Por Óscar Domínguez Giraldo
Me sumo a quienes hacen balances de cualquier cosa para darle la patadita de la buena suerte al año que abre el paraguas y se apresta a reencarnar en 2025:
Nunca tantos hicieron tanto oso en tan poco tiempo. Me refiero a la “realeza” del reguetón paisa que difundió un lapsus llamado “+57”. A manera de reacción, pido prestada esta letra del tango Cambalache: “Qué falta de respeto, qué atropello a la razón”. Dios los perdonará, es su oficio, dicen. En mi caso, me abstendré de perdonarlos. Hay textos o canciones a los que los salva una sola metáfora. Siendo generosos, a “+57” lo salva el punto final.
Hay ricos que lo único que tienen es plata. Lo digo por Elon Musk quien le cambió de nombre a Twitter por X. Porque sí. Como quien cambia hamburguesas por perros calientes. El reelegido Donald Trump lleva a Musk a todas partes debajo del sobaco como María Félix llevaba al flaco Agustín Lara, según los manitos.
El que manda manda, aunque mande mal. Atlético Nacional ha cambiado de técnico con la facilidad con que las divas cambian de desdén. Con los técnicos que han sacado podrían hacer un equipo de fútbol de apellidos Restrepo, Guimaraes, Herrera, Sarmiento, Autuori, Amaral, Bodmer, Repetto, Pérez. Al mexicano Juárez lo pueden pasar al cuarto del reblujo por ganar o perder las dos finales que disputarán en quince días. Debería tener la maleta lista pa regresar a los tacos en su “México lindo y querido”.
Vicky Dávila se dejó venir con tierno oso de peluche. Me refiero a su precandidatura. Zapatero a tus zapatos. La candidatizo para la alcaldía de la Ciudad de Hierro.
Joe Biden, presidente saliente de USA, aportó varios osos históricos. Para empezar, confundió al presidente Zelenski, de Ucrania con Putin, quien sueña con volver papilla a ese bello país. Otro oso: Biden perdonó a su hijo que le dio golpes por debajo del cinturón a los códigos. Y solo ahora, después de elecciones en USA, le quitó el apoyo al veneco Maduro y apoyó al pacífico abuelo Edmundo González.
El presidente Petro colecciona osos. Por ejemplo, nombra colaboradores no por su hoja de vida sino por su prontuario. Para muestra un botón: el inefable exembajador en Caracas y en la FAO, Benedetti. Armandito, quien será el enlace con el legislativo, estará en Palacio hasta que se aburra de guardar silencio en pesos. Lo que sabe – y debe callar- amerita salario en euros. O en verdes. Otro osito: en pleno paro camionero, el presidente apareció en tiempo triple A de televisión para hablar del espía Pegasus. Del paro, ni una vocal. Prefiero ver al presidente Gustavo Francisco currucuteando con algún arrocito en bajo en Panamá que echando discursos incoherentes que hasta te pueden dañar el estilo.
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