En los setentas, habían registrados 70 lobistas en Washington; en el 2016, habían aumentado a 115.000, un ejército que destruye leyes que vayan en contra de los intereses de las grandes corporaciones, además de servir los intereses de gobiernos extranjeros.
Su apogeo ha sido vital para anular leyes que protegían a los consumidores y aprobar las favorables a la empresa privada, constituyéndose el lobby legalizado, en la máquina de tráfico de influencias más poderosa en la historia estadounidense, señalan los autores del nuevo libro ” Los Lobos de la Calle K”, Brody Mullins y Luke Mullins, periodistas hermanos, vinculados al Wall Street Journal y Político Magazine.
Una reseña del mismo, sobre los elegantes personajes de la Calle K, donde concentran sus oficinas, a pocas cuadras de la Casa Blanca y El Capitolio, la trae con gran detalle, la investigadora de las prácticas monopolistas, Anita Jain, de la plantilla del Instituto de Mercados Abiertos (OMI).