Por Gabriel Ortiz
Ni Venezuela, ni Colombia conocen respuestas a sus situaciones, políticas, históricas, sociales, económicas o de cualquier índole. Viven de la mentira y el engaño con los que sus mandatarios y voceros oficiales inundan a la opinión pública a través de declaraciones, bodegas, boletines y avisos pagados u obligados en los medios.
Un día explotan hasta con ira sobre lo que ellos quieren convertir en pensamiento uniforme de su población y llegan hasta los tribunales para enjuiciar a quienes piensen diferente.
El caso de Venezuela es peor que el de Colombia, porque la dictadura de Maduro y Diosdado, lo controla todo. Para opinar diferente se debe abandonar el país, cuyos desplazados suman ya más de 7 millones de migrantes, a lo largo y ancho de este y otros continentes.
Maduro y sus secuaces dominan la economía y todos los poderes; las Fuerzas militares, las guerrillas colombianas y las mafias del narcotráfico. El petróleo casi desaparece por el pésimo manejo de PDVSA, como podría ocurrir con Ecopetrol en Colombia.
Chávez puso las bases de un estado terrorista, libertario, progresista y anárquico entre el 99 y el 2002, que fue seguido por Maduro hasta nuestros días… y no se sabe cuántos más. Ellos han esclavizado, oprimido y subyugado a una población que se consideraba democrática. Montaron y manejaron foros en los cuales “preparaban” políticos de otros países para imponer sus teorías en el resto del continente.
Así maneja hoy Maduro a un país que no es de su propiedad, que evadió unas elecciones para montar su dictadura, y ahora se arriesgó a realizar otras votaciones que se robó impunemente. Hoy quiere dizque “posesionarse” de una presidencia que abrumadoramente ganó su contrincante González. Así dice manejar una democracia que no existe en Venezuela. Y Colombia cohonestó con el delito, enviando un embajador como testigo de semejante atraco. Petro en sus acostumbradas y “confusas X”, dudó de la elección del Presidente Edmundo González, pero la respaldó. Dijo no creer en esas elecciones, pero admitió la voluntad de un Maduro que lo arrastra. El terror gubernamental, maneja un ejército sumiso y unas milicias bolivarianas que asesinan y desaparecen personas. Amenaza con derribar cualquier avión que ose llegar a Venezuela con simpatizantes de González.
Así actúa el gobierno del terror en nuestro vecindario, pero por acá las cosas no corren de la mejor manera. Aquí el Presidente Petro, destila odio y no ahorra tenaz vocabulario con quien no le admita sus errores o reclame libertades y justicia. El Congreso es culpable de impedirle despilfarros con presupuestos desfinanciados y reformas tributarias innecesarias, ante la billonadas de dinero guardados en bancos, quién sabe con qué objetivo.
Quiso Petro apoderarse de la salud de los colombianos, que más o menos funcionaba. Hoy las UPS fueron “nacionalizadas” por el presidente y el min-Jaramillo. Hoy no hay medicamentos, las colas de pacientes son interminables, el personal médico con salarios de hambre, la poca plata se esfumó… y no hay quien responda. Las verdades del gobierno no convencen. Todos en Colombia hacen fila para morir.
Ni en Colombia hay salud, ni Venezuela hay posesión, sigue la dictadura.
BLANCO: Le funcionó a Peñalosa el pico y placa de ingreso a Bogotá. Falta que motos y tortugas cumplan las normas.
NEGRO: Muy lamentable la defunción de Bernardo Sánchez Cardona, el gran relacionista y vicepresidente de Propal, creador de los almanaques con imágenes de los mejores pintores colombianos. Dios lo tiene en su gloria.
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