Es irrefutable la afirmación del Jefe del Estado, Gustavo Petro sobre el origen de la Empresa Colombiana de Petróleos, como culminación de las luchas de los trabajadores y el respaldo que recibieron de diferentes gobiernos para defender sus derechos laborales y ciudadanos ante los abusos de las compañías petroleras extrajeras.
El presidente pregunta por la ausencia de representantes de los trabajadores en la junta directiva de ECOPETROL, pero la motivación de su inquietud nace de las propuestas de la junta actual y de la empresa «caza-talentos» para escoger los candidatos a la presidencia de la ahora denominada Grupo ECOPETROL, con la más grande y costosa burocracia nacional al multiplicarse los cuadros directivos por cada una de las empresas creadas como satélites de la Empresa Colombiana de Petróleos.
El gigantismo burocrático se extiende en lo internacional con la creación de subsidiarias y oficinas de representación permanente en América Latina, Estados Unidos, Europa y Asia.
Para retomar la historia de la petrolera estatal ésta se debe remontar a mediados de 1922 cuando se registraron los primeros brotes de inconformidad de los obreros colombianos frente a la explotación de los yacimientos petroleros del Magdalena Medio a través de la Concesión de Mares operada por la Tropical Oil, del magnate norteamericano John Rockefeller.
Era una masa obrera de 4.500 hombres reclutados por la petrolera en la zona que fue erigida ese mismo año como el municipio de Barrancabermeja, Santander.
En 1924 los obreros, asociados en la Sociedad Unión Obrera, fundada por el dirigente Raúl Eduardo Mahecha, organizaron mejor sus protestas y lograron el apoyo de trabajadores no petroleros, amas de casa y comerciantes para llamar la atención del recién posesionado presidente de Colombia Pedro Nel Ospina, quien decidió intervenir ante la compañía norteamericana para que se respetaran los derechos de los trabajadores.
El movimiento obrero tuvo posteriormente el acompañamientos de los más notables intelectuales y políticos de izquierda, entre ellos Ignacio Torres Giraldo, María Cano, Neftalí Arce, Escolástico Álvarez, Gilberto Molina y Diego Montaña Cuellar, quienes concurrieron e intervinieron con sus discursos ante las manifestaciones de protesta en la explanada de Barrancabermeja.
En 1934, con el auspicio del presidente Alfonso López Pumarejo y su gobierno de la «La Revolución en Marcha» nació con personería jurídica la Unión Sindical Obrera, USO.
En el periodo presidencial del conservador antioqueño Mariano Ospina Pérez, se atendieron las protestas sociales de obreros y campesinos. El gobierno promovió la protección de la producción nacional, la tecnificación agrícola, la creación y reglamentación del funcionamiento del Instituto Colombiano de Seguros Sociales y la creación de empresas estatales.
Las organizaciones empresariales, encabezadas por la Asociación Nacional de Industriales, ANDI, la Federación Colombiana de Comerciantes, FENALCO, la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC y los exportadores de café se unieron en un solo frente para confrontar las políticas de Ospina Pérez y oponerse radicalmente al funcionamiento del Seguro Social y sus pretensiones de crear la Siderúrgica Paz Del Río y la Empresa Colombiana de Petróleos, ECOPETROL.
En esos años, a mediados del siglo XX el precio del petróleo era de US$0,40 por barril (cuarenta centavos de dólar por barril) y Colombia era el noveno país en la producción petrolera mundial con 34 millones de barriles por año.
Con la oposición de la dirigencia empresarial liderada por la ANDI, Ospina Pérez fracasó en la búsqueda de capitales nacionales o extranjeros para estructurar la empresa que se encargaría de administrar las reservas de hidrocarburos que iba a recibir el Estado en 1951 cuando se produjera la reversión de la Concesión de Mares, a pesar de haber establecido la exención tributaria para el sector petrolero.
En 1950, accedió al poder otro dirigente conservador, el presidente Laureano Gómez, quien mediante el decreto 30 de 1951 decidió crear con capital estatal la Empresa Colombiana de Petróleos, ECOPETROL.
Desde entonces la compañía estatal colombiana ha sido apetecida por la clase dirigente empresarial y política del país.
Solo una vez en sus 73 años de vida la Empresa Colombiana de Petróleos ha tenido un presidente ejecutivo de extracción obrera.
Francisco José Chona, ingeniero de petróleos, hijo de un obrero de la Concesión Barco cuya exploración y explotación de petróleo se inició en Norte de Santander en 1934.
Chona Contreras, quien alcanzó las más altas calificaciones en la Universidad Industrial de Santander y en las especializaciones a las que aplicó. Hizo toda su carrera de 39 años en la petrolera estatal desde el simple cargo de ingeniero y todas las responsabilidades asignadas de manera ascendente en ingeniería de petróleos hasta gerente del Distrito de Producción «El Centro».
El ingeniero Chona es coautor junto al también ingeniero Jorge Bendeck, de la creación del Contrato de Asociación que reemplazó desde el gobierno de Alfonso López Michelsen el contrato de Concesión Petrolera y sus irrisorias regalías al país.
El ingeniero ejerció la presidencia de la petrolera estatal en 1986 y fue destituido, precisamente por el hijo del general Virgilio Barco, titular de la Concesión Barco, por atreverse a destinar parte de las utilidades de la empresa en reinversión tecnológica, el desarrollo de la exploración propia y el establecimiento de un patrimonio autónomo para las pensiones de los trabajadores.
El segundo presidente de origen petrolero fue el ingeniero Enrique Amorocho, santandereano. Provenía del sector privado cuando fue designado vicepresidente de refinación y luego ejerció el cargo máximo de ECOPETROL durante la administración de Ernesto Samper Pizano.