Caballos de Troya de bolsillo

Nuevas explosiones se registraron el miércoles mientras miles de ciudadanos concurrían a las exequias de las víctimas de los buscapersonas del martes. Foto Hassan Ammar/AP

Por Lynsey Chutel y Eve Sampson

Una segunda serie de dispositivos portátiles estallaron de manera simultánea en Líbano el miércoles. Un día después de que 12 personas murieran y miles resultaran heridas en un atentado similar dirigido contra miembros de Hizbulá, al menos 20 personas han muerto y cientos más han resultado heridas.

Las explosiones —que ocurrieron después de que las autoridades israelíes afirmaran estar preparadas para intensificar los ataques contra la milicia respaldada por Irán— elevaron la preocupación por la posibilidad de que el prolongado conflicto entre Israel y este grupo se convirtiera en una guerra más amplia. Hizbulá e Irán no tardaron en culpar a Israel de la operación, afirmación confirmada por autoridades estadounidenses y de otros países. Israel no ha confirmado ni negado su responsabilidad.

Mientras los hospitales libaneses se esforzaban por lidiar con el número de heridos, Israel y Líbano esperaban con tensión la respuesta prometida por Hizbulá y sus aliados.

Esto es lo que hay que saber sobre el ataque y sus posibles implicaciones.

A las 3:30 p. m. del martes, los buscapersonas de cientos de combatientes de Hizbulá comenzaron a sonar durante varios segundos con lo que parecía ser un mensaje proveniente de los dirigentes del grupo, de acuerdo con dos funcionarios familiarizados con el ataque. Luego explotaron. Se informó de explosiones en mercados, aceras e incluso en una motocicleta en marcha.

Las autoridades libanesas dijeron que 12 personas habían muerto, entre ellas una niña. Hizbulá señaló que al menos ocho de sus combatientes se encontraban entre los muertos. Más de 2700 personas resultaron heridas en Líbano, entre ellas el embajador de Irán en el país.

En Siria, al menos 14 personas resultaron heridas, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo de observadores con sede en el Reino Unido.

El primer ministro de Líbano, Najib Mikati, condenó lo que calificó de “agresión criminal israelí”. Dijo que se trataba de una “grave violación de la soberanía libanesa”.

Poco más de 24 horas después de que empezaran a explotar los buscapersonas o beepers, se registraron nuevas explosiones, como una que interrumpió un funeral al aire libre por dos combatientes de Hizbulá, un niño y un paramédico fallecidos en el atentado del martes.

Se informó de incendios en viviendas, tiendas, coches y motocicletas, según el servicio de emergencias del país.

El número de muertos en el atentado del miércoles ha superado el de víctimas mortales del martes, según el Ministerio de Salud libanés.

Funcionarios y analistas descartaron que se tratara de un error de funcionamiento y dijeron que parecía que los localizadores habían sido manipulados antes de llegar a las manos de miembros de Hizbulá.

Israel ocultó explosivos diminutos en el interior de un lote de buscapersonas de una marca taiwanesa e importados a Líbano, según funcionarios estadounidenses y de otros países informados sobre la operación. El material explosivo, que apenas pesaba entre unos 28 y 56 gramos, estaba implantado junto a la batería de cada localizador, dijeron dos de los funcionarios. También se incorporó un interruptor que podía activarse a distancia para detonar los explosivos.

El ataque del martes afectó buscapersonas que estaban encendidos y recibiendo mensajes.

La empresa taiwanesa Gold Apollo, a la que algunos de los funcionarios señalaron como el proveedor, trató de distanciarse de los dispositivos. El miércoles, la empresa afirmó que otro fabricante con sede en Hungría había fabricado el modelo utilizado en el atentado como parte de un acuerdo de licencia.

Pagers are seen on a countertop.
Buscapersonas en la fábrica de Gold Apollo en Taiwán, el miércoles.Credit…Lam Yik Fei para The New York Times

Los dispositivos que explotaron tras el ataque del miércoles mostraban radios de dos vías que eran significativamente más pesadas que los buscapersonas utilizados en el ataque del martes, según mostró un análisis del Times, lo que sugiere que los dispositivos podrían haber contenido más explosivos. Un análisis de tres fotos y un video identificó los dispositivos como radios IC-V82 de la marca de la empresa japonesa Icom.

Las autoridades dijeron que Hizbulá había encargado más de 3000 localizadores a Gold Apollo, distribuyéndolos no solo entre los combatientes, sino también entre sus miembros de base en todo Líbano, Siria e Irán. No estaba claro cuándo se encargaron los localizadores, ni cuándo llegaron a Líbano.

