Por coronel ( r ) Carlos Alfonso Velásquez
No se pueden conocer a ciencia cierta las razones por las que el presidente Petro ha venido dejando en manos del ELN la iniciativa estratégica, pero la realidad dicta que así ha sido, y al final del sexto ciclo de conversaciones lo sigue siendo. Todo comenzó cuando en la campaña presidencial prometió que en 3 meses quedaría sellada la paz con dicha guerrilla, pero el golpe de gracia lo dio cuando en la primera noche de año nuevo de su mandato, anunció un cese del fuego bilateral, no solo con el ELN, sin haber acordado unas mínimas condiciones que lo hicieran viable ¿Resultado de esta “audacia”? Mostrarle al ELN el afán de pactar la paz y tener que aguantarse una especie de “portazo en la nariz” de parte del jefe de dicha guerrilla.
Lo cierto es que después de seis ciclos de diálogos o conversaciones -NO de negociaciones-, se han alcanzado 26 acuerdos, lo cual es a primera vista positivo, pero en realidad ninguno de ellos puede ser catalogado como sustancial o estratégico con la mirada puesta en el cierre del conflicto.
Los anunciados como más importantes del último ciclo fueron: cese al fuego acotado en 180 días, suspensión de los secuestros con fines económicos, prohibición de vincular menores de edad en el conflicto, mejoramiento del trabajo del mecanismo de monitoreo y verificación y creación de un fondo de múltiples donantes dedicado a apoyar la implementación de los acuerdos.
¿Hubo un avance real para cerrar el conflicto armado? Veamos. Se estaba terminando un cese al fuego por 180 días y se acordó otro del mismo cariz: ¿por qué no acordaron esta vez un cese al fuego y de hostilidades permanente contra las poblaciones? ¿Sería para dejarle espacio a los “paros armados” y otro tipo de hostilidades contra la gente bajo la autojustificación de enfrentar al paramilitarismo? ¿Por qué no se delimitaron concreta y claramente las áreas donde pueden permanecer los miembros del ELN hasta tanto dejen las armas? Si unidades de la Policía o del Ejército, ejerciendo control territorial, se encuentran con guerrilleros armados ¿pueden retenerlos por porte ilegal de armas de uso privativo de las FF.MM? O ¿desapareció este delito del código penal? La verdad fáctica es que el ELN ha estado históricamente inmiscuido en disputas por diferentes intereses regionales, lo que implica que las confrontaciones no se reducen solo a la fuerza pública. De hecho, durante los últimos años los enfrentamientos entre la fuerza pública y el ELN se asemejan a la cantidad de enfrentamientos entre el ELN y otros grupos armados, en especial las disidencias de las Farc y el llamado Clan del Golfo, ¿durante estos enfrentamientos no hay hostilidades contra las poblaciones bajo la excusa de que están a favor de uno u otro bando?
Aún más, ¿por qué solo “suspensión” del secuestro con fines económicos? ¿Qué ocurrió con los 29 secuestrados que según fuentes serias estaban en manos del ELN? ¿Por qué no hubo rechazo y abandono total de este delito y también de la extorsión? ¿Será para dejar el espacio para secuestros de otra índole como políticos y/o militares? O ¿para que puedan continuar las extorsiones directas o bajo la fachada de otra banda? ¿Algún acuerdo respecto a la práctica de la minería ilegal y del narcotráfico? ¿Por qué los mecanismos de verificación se han mantenido en silencio de cara a la opinión pública durante los últimos 6 meses? Según las declaraciones del final del ciclo la creación del fondo de múltiples donantes es para apoyar la implementación de los acuerdos, no para la manutención de los guerrilleros desperdigados por varias regiones. Además ¿qué ocurrirá si dicho fondo no recibe donaciones suficientes debido a que los potenciales donantes no perciben determinación- no solo voluntad en el papel- por parte del ELN para cerrar el conflicto?