CATALINA OQUENDO
1) Colombia frena la deforestación y registra la cifra más baja en 23 años
2) El Gobierno emite resolución para el control de los hipopótamos
Dos noticias que abordan temas centrales y espinosos para el país y que provienen del mismo ministerio el del Ambiente, bajo la dirección de Susana Muhammad. La primera, la gran apuesta ambiental del presidente Gustavo Petro por detener la pérdida de bosques; la segunda, una decisión esperada y celebrada por la comunidad científica ante un problema que ha crecido sin control desde que el narcotraficante Pablo Escobar trajo a Colombia tres hipopótamos en un avión privado e introdujo una especie invasora y peligrosa.
Vamos por noticias porque cada una tiene sus bemoles, aunque ambas son recibidas con júbilo.
La primera es, sin duda, una gran noticia. La deforestación es uno de los mayores problemas ambientales que tiene Colombia así que su freno ya es considerado un hito histórico y claro, un enorme alivio para un Gobierno que tiene problemas y escándalos en otros frentes. Las cifras reportadas indican que el número de hectáreas perdidas de bosques pasó de 123.000 en 2022 a 79.000 al cierre de 2023, lo que significa una reducción de 36%. Se trata de las cifras más bajas de bosques talados y quemados desde que se llevan registros (desde el 2000).
“Es, por primera vez, una cifra que se reduce sustancialmente y por debajo de las 100.000 hectáreas. Es un año realmente icónico en esta lucha contra la deforestación”, destacó la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad y dijo que triplicaron los incentivos a campesinos que conservan bosques.
Sin embargo, la batalla está lejos de ser ganada y el logro del Gobierno puede verse amenazado por los reveses en la negociación con las disidencias del Estado Mayor Central (EMC). Ese grupo armado, que también tiene bajo el terror a miles de ciudadanos y domina en los departamentos del arco amazónico, es uno de los mayores depredadores de los bosques y “ordena o prohíbe la tala para marcar el ritmo de las negociaciones y presionar al Gobierno”, como explica este reporte de Santiago Torrado. La noticia es pues una foto de 2023, pero por lo menos un éxito que el Gobierno podrá mostrar en octubre cuando sea anfitrión de la cumbre de Naciones Unidas sobre biodiversidad, COP 16, en Cali, como un camino posible para detener la depredación de la selva.
La otra noticia es una de las más esperadas por la comunidad de biólogos y ya empezó a causar molestia entre algunos políticos de Antioquia. El Gobierno escuchó y adoptó los planteamientos de una investigación científica que señalaba la caza controlada, entre otras alternativas, como una opción necesaria para erradicar la población de hipopótamos que cada vez crece más ―hay 169 registrados― y que hace rato salió de la Hacienda Nápoles para llegar a toda la cuenca del río Magdalena. Su expansión pone en riesgo a manatíes, chigüiros y a humanos que se cruzan con el animal y afecta también los ecosistemas.
El plan divulgado por el Gobierno (que puede ser una medida impopular) está basado en el estudio de la Universidad Nacional y el Instituto Von Humboldt y contempla desde el confinamiento, la traslocación o traslado hacia zoológicos en otros países hasta la caza de control que, según señala el documento, puede ser a través de disparos o con inyección de medicamentos. De acuerdo con la gravedad del problema se adaptarían cada una de estas medidas.
Sin duda, una decisión audaz del Ministerio, que puede causar polémica, después de que durante décadas diferentes gobiernos dejaron pasar y crecer la herencia invasora que dejó Escobar.
