Don Antonio Pardo cuenta qué pasó con la Radio en el Bogotazo

El "bogotano" del 9 de abril de 1948, destrucción y saqueo tras el asesinato del caudillo Jorge Eliécer Gaitán . Foto Archivo Nacional

Considerado como uno de los grandes redactores y periodistas de Colombia, calificado como el más sobresaliente por don Orlando Cadavid Correa, don Antonio Pardo García publicó en el 2020 el libro «100 años de radio, 90 en Colombia», considerado como la más calificada exposición sobre este medio de comunicación.

Don Antonio Pardo recibe el Premio CPB al «mérito periodístico Guillermo Cano».

Uno de los capítulos lo tituló como «La radio en el Bogotazo». Con motivo de los 75 años de ese inolvidable 9 de abril reproducimos su texto:

Alberto Piedrahita Pacheco trabaja en Radio Panamericana en el centro pasaje subterráneo de la avenida Jiménez con carrera séptima, cuando se convierte en protagonista del Bogotazo. La emisora que se autoproclama La voz del pueblo, es arrasada por un bombardeo de aviones militares. Otras emisoras tomadas por sediciosos, son recuperadas por el ejército. Y el gobierno del conservador Mariano Ospina Pérez las cierra inmediatamente. Se toman estudios y transmisores.

Radio Panamericana, la revolucionaria, transformada tres días en La Voz del Pueblo, del viernes 9 al domingo 11 de abril, es silenciada por el bombardeo de aviones del gobierno y su propietario muerto a tiros. Fundada y gerenciada por el empresario agrícola y liberal gaitanista Cristóbal Páez, funciona a pocos pasos del lugar en donde matan, de tres tiros, al líder liberal Jorge Eliécer Gaitán y comienza el Bogotazo. La sublevación deja miles de muertos, La Voz de Colombia y centenares de vehículos incendiados, la desaparición del tranvía, la destrucción parcial de periódicos y del centro de Bogotá.

Bogotá ha celebrado la IX Conferencia Panamericana en la que se crea la Organización de Estados Americanos (OEA) y se establecen las bases del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).

Piedrahita, de 16 años cumplidos, nació en 1931, en El Líbano, Tolima, licenciado en locución por el Ministerio de Correos y Telégrafos, labora desde octubre de 1947, como mensajero. En un momento, observa como el locutor Eduardo, el Pote, Benavides, informa: Una de la tarde. La normalidad es interrumpida minutos después por gritos dramáticos: «mataron a Gaitán», «cójanlo…ese fue…ese fue» (Juan Roa Sierra, el presunto agresor).

Alberto Piedrahita Pacheco en cabina de radio, tiempo después del 9 de abril. Foto El Tiempo

«A partir de ese momento, todo es terrible», dice Piedrahita, testigo desde la emisora subversiva.

Gaitán, director del Partido Liberal va a un almuerzo cuando es baleado al salir de su oficina, en la carrera séptima, acompañado por Eliseo Cruz, Plinio Mendoza Neira, Jorge Padilla y Alejandro Vallejo.

«Cada segundo se escuchan más gritos, más disparo», relata Piedrahita. «Mataron a Gaitán, dicen unos. Otros piden venganza. ´Cójanlo y mátenlo´, gritan hombres que al parecer siguen a un agresor (nunca se ha probado la autoría material de Roa Sierra) quien busca refugio fatal, en la famosa Droguería Granada. el ambiente comienza a oler a madera y pólvora quemadas. Los tiros son más frecuentes. Hay una guerra afuera. Cierran las puertas del pasaje y allí permanecemos viernes y sábado, cuando llega el político, Joaquín Pérez. Nos sube a una camioneta y nos lleva a los transmisores de la Radio Panamericana, en el sur de Bogotá».

La muchedumbre de manera desordenada reaccionó violentamente ante el asesinato de su líder político para frenar su ascenso futuro al poder imagen testimonial de «el bogotazo». Foto Archivo Nacional

Don Alberto Piedrahita Pacheco.

Piedrahita precisa: «Allí nace La Voz del Pueblo (nombre de una ejemplar emisora de Pereira desde 1933). La de Bogotá es la emisora del 9 de abril. Desde los transmisores de Radio Panamericana se arenga para que se proteste enérgicamente y el crimen no quede impune. Se clama justicia. Se protesta por la muerte de Gaitán. Allí estamos Eduardo, el Pote, Benavides, José Vanegas, otros y yo. Las arengas se hacen todo el sábado y en la noche.

