Por Gabriel Ortíz
Tremendos trompos los que le cayeron en la uña al nuevