar la extensa lista de personajes inhábiles, la designación del ‘Matarife’ Daniel Mendoza como embajador de Colombia en Tailandia asegura el retrete del inexistente cambio.
De las habituales cortinas de humo pasamos a la agitación premeditada y la locura sin control. Con los indicios y las pruebas recolectadas a la fecha, cualquier país civilizado y democrático hubiese investigado sobre los hechos, y hasta concluido, el juicio político por indignidad contra Gustavo Francisco Petro Urrego. Es de conocimiento público que la tal ‘agenda privada’ es la trinchera del holgazán y el adicto que habita la Casa de Nariño. A ese sujeto no le da vergüenza hablar en compañía de la lengua de escorpión a consecuencia de la fase de alucinación.
De este curso general de las cosas ¿se puede esperar algo diferente con la puesta en escena del Matarife Mendoza? No. Solo la humillación, la burla, la afrenta y el cinismo propio del vagabundo ‘progresista’ que dice defender la integridad de la mujer; aunque prefiere pasear cogido de la mano de la reconocida transgénero, lejos de andar con una fémina respetable. Cada quien se identifica con el sexo que ansía.
¡Petro y el declinado Daniel Mendoza provocan asco! El primero a causa de su indebido proceder con el nombramiento en cargos oficiales de repugnantes individuos y la declarada inmoralidad en el ejercicio cotidiano de su cargo. Por su parte, Daniel ‘Matarife’, el dable pedófilo y comprobado misógino, es tan sucio como sus mensajes directos en X y los sistemáticos desahogos acerca de su frustrada masculinidad. Se juntan los asquerosos ambivalentes que manosean el nombre del amor para justificar sus insuficiencias, falta de reciprocidad y respeto de cara a la mujer.A fin de cuentas, la condición mental amoral y depravada del nominador presidencial proyecta las apetencias de un aficionado al consumo de alucinógenos e inmundo pseudointelectual. Algunos colaboradores de este gobierno, también, producen repulsión. ¡Tal para cua
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