Hizbulá lleva años utilizando buscapersonas para que sus mensajes sean más difíciles de interceptar. Su necesidad de utilizar estos localizadores aumentó tras los atentados del 7 de octubre, cuando su líder advirtió que la inteligencia israelí había penetrado en la red de telefonía celular, según expertos en seguridad.

Los analistas dijeron que, al intentar protegerse de una vulnerabilidad, Hizbulá se había expuesto a otro ataque mortal. Dejar de usar celulares supuso para el grupo “la eliminación de un medio de comunicación fundamental”, dijo Keren Elazari, analista israelí de ciberseguridad e investigadora de la Universidad de Tel Aviv.

Aunque es probable que el ataque inhabilite a algunos miembros, Hizbulá tiene un largo historial de adaptabilidad: en su última gran guerra con Israel, en 2006, perdió muchos combatientes, pero reapareció fortalecido en los años siguientes.

No está claro en dónde Hizbulá compró las radios que explotaron en el ataque del miércoles. Anteriormente, Hizbulá había sido vinculada a los radios IC-V82 por un grupo financiado con fondos privados que aboga por sanciones más severas contra Irán, el United Against Nuclear Iran.

Hizbulá se apresuró a responsabilizar a Israel del ataque y a advertir que habría un “castigo por esta flagrante agresión”, lo que generó temores de que el conflicto latente entre ambas partes estallara.

Se espera que el líder del grupo, Hassan Nasrallah, pronuncie un discurso el jueves.

Israel y Hizbulá han estado intercambiando fuego transfronterizo casi a diario desde que Hamás atacó Israel el 7 de octubre, y Hizbulá, su aliado, comenzó a disparar cohetes contra el norte de Israel en señal de apoyo.

La violencia ha obligado a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares en ambos lados de la frontera y ha provocado repetidas rondas de diplomacia en un intento de evitar una guerra más grande y una implicación más directa de Irán.

Los enfrentamientos transfronterizos se han intensificado en los últimos meses. A medida que Israel reduce su asalto en contra de Hamás en Gaza, dispone de más fuerzas para una posible ofensiva en el norte contra Hizbulá. Esta semana, el ministro de Defensa del país, Yoav Gallant, advirtió que la “acción militar” era “la única manera” de poner fin al conflicto.

Aunque las explosiones de buscapersonas avergonzaron a Hizbulá y parecían haber incapacitado a muchos de sus miembros, hasta ahora no han alterado el equilibrio militar a lo largo de la frontera entre Israel y Líbano.

Observadores de Hizbulá afirmaron que los líderes del grupo probablemente se encontraban estancados entre la necesidad de responder y el deseo de evitar una guerra a gran escala con Israelque podría resultar catastrófica para ambas partes.

Tanto Hizbulá como Hamás cuentan con el respaldo de Irán, como parte de una red de representantes que Teherán ha apoyado en la región.

Dado que Hizbulá ha vinculado sus ataques contra Israel a la guerra en Gaza, las autoridades de ambos lados de la frontera esperaban que un cese de las hostilidades en el enclave palestino pudiera conducir a un acuerdo paralelo entre Israel y Hizbulá.

Mediadores estadounidenses y franceses, encabezados por Amos Hochstein, enviado de EE. UU., han viajado entre Beirut y Jerusalén, preparando el terreno para una tregua entre Israel y Hizbulá en caso de un acuerdo en Gaza.

Las explosiones de buscapersonas podrían cambiar esos cálculos y complicar esos esfuerzos.

El miércoles, John F. Kirby, portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, dijo que Estados Unidos no estaba “en ningún modo” implicado en las operaciones que provocaron las dos oleadas de explosiones.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó que Estados Unidos no tenía conocimiento previo del ataque con buscapersonas y que no estaba implicado. En una conferencia de prensa realizada en El Cairo, dijo que Estados Unidos ha sido “muy claro sobre la importancia de que todas las partes eviten cualquier paso que pueda agravar aún más el conflicto que estamos tratando de resolver en Gaza”.

Colaboraron con reportería Sheera Frenkel, Ronen Bergman, Patrick Kingsley, Chris Buckley, Amy Chang Chien, Euan Ward, Hwaida Saad y Matthew Mpoke Bigg.

​​Lynsey Chutel cubre Sudáfrica y los países que componen el sur de África desde Johannesburgo. Más de Lynsey Chutel.

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