Punta de Lanza
Por Senén González Vélez
Quienes todavía dudan que el presidente de la República está enfermo de obsesión de poder, con delirante estado progresivo de variables comportamientos anímicos, que lo impulsan a sobrepasar el miedo a la autoridad y las leyes, sin que recurra a la reflexión, y sin que nadie se le acerque de modo compasivo para ayudarlo, y si, para incendiarle sus EGOS, todos esos, atropellan la Constitución, y son cómplices directos de cualquier tragedia que pueda pasar en el país. Incluye a los uniformados de la Nación.
Los creyentes cristianos, debemos ser compasivos, pero… ¿qué hacer con Petro, y los que, como él, no tienen a Dios en su corazon?. Como soy pensador independiente, que no pertenece a ninguna demonización religiosa, ni partido político, solo creo en DIOS y conservo la esencia de la doctrina liberal original con sus mesuradas adaptaciones a los modernos tiempos, no a la que se prostituyó por las conveniencias y trueques mercantilistas, que los alejaron de la Patria.
Cuando fui, a mucho honor, juez de la República de Colombia en el año 1969 hacia adelante, varios años, aprendí a tener equilibrio para todo en la vida. Por ello ser Magistrado y Juez, es una dignidad, respetabilísima, aunque se debata hoy entre la “VIRTUD Y EL DEFECTO” por las tentaciones que dañan los principios y la falta de coraje para decir no, a lo malo, y si, a lo ilegal. El todo se vale, esta matando la moral de la Nación.
Ningún cristiano, desde el Papa Francisco, hasta el último predicador, debe ponerle elasticidad, en modo toda talla, para que se vistan los absurdos. Estamos y están obligados a que, en el concepto del ser compasivos, jamás quepa lo PERMISIVO, para honrar el facilismo. Eso es mediocridad, incompetencia, y falta de sana iniciativa.
Lo que se pretendía hacer DURANTE EL PLANTÓN AL PALACIO DE JUSTICIA, AVIZORABA LA REPETICIÓN DE LA TRAGEDIA DE 1985.
A propósito, cuando a Petro se le culpó de los hechos antes mencionados del año 85, una juez sin rostro le profirió sentencia el 15 de mayo de 1992 con orden de detención, lo que da motivos para que se active la determinación del juez del momento, por reincidente. Vale la pena que los abogados penalistas del país, que por cierto son excelentes, analicen este caso, pues los juicios penales no prescriben y menos, provenientes de tan miserable magnitud. Una amnistía funciona, pero se pierde cuando se reincide.
De otra parte, al reincidir el 8 de febrero del año 2024, a mi juicio, agrava su situación legal, por lo que la justicia debe actuar estudiando ese hecho.
Invito al ilustre abogado hijo de una de las víctimas del Palacio de Justicia, doctor Carlos Medellín Becerra, a quien admiro, para que analice este hecho de la juez sin rostro, que arriba mencioné.
Los magistrados duraron 6 horas secuestrados en sus despachos, porque no podían salir. Eso es un delito. Petro fue quien incitó y organizó el plantón. Entonces: confesión de parte, relevo de pruebas.
Estamos en un mandato anormal, en los que la holgura reina, y el desacato define e impera. Hay que retomar las riendas del orden, gústele a quien no le guste. Y a las Cortes debemos defenderla como la Fiscalía y la Procuraduría. Esos son las dos fuentes de salvación con los que cuenta la patria.
Ese plantón de alto y medio mestizaje y de revoltillos étnicos, organizado por el mismo Presidente, invitando al CAOS, ES UN DELITO. Solo el diablo juega con la candela y se atreve, a tan desafiante intento, sin chamuscarse.
Según se comenta, la conspiración estaba enfocada para presionar a los Honorables MAGISTRADOS, para que eligieran Fiscal General a como diera lugar.
A Petro le salió el tiro por la culata, y ahora, los magistrados deberán usar la lupa, y demostrar su independencia, en la que impere el tiempo de la razón, el tiempo de la justicia, y el actuar en los tiempos de Dios, y no en los del demonio.
La barbárica determinación presidencial es un grave irrespeto para la máxima autoridad de la justicia que representa el espíritu de la ley, y del Estado de Derecho. No puede repetirse y menos por su principal protagonista de 1985, hoy presidente.
También es una afrenta a la democracia y un desafío a las autoridades que están en el deber de cumplir con la Constitución, que como lo he dicho muchas veces en Punta de Lanza, no siempre las Fuerzas Armadas y policiales, por aquello de no ser DELIBERANTES, solo están para defender los actos dictatoriales, absurdos, caprichosos, con rasgos de psicópatas, de un presidente, así sea el JEFE SUPREMO DE LAS FUERZAS ARMADAS Y POLICIALES. La vida, la paz y la libertad, son derechos sagrados, que no pueden estar a merced de los tiranos. Eso, jamás.
Es bueno es ejercer un derecho, pero mejor aún es cumplir con la obligación constitucional de salvar la vida y honra de sus ciudadanos, y evitar que los masacren.
Con el respeto que me merecen las estrellas de un General como Salamanca, en este Gobierno, han perdido su dignidad doctrinal, en aras de mantener contento al Presidente. Puede que les hayan mejorado sus ingresos, como lo hizo Chávez. Pero … las dignidades no se negocian, ni los ascensos o condecoraciones se compran. Eso es aceptar un modelo de humillación, que denigra la esencia y viola la pureza de los ideales.
Cuando se dijo: que la defensa por la libertad de los HonorablesMagistrados, se debió a la intervención del Presidente y no a una determinación automática, o como iniciativa propia del General y sus policiales, para mí, se tipificó más como un acto que suena a lambonería, que al deber y la obligación que nace de un mandato de la Constitución y de la ley. El actuar militar y policivo cuando entra en acción, debe estar con la respuesta para la acción.
Señor General Salamanca: el 8 de febrero, usted mostró sus verdaderas credenciales, como un oficial deliberante.
Ese detalle del presidente de regresarlo al generalato, después de gozar del uso del buen retiro, tiene muchísimas lecturas, que no enaltecen un reconocimiento patriótico de servicio, pero si apunta a una postura política de vieja y escondida data, que sirven de prólogo para saber cuál es la doctrina que hoy rigen las Fuerzas Armadas y policiales de Colombia. ¿En cual de la dos se inspiró al Presidente? Eso debe estar escrito en las hojas de vida de la institución. El país debería conocerlo.
Invito para que, mediante las vías legales, se convoque a los juristas del país, para denunciar ante las esferas internacionales, el conato de atentado contra los Magistrados de la Corte Suprema, y el peligro que sus vidas estuvieron expuestas, como las de todos los jueces de la República de Colombia, incluyendo la Fiscalía General, y la Procuraduría General de la Nación, así como también, por reincidir el señor Petro, al ser sentenciado por la juez sin rostro en mayo 15 de 1992, es un proceso que hay que escudriñar.
Cuando la locura se siente atrapada por la misma locura, conduce a que se cometan disparates.
Colombianos, unámonos en defensa de las Cortes, de la Fiscalía, Procuraduría y de los jueces de la República. Aún tenemos tiempo para la salvar esta Patria, por las vías legales y en las urnas. Seamos coherentes, cabales, y no irracionales.