Adelina Covo, la suegra de Benedetti que ronda el poder hace medio siglo

Adelina Covo, en una imagen sin datar. CORTESÍA

El ministro de Comercio, Luis Carlos Reyes, la señala ahora de exigirle dos puestos en la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales a nombre de su yerno

CAMILA OSORIO

Bogotá – 

Adelina Covo, una política cartagenera de 66 años, nunca ha sido el epicentro de la política nacional, aunque lleva medio siglo en una órbita cercana. Esta semana, su nombre apareció en todos los medios nacionales porque Luis Carlos Reyes —saliente ministro del Comercio y antiguo director de nacional e impuestos y aduanas — la señaló como una enviada del político Armando Benedetti, su yerno. Ella, dice Reyes, le pidió en agosto del 2022 dos puestos en la costa Caribe para cuotas del hoy ministro del Interior. Covo habría acudido acompañada del Nicolás Petro, primogénito del presidente. La historia no sorprende a varios en el mundo político. Benedetti, en conversaciones con algunos políticos, a menudo se ha quejado de la insistencia de su suegra, que lo llama con regularidad al teléfono y le entrega hojas de vida. “Ella le da muchos dolores de cabeza a Armando”, dice un miembro de la familia de los Benedetti.Covo, una política aguerrida en su discurso, que participa del debate político hace décadas sin los filtros diplomáticos de los jefes de prensa, ha defendido su reputación ante Reyes. “Ni soy mandadera de Benedetti, ni Benedetti ha sido jamás mandadero mío”, dijo en X. “Me respeta demasiado como para atreverse a mandarme a pedir puestos”, añadió.

Covo ha contado que la política vivía en su casa desde que era pequeña (“repartía los votos para mi papá en mi bicicleta desde los 10 añitos”), y que su carrera política comenzó en 1979 cuando, muy joven, pronunció un discurso en la Convención Nacional del Partido Liberal, en el que militó casi toda su vida. “No soy izquierdista, soy liberal, eso sí, con muchísimo contenido social”, dice en redes. Combina esa pasión con la Historia, en la que tiene un doctorado. Desde hace seis años tiene un canal en Youtube, ‘Historias de Adelina’, en el que publica videos cortos que hablan del pasado y revelan su mirada del país. “El origen de todos los problemas que ha tenido, y tenemos aún en Colombia, durante los 200 años de vida republicana que llevamos, se debe nada menos que a la falta de una clase dirigente que sea idónea, patriótica y desprovista de una ambición desmedida”, dice en uno de 2022, pocos meses antes de las elecciones presidenciales que ganó Petro. “Hay que reemplazar, en buena parte, a la clase dirigente”.

Covo fue concejal de Cartagena a principios de los años ochenta, y luego directora ejecutiva de la prestigiosa fundación empresarial Mamonal. Saltó a las lides nacionales en los años noventa, de la mano de Ernesto Samper, el presidente liberal de corte socialdemócrata que gobernó de 1994 a 1998. Fue su viceministra de Juventud, en el Ministerio de Educación, y luego su directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, donde se hizo notar cuando escribió una carta pública a los grupos armados para que frenaran el reclutamiento de menores.

Volvió a un alto cargo en 2006, ahora en un tribunal de corte político, el Consejo Nacional Electoral, que vigila el buen funcionamiento de las elecciones. No lo hizo representando al Partido Liberal sino a Cambio Radical, una disidencia política de su partido que tenía como gran líder a Germán Vargas Lleras, aliado de un gran amigo de Covo: el entonces senador cartagenero Javier Cáceres. En 2012, este fue condenado por aliarse con grupos paramilitares del Bloque Héroes de María.

Adelina Covo, en Cartagena, en 1980.
Adelina Covo, en Cartagena, en 1980.@ADELINA_COVO

Para el 2011 salió del CNE, en Bogotá, y volvió a la política cartagenera. Intentó ser candidata a la Alcaldía en las elecciones de ese año, pero desistió rápidamente. Varios políticos locales laacusaron de fraude en el proceso de sacar su pensión, señalamientos que ella negó. Fue entonces que pasó a apoyar a Gustavo Petro en su exitosa aspiración para llegar a la alcaldía de Bogotá. En 2018 volvió a respaldarlo, esta vez para las elecciones presidenciales.

Tras la derrota, el hoy presidente le devolvió el apoyo, de nuevo como aspirante a la Alcaldía de Cartagena, en 2019. Lo hizo incluso por encima de figuras de la izquierda tradicionales, algo que molestó a los militantes locales. “Adelina Covo ha sido una gran colaboradora de la Colombia Humana y es una mujer costeña de experiencia administrativa y alto nivel intelectual”, dijo entonces Petro. Covo apenas obtuvo el 0,5% de los votos. Pidió votar en blanco, argumentando que no veía reglas de juego justas. “Renuncio porque aquí no hay libertad para votar, porque el voto se reduce a una simple compra-venta, porque quienes han creado la desigualdad siguen gobernando y todo indica que van a seguir”, expresó entonces.