«El domingo se escuchan aviones y de pronto comienzan a bombardear los transmisores. En minutos son derribados, pulverizados. Ahí termina La Voz del Pueblo o la Radio Panamericana, y casi nosotros.

La Voz de Bogotá, la emisora más importante de la capital en aquellos tiempos, acompañó las manifestaciones y conferencias del caudillo Jorge Eliécer Gaitán. Foto Archivo Nacional

«Nueva Granada y La Voz de Bogotá, las más importantes emisoras de Bogotá, son obligadas por presuntos periodistas de El Liberal y La Razón a retransmitir, a la una y treinta minutos, una emisión del radioperiódico Últimas noticias. El director, el gaitanista Rómulo Guzmán, lidera los llamados a la revolución y a la toma del poder a sangre y fuego. En medio de las arengas, anuncia la formación de un gobierno revolucionario formado por cinco personas. Integran la Junta Central Revolucionaria de Gobierno, Gerardo Molina, Adán Arriaga Andrade, Jorge Zalamea, Rómulo Guzmán y Carlos Restrepo Piedrahita.

«La parcializada información del radioperiódico leída por Moisés Durán Prieto y Jaime Sáez describe la furia del pueblo, un ambiente de venganza y el fin del gobierno de Ospina. Figuran como periodistas y colaboradores Jaime Manrique, Alberto López, Tomás Escallón, Arturo Galvis Ortiz, Gerardo Toledo Villa, José Giodanelli y Floresmiro Barrios.

«Desde las tomadas Radio NacionalLa Voz de la Víctor y la Voz de Colombia, otros piden que la gente salga armada y ataque al ejército y a la policía. El caos en el centro, en ruinas, es total: almacenes y oficinas saqueadas, tranvías y automóviles incendiados y miles de personas muertas y otros miles heridos en las calles. En Barranquilla la turba incendia y destruye los estudios de Emisoras Unidas.

El «bogotazo» : destrucción, saqueo y desorientación de la enfurecida multitud por el asesinato de Jorge Elécer Gaitán. Foto El Espectador

«En Bogotá, Nueva Granada, La Voz de Bogotá, Radio Nacional, La Voz de Colombia, La Voz de la Víctor y Emisora Suramericana son recuperadas por el ejército. Algunas están destruidas, como La Voz de Colombia. De las emisoras involucradas en el conflicto, una de Fusagasugá, la Panamericana y una clandestina persisten en la rebelión con permanentes arengas y son bombardeadas el domingo.

«La Voz del Pueblo no dura tres días. Quedamos con muy mala fama. Yo me retiro a trabajar en un banco. Pude volver seis años después a la locución de planta, en Actualidades RCN, el radioteatro de programas como «Bavaria invita» y en comerciales de deportes con el campeón Carlos Arturo Rueda, en Nueva Granada”.

Con no buena fama queda una parte de la radio. El Gobierno establece que personal de Radio Panamericana, en la tarde del viernes y en medio de la sublevación, lleva los micrófonos a la calle en apoyo de la insurrección.

La operación es promovida o permitida por su propietario Cristóbal Páez y el director José Vanegas Rivera Páez, propietario de Radio Cristal, aparece muerto el domingo de tres tiros, en el interior de su automóvil en Bogotá.

Roberto Ramírez gerente de Nueva Granada es detenido. Se aclaran responsabilidades por las emisiones subversivas de Últimas noticias. Otras radiodifusiones son detenidas.

El Gobierno canceló las licencias de las emisoras privadas a partir del 10 de abril. Para restituir licencias, los propietarios no involucrados en el amotinamiento, deben formar una Asociación de Radiodifusión. Promotores de la violencia huyen a Venezuela.

En 1948, por el parentesco de su esposa con el presidente Mariano Ospina y como gerente de la General Electric, Aldo Amore hace instalar en el automóvil de la Presidencia el primer equipo portátil de frecuencia modulada llegado al país. Así el 9 de abril, el comandante de la policía puede avisarle al presidente lo que sucede en el centro de la ciudad.

Sobre Revista Corrientes 4576 artículos
Directores Orlando Cadavid Correa (Q.E.P.D.) y William Giraldo Ceballos. Exprese sus opiniones o comentarios a través del correo: [email protected]