Desvertebrada. Nonagenarios (4) El padre Diego

El sacerdote Diego Jaramillo en el Minuto de Dios de la televisión.

Por Óscar Domínguez Giraldo

Cuando le pregunté al padre Diego Jaramillo, diminuto como una jaculatoria, cuándo iba a tirar la toalla, me contestó que todos los días, después de bañarse, la cuelga en el gancho. 

Al presidente de la Corporación Minuto de Dios lo esperan también en la Comisión Mutis, la Academia Colombiana de Historia Eclesiástica, la Sociedad Santandarista de Colombia (Academia de Historia), entidades que preside; es miembro de la Sociedad Bolivariana de Colombia, la Academia Antonio Nariño, la Academia Colombiana de Lengua… No menciono otras organizaciones porque se me engulle toda la columna. Va a aportar, no a hacerse el pedicure.

Su colega Eduardo Durán, presidente de la Academia Colombiana de la Lengua, destaca “su deseo de trabajar y de servir sin importar la edad: pasa de los noventa y trabaja y piensa como si tuviera 30. Invito a cualquiera a participar de una sola reunión con él y seguro que inmediatamente queda listo para replantear todo su esquema de vida y de acción. Un minuto de su vida, es efectivamente como un minuto de Dios”.

Este tauro nacido en Yarumal, Antioquia, es mono en el horóscopo chino como Chamberlain, Omar Shariff, Alejandro Dumas, Elena Poniatowska , Libertad Lamarque y Elizabeth Taylor. La poeta Lucy Domínguez que miró su horóscopo con lupa, concluyó que “por su fantasía e ingenio, es magnético, cooperativo, intuitivo, simpático…. Muy creativo para realizar y ayudar a otros en sus anhelos por su innata capacidad de servicio. Es amante de las artes manuales, de la música y la literatura”.

Más que por el zodíaco, se guía por el Espíritu Santo o por su ángel de la guarda. Cuando ellos toman compensatorio, los remplaza doña Margarita Osorio, su asistente.

Su programa de televisión El Minuto de Dios, obra un milagro diario que sería suficiente para trepar a los altares al padre García-Herreros, su gurú: nadie cambia de canal cuando el padre Diego aparece en el horario de la mayor sintonía.

El padre Diego en la inauguración del mosaico del padre García-Herreros en la plazoleta del Minuto de Dios. Es el mural de cara más grande del mundo obra del artista Iván Darío Gil (derecha), a quien acompaña su hijo Jóse (odg)

En un pequeño recreo el padre Diego respondió estas inquietudes:

¿En qué trabaja en estos momentos?

En 200 cosas al tiempo: cómo dar becas a los estudiantes universitarios; ayudar a la gente que necesita casa; organizar reuniones de academias; realizar Banquetes del Millón en diversas poblaciones del país.

¿Receta para su larga vida?

No enfermarse. Y cumplir el trabajo de cada día.

¿Qué le han quitado y qué le han agregado los médicos?

Cuando me operaron, me quitaron las partes del organismo que ya no servían. Me han agregado diversos remedios que me han ido recetando y que hay que tomar con puntualidad.

¿Y de la salud qué?

Ahí vamos. Protegiéndome de los periodistas preguntones.

¿Lo bueno, lo malo y lo feo de la vejez?

Lo bueno: a cualquier reunión que uno llega, le ceden la silla.

Lo malo: la ciática y otras cosas que suelen venir sin invitación. Tener que andar cojeando.

Lo feo: leer en la prensa la noticia de secuestros y asesinatos.

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