Mientras tanto, otro elemento de la vida de Covo cambió. Su hija Adelina Guerrero se casó en 2016 con un peso pesado de la política Caribe, el entonces senador Armando Benedetti, quien militaba en el santismo tras haber pasado por el uribismo. Según contó el portal La Silla Vacía, a ratos el matrimonio se cruzó con la política: durante las elecciones de 2019, el jefe de prensa de Benedetti enviaba información a periodistas sobre la campaña de Covo. Para las presidenciales del 2022, tanto el yerno como la suegra hicieron campaña por Petro en su región caribe. Fue poco después de la victoria que, según el ministro saliente Reyes, Covo pidió cargos a nombre de Benedetti.

“Mi único interés en la DIAN, era presentar y debatir las propuestas de algunos expertos, para la Reforma Tributaria”, ha dicho la abogada sobre la reunión de agosto de 2022. Añadió que Petro nunca le ha retribuido por su apoyo: “A pesar de estar con Gustavo Petro desde la campaña a la Alcaldía de Bogotá (2011), y coordinar que, en medio millón de votos llegaran a las urnas en Bolívar, nunca me han nombrado a nadie, no tengo un solo puesto en el Gobierno, es más, ni las gracias me han dado”.

La relación entre Covo y Benedetti, que con Petro ha sido embajador en Caracas, en Roma, y ahora ministro del Interior, no siempre ha sido fácil. Ella ha pedido que no se le asocie con todo lo que hace su yerno. En junio del 2023, cuando se conocieron audios en los que el entonces embajador ante Venezuela gritaba expresiones machistas a Laura Sarabia, la mano de derecha de Petro en Bogotá, la cartagenera marcó en redes su distancia: “ni Armando Benedetti me asesora, ni lo asesoro. JAMÁS hemos coincidido en política”. Sin embargo, aclaró en otro trino, “jamás me pondré en contra del papá de mis nietos”.

Covo estaba junto a su hija un año después, cuando ocurrió lo que Adelina Guerrero inicialmente denunció ante las autoridades españolas como violencia machista de su esposo. Así consta en los documentos policiales. Benedetti, describen estos, se ensañó contra Covo en la pelea: “el yerno de la diciente abrió la puerta, blandiendo contra la diciente un cuchillo de cocina de entre 20 y 25 centímetros de hoja, manifestando AQUÍ NO VAS A ENTRAR, LOCA DE MIERDA, HIJA DE PUTA”.

Adelina Covo, en una imagen sin datar.
Adelina Covo, en una imagen sin datar.@ADELINA_COVO

Adelina Guerrero publicó entonces varios mensajes en X contra la violencia machista o la que ejercen los sociópatas. Sin embargo, meses después, retiró cualquier acusación contra su esposo, dijo que esos mensajes no se referían a él, y ha negado que haya cometido hechos violentos contra ella y su madre. “Nunca he sido maltratada ni amenazada por mi esposo”, dijo en febrero cuando dos exministros de Petro mencionaron su caso en medios. Más recientemente, ha asegurado que Covo es “una madre que sabe que nadie me maltrató”

Covo no habló del tema públicamente. Poco tiempo después de su hija, publicó también mensajes contra la violencia machista de líderes políticos, como la del expresidente de Argentina, Alberto Fernández. “Con él incluyo a todos los machotes abusadores que cometen actos de violencia tanto física como moral”, dijo en un video de Youtube sobre la historia de la violencia de género. “Hay patologías, como el narciso perverso y el sociópata, que son producto de una mala educación, que si se mezcla con drogas y alcohol se convierte en un infame cóctel”, añadió.

Covo había hablado poco de Benedetti hasta hace pocos días, cuando conversó con la revista Semana sobre aquellos audios de él con Sarabia. “Armando estaba borracho”, dijo sobre su yerno, a quien calificó como un gran estratega. Si él habló allí de millones de pesos que llevó a la campaña, “de pronto estaba fanfarroneando”, añadió. “Armando es malo para conseguir plata para una campaña”, aseguró. Luego vino el señalamiento de Reyes, y Covo saltó a ser el centro de la noticia.

Contactada para este artículo, Covo dijo que no quería poner más la luz sobre su trayectoria, y que prefiere enfocarse en representar a una comunidad afrocolombiana que pelea por la restitución de un predio donde opera una terminal de regasificación. “No quiero hablar más de mí”, dijo quien prefiere estar enfocada en los problemas de Cartagena que en la crisis de su yerno en Bogotá.

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