Por Óscar Domínguez Giraldo
Ya que estamos de mucho nacimiento del Niño, en la siguiente antología los bajitos hablan de Dios. Muchas de estas anécdotas están publicadas en el libro “¡Adònde van los dìas que pasan?” (Luna-Libros), cuya carátula acompaña estas líneas. Cómprenlo antes de que me agote:
La madre le sugiere a Martín, cuatro años, que se acueste porque ya viene el Niño Dios con los traídos: “No conozco a ese niño y no quiero que entre en mi cuarto”.
En pleno diciembre estábamos hablando de los traídos del niño Dios. Estefanía (5 años) y nos dice muy seria: «¿Si el niño Dios es un niño porqué lo dejan salir solo a entregar regalos?
Marcus (6 años), le puso un paquete de manimoto al Niño Jesús en el pesebre. «¿Si a Papá Noel le dejamos leche con galletas, cómo no le dejamos nada al niño, abuelita?».
¿Mamá, dónde queda el coito? (Carolina, 5 años). También preguntó si el Niño Dios mudaba los dientes como ella.
Era navidad y le habíamos regalado un corte de tela a la mamá de Sebastián, 6 años. Una tía le preguntó: ¿Qué le trajo el Niño Jesús a tu mamá? Respuesta: Un vestido sin hacer.
Pregunta Luisa: “Mamá, ¿a vos te tocó la matanza del Niño Dios?”.
José Luis realiza un viaje a pie con un filósofo aficionado, campo adentro. El párvulo escucha que su abuelo le habla bellezas del viento: «Mira cómo se mueve…!».
Quién dijo miedo. El hombre que desertó de los pañales replica: «El viento no se ve. El viento se siente, pero no se ve. El viento es como Papá Dios. Papá Dios se siente pero no se ve. Es como los fantasmas que se sienten pero no se ven».
– ¿Quién te enseñó eso?, pregunta el perplejo abuelo, convertido en alumno de su nieto.
– Me lo enseñó mi papá . Pero Papá Dios se deja ver con magia.
– ¿Qué es magia para ti, José Luis?
– Magia es sacar un conejo de un sombrero. Abuelito: ¿tú puedes sacar a Dios de un sombrero?
Laura, 6 años, intrigada, le dice a su mamá: “Mami, me gustaría algún día conocer a Dios”. ¿Y qué le dirías? “Nada, mami: sólo quiero saber qué tan grande es”.
La maestra se acerca a la alumna y le pregunta qué está dibujando. “Estoy dibujando a Dios”, es la respuesta. “¡Pero nadie sabe cómo es Dios!”. La alumnita replica: “Lo sabrás dentro de un minuto”.
A los diez años, Luis Ernesto reflexionaba en diálogo con su padre: “Pero Dios existe, ¿no es cierto? ¡Porque a Dios sí no me lo pierdo!”.
Para Laura, 6 años, Dios “es el alma de nosotros, es como si fuera el viento”. (Del libro “Casa de Estrellas”).
Preguntas hechas por niños en un foro organizado en Bogotá:
¿Dios es niño o niña? ¿Quién es el papá de Dios? Si Dios está en todas partes ¿por qué no puedo saludarlo? Si Dios creó el mundo, el universo y todo lo que nos rodea, ¿quién creó a Dios?
«Mamá, se cayó el cielo», fue la primera reacción de una niñita, Catalina, cuando conoció el mar de Cartagena, poco antes de aterrizar.
Salì a llevar a Santiago a la ruta del colegio y recordé que debían llevar flores ese día, saqué rápidamente unas flores de mi jarrón; se las entrego y le digo: estas flores son para el altar de la Virgen, dáselas a tu profe. Èl me contesta: ¿Y es que esa señora (la Virgen) va a ir al Jardín hoy?
Laura, 3 años, en la muerte de su abuelo: ¿Y en el cielo le dan comida? ¿Allá le prestan ropa? Quiero ir a esa nube para tocarlo.
María Clara, 5 años, no se quiere ir de la finca donde pasean. “Todo tiene fin”, le dice mamá. “No, mami, Dios no tiene fin, los números no tienen fin y la vida no tiene fin”.
Una niña de 7 años iba a hacer la Primera Comunión. Le preguntan: ¿Qué es lo que más te alegra, la fiesta o recibir al Niño Jesús? Y ella responde: No me preguntes que ya me confesé y no puedo decir mentiras…
Pregunta una niña: “¿Dios está en el cielo, como los pájaros? Entonces tendrá pico”. (Contado por Ortega y Gasset).
En su primer viaje en avión, Carolina, de nueve años, después de mirar en todas direcciones pregunta: “Tía, ¿y dónde está Dios?”
Natalia, de cinco años, les informa a sus padres, escépticos tirando a ateos, que Dios existe. ¿Y cómo lo sabes?, pregunta mamá. Porque tiene un minuto en la televisión ( en referencia al programa de televisión en Colombia “El Minuto de Dios”).
¿Si diciéndole a Diosito que no quiero morir no me muero? Pienso en Diosito: no me moriré. (Juan, cuatro años).
– Francisco ¿qué hace Dios los domingos? – Me imagino que va esquiar al lago.
– Mi nieto nos visitaba un día y de repente me dijo: “Abuela, ¿tú sabes en que se parecen tú y Dios? Muy oronda le pregunté: “No, ¿en qué?”, y me soltó: “Ambos son viejos”.
Cuenta un padre: Simón, mi hijo mayor, estaba como de 7 años y le pidieron en su clase de religión que dibujara a Dios. Pues bien, después de gastarse tooooooda la hora completa, entregó finalmente su mejor interpretación: ¡La hoja en blanco! Recibimos la nota de su profesora algo extrañada, y al preguntarle, Simón nos dijo que le sucedió algo muy raro porque nosotros le hemos enseñado que Dios está en todas partes, que hace parte de todo, pero que a la hora de dibujarlo, no pudo encontrarlo…
David, de seis años, amaneció bravo con Dios un día de invierno. Le pidió que saliera el sol para poder ir a jugar al parque con Vale, su hermanita. “Mami, Dios no me para bolas”, comentó David en medio del aguacero.
“Eaaaaa, qué bobo el tío Lucas que no cree en Dios. Yo sí creo en todos, todos los dioses»: Cipriano.
Ilona, de ocho años, le pregunta a su mami dónde está Dios. “En todas partes” es la respuesta. “Entonces párate porque estás sentada encima de Dios”.