Hernán Alejandro Olano García
Dentro de las grandes historias de la picaresca bogotana, apareció en la ciudad, meses después del inicio de la república, un ciudadano de origen francés llamado don Francisco Convérs Convérs, sobre el cual se tejió una leyenda sobre sus presuntos padres: Luis XVIº y María Antonieta de Austria, depuestos reyes de Francia, quienes fallecieron guillotinados, junto con las hermanas de este supuesto príncipe.
Siempre se tejió una trama sobre el presunto rescate del Delfín, sacado vivo por la lavandera Dionisia antes del regicidio, usando el cuerpo de otro niño en su lugar para darle sepultura y, así, los simpatizantes de la monarquía alejar al verdadero heredero de las garras revolucionarias. ¿Escapó en realidad en una prisión parisina tal como anunciaron los revolucionarios en 1795? ¿O escapó de la cárcel del Temple y burló la muerte como algunos aseguraban?
Al parecer, salvado milagrosamente de las garras de sus carceleros Denis Francois Convérs, o Francisco, vino a parar a esta República, ingresando por Cartagena hacia 1824, procedente de Venezuela, junto con el célebre y misterioso doctor Juan Francisco Arganil (1759 – 1842), quien buscó a Bolívar y a Santander para presentarles al príncipe, cosa que ellos no aceptaron.
El doctor Arganil nos da para otro capítulo, pues en la Revista del Rosario, don Luis Augusto Cuervo escribió sobre ese curioso personaje, quien al hablar mezclaba palabras en castellano, con el francés, el portugués y el italiano y participó en la conspiración de la Noche Septembrina en 1828; incluso, se tejió el mito que en realidad era Juan Lamberto Tallien, un político francés adepto a la Revolución y quien lideró la toma del Palacio de las Tullerías. Tuvo gran cercanía con la dama bogotana Josefa Acevedo de Gómez, a quien sus hijos le preguntaron quién era el personaje y, ella respondió: “¿Que quién es el doctor? Bástate saber que es una triste celebridad de la Revolución Francesa.»
Incluso Cuervo dice sobre Arganil: “Cuando llegó a Cartagena Pedro Bonaparte, sobrino de Napoleón, se dijo que este Príncipe traía varias cartas de su tío José para el doctor Arganil, en las cuales el exrey de España le convidaba a pasar sus últimos días en su compañía. Esto, que casi podríamos llamar anécdota, tiene más probabilidades de ser absurdo que de ser cierto. Sin embargo, lo escribimos para que el lector vea lo fácil que es dar el paso de lo posible a lo inverosímil”. Tan inverosímil era eso, como que en Bogotá estuviese el rey de Francia, apoyado por Arganil.
Cuando el señor Convérs quiso contraer matrimonio el lunes 24 de junio de 1833 en la iglesia de San Victorino con doña Josefa Francisca Sánchez del Guijo y Chávez (hija de José Antonio Narciso Sánchez del Guijo y Agustina Chávez), la familia de la joven quiso indagar por el origen del pretendiente quien dijo que solo podría decirlo bajo secreto de confesión; luego el sacerdote de la Orden de los Predicadores (dominico), dijo a los Sánchez que se tranquilizaran, pues no podrían tener tanto honor en su familia.
La familia Convérs Sánchez fue tronco de gran descendencia, pues tuvieron ocho hijos, entre ellos:
Amelia, casada en 1852 con Carlos Manrique, quienes tuvieron siete hijos.
Sergio, casado en 1858 con Araceli Codazzi, (hija de don Agustín Codazzi, militar italiano que participó en las guerras napoleónicas y de independencia de Colombia y Venezuela y director de la expedición Corográfica de Colombia); tuvieron cinco hijos.
Félix Eugenio Napoleón, casado en 1862 con Constanza Codazzi y tuvieron cuatro hijas mujeres.
Hersilia, casada con Lorenzo Codazzi, sin descendencia.
Julio Francisco, casado con Ofelia Sicard y padres de siete hijos.
Agustín, casado con Inés Gaitán, procreó cinco hijos.
Ricardo Convérs Sánchéz, soltero
Virginia Convérs Sánchez, soltera.
Recientemente apareció en Carolina del Norte, Estados Unidos de Norteamérica, una desconocida pintura en miniatura realizada por José Manuel Groot en el año de 1827. La persona en el retrato (D.F. Convers de St Elienne Dubois Francia), según la anotación, fue el “Delfín” francés que desarrolló su vida en Colombia, cuyo nombre era Denis Francois, nacido, supuestamente, en Saint Etienne a finales del siglo XVIII para luego viajar a Colombia y morir en Bogotá el viernes 18 de julio de 1873. Sin embargo, en páginas de genealogía, aparece como nacido en Versalles, el lunes 22 de octubre de 1871 y, reseñado como hijo de los reyes de Francia (https://gw.geneanet.org/ferneche?lang=es&n=convers&oc=0&p=luis+jose+javier+francisco).
José Manuel Groot como pintor es recordado por sus ilustraciones de la vida cotidiana Bogotana y no tanto por sus miniaturas. La pintura está en excelente estado, sin ser manipulada o restaurada. Viene con su vidrio y marco originales. Contiene en el anverso una etiqueta cuya etiqueta está escrita en francés y debajo de ella se observa otra etiqueta con más información posiblemente escrita por el propio José Manuel Groot, con lo cual, se cuenta ahora con la imagen de quien hubiese podido ser, en caso tal, el rey Luis XVII de Francia.
Francisco, supuesto Delfín de Francia y, a su vez, Duque de Normandía, como heredero del trono francés, con su esposa Josefa Francisca, serían los fundadores del municipio de San Francisco, Cundinamarca. Este municipio, conocido por albergar más de treinta especies distintas de colibríes, surgió de la hacienda San José de Chinga Caliente, propiedad de Josefa Francisca y donde su marido era el mayordomo, cuando ellos, Francisco y Francisca, donaron por medio de la Escritura Pública número 10 de 1858, folio 44, de la Notaría Primera de Bogotá, las nueve hectáreas de los terrenos para la parroquia bajo la advocación de San Francisco de Sales y para edificar cerca a su mansión de La Carlina, el casco urbano, segregándose de los municipios de Subachoque y La Vega, para adquirir personalidad a partir del 22 de noviembre de 1857.
Los Convérs, han sido familia de académicos, personas destacadas en las artes, las fuerzas militares, la medicina y el comercio.
Según un informe de la BBC en 2021, incluso el escritor Mark Twain se basó en la historia para su famosa novela «Las aventuras de Huckleberry Finn», donde uno de los personajes se presenta como el «rey perdido de Francia». Incluso, el relojero prusiano Karl Wilhelm Naundorff fue uno de los falsos delfines, quien le escribía cartas a su hermana la princesa María Teresa, Duquesa de Angulema, buscando ser recibido por ella, como incluso lo intentó el propio Convérs.
Realmente, la verdadera historia del paradero de Luis XVII de Francia ha sido una de las incógnitas más intrigantes del mundo, pues, se dice que hasta más de doscientos hombres se presentaron a lo largo del siglo XIX como supuestos hijos de los reyes; por ejemplo, otro caso ocurrió en Argentina, país cual llegó en 1818 a bordo de una goleta francesa, portando una carta de recomendación firmada por el mismo Napoleón Bonaparte, el señor Pierre Benoit, quien aseguraba también ser el Delfín de Francia .
En el año 2000, dos universidades: la Universidad de Lovaina de Bélgica y la Universidad de Muenster de Alemania, realizaron exámenes de ADN para desentrañar de una vez por todas la historia real de Luis Carlos, pues no todo su cuerpo se fue a la tumba, ya que durante la autopsia, según la leyenda, el médico se quedó con su corazón en un frasco con alcohol, con el propósito de hacérselo llegar a los miembros de la dinastía borbónica que aún quedaban y, finalmente se depositó en la basílica de los Reyes de Francia. Mediante el estudio de un mechón del pelo de María Antonieta, que se conservaba en un collar de relicarios que perteneció a su madre, la Emperatriz María Teresa de Austria, se demostró que el hijo de Luis XVI y María Antonieta sí murió en prisión, razón por la cual, el ministerio de cultura francés dio permiso para el entierro simbólico de Luis Carlos en la Basílica de Saint-Denis en 2004, “poniendo punto final a la trágica historia del Delfín que nunca pudo gobernar”, dice la BBC, aunque en Colombia el mito continúa.