Por Gabriel Ortiz
El computador de Palacio, ese que tiene las listas de los agraciados con los nombramientos gubernamentales, está en crisis: difícil encontrar honrados para encargarse de puestos oficiales.
Esa es la razón para las permanentes vacantes, destituciones y vacancias que se registran, casi a diario, en las nóminas estatales.
Muchos colombianos suficientemente preparados y rectos estaban listos desde antes del 7 de agosto de 2023, para acompañar al nuevo presidente en millones de cargos que entraron en vacancia, por solicitud del equipo-Petro.
Los nombres del nuevo gabinete, oficinas y asesorías que dejó plasmados la pluma de Petro, desde el momento en que, con la espada del Libertador, ingreso por la puerta principal de la Casa de Nariño, dieron confianza, hasta sus acérrimos y obcecados contradictores. Quién podría haber dudado de la acrisolada preparación y capacidad de Ocampo, Cecilia y tantos más que el nuevo presidente llamó para que lo asesoraran con su sabiduría, hidalguía y generosidad.
También contó con muchos de sus adeptos y seguidores, que el país conoce hace mucho tiempo y que, dicho sea de paso, le ofrecen aportes valiosos y al cuidado de su imagen. Estos nunca han practicado la corrupción y antes por el contrario han sido los principales acusadores de otros líderes que han gozado de las mieles, los dineros y prebendas del Estado.
Como a cada noche le llega su luna, es tal la cantidad de cargos y negocios del gobierno, que -seguramente- no le han permitido al Jefe de Estado encontrar entre sus súbditos y vasallos, personas que ofrezcan la pulcritud que deben ejercer los funcionarios públicos. Ha tenido que reducir los méritos que tradicionalmente se exigían a quienes quisieran ocupar un empleo. Ya no se requiere título profesional o experiencia para muchísimos cargos públicos.
Estas han sido las fallas que tanto le están costando al Presidente Petro. Ha nombrado a corruptos sin categoría, que lo han llevado al colmo de tener que destituirlos en público y frente a las placas y cámaras de los medios, a los que aborrece e injuria. Uno de los ejemplos es el caso de los 80 carrotanques que costaron 70.000 millones de pesos, cuando valían una tercera parte. Y qué decir de los proyectos que cursan en el Congreso, con vicios de forma y sin fundamento ni presupuesto. Son colchas de retazos para crear más burocracia y corrupción.
La reforma a salud, prácticamente se hundió por una votación responsable en el Senado. En la cámara pasó gracias al apoyo de frascos de mermelada.
La salud está manga por hombro, mientras el sistema actual no es sostenible, no posee medicamentos y los pocos que se consiguen para tratar ciertas enfermedades, están fuera del alcance de la población.
Esa es la radiografía de lo acontece en Colombia, producto de un computador casado con la mediocridad y un Jefe que aspira a gobernar por decreto.
BLANCO: Sin necesidad de manifestaciones insolentes contra la Corte, fue elegida la magistrada Luz Adriana Camargo, nueva Fiscal. Todo se puede lograr, sin necesidad de la fuerza bruta.
NEGRO: El presidente Petro, no cesará de cobrar su idea del Metro subterráneo. Y así ocurre con todas sus ideas de un alcalde frustrado.