El futuro de La Rolita

Por estos días ha cobrado relevancia el debate sobre el proyecto de La Rolita, que se lanzó en la alcaldía de Claudia López y que ha tenido en operación más de 190 buses eléctricos, con 11 rutas distintas y con mujeres al volante.

Tras dos años de labores, la empresa está ad-portas de desaparecer. El hecho de que llegara un actor público al negocio del transporte en Bogotá no cayó bien en el sector privado. La administración de Claudia López cometió el error de no adjuntar los estudios que justificaran su creación y esto fue prueba suficiente para pedir la anulación del artículo del Plan de Desarrollo de la exalcaldesa y la justicia les dio la razón en octubre del año pasado.

Alexander Marín, editor de la sección de Bogotá, nos cuenta en el artículo que contiene la entrevista a María Fernanda Ortiz Carrascal, gerente de Transmilenio, cuál es la última carta que se juega la alcaldía de Carlos Fernando Galán para evitar la liquidación de La Rolita. En el Concejo de Bogotá se está tramitando “un proyecto de acuerdo, que autorice a Transmilenio (TM) ser el socio mayoritario de la empresa pública de transporte. La propuesta, que cuenta tanto con promotores como opositores, se discutirá en sesiones extraordinarias. Un no, sería el fin”. 

Frente al presente, Ortiz aclaró que La Rolita opera con normalidad y que desde lo técnico y lo financiero funciona “bastante bien”. “Lleva dos años en la zona de Perdomo (Ciudad Bolívar), lo que indica que es una operación estabilizada”, dijo.

Si el Concejo le dice que no a la continuidad de La Rolita, la gerente de Transmilenio respondió que “Probablemente tendremos que liquidar, pero no es sencillo. Pactaríamos con el socio una liquidación gradual y organizada, mientras adelantamos un concurso para contratar otro operador. Son casi 760 empleados por indemnizar y otros contratos por liquidar. Por eso, el escenario más económico para la ciudad es que la empresa siga”.

Sobre la autosostenibilidad de La Rolita, Ortiz mencionó que “Transmilenio le paga la misma tarifa de remuneración que a los otros operadores y, digamos, con esos ingresos ha sido autosostenible. El Distrito no ha tenido que sacar un peso para su operación. En 2024, por ejemplo, cerró con un margen neto cercano al 11%, muy comparable con los operadores privados. Sin embargo, la operación del transporte público en Bogotá es deficitaria, porque no le cobramos a los usuarios todo lo que cuesta mover a un pasajero”. 

En caso de ser liquidada la Rolita, los recursos para enfrentar este escenario saldrían de la misma empresa. “TM capitalizó La Rolita con $10.000 millones, que fue lo que aprobó la pasada administración para crear la empresa. Y, si bien, hoy hay recursos como para recupera esa inversión, si tenemos que liquidar, esa será la prioridad”, explicó Ortiz.

La gerente de Transmilenio defendió La Rolita al decir que esta merece ser conservada “Porque tiene un excelente desempeño técnico y financiero; porque cubre una zona que no tenía presencia del SITP; porque incentiva la competencia, para que los precios sean más eficientes. Nos permite, además, acceder a información sobre la operación técnica y financiera del servicio, para estructurar procesos más eficientes. Como existe hoy, es indispensable para garantizar el servicio en Perdomo y, de paso, atender una eventual contingencia del servicio en otras zonas, de ser necesario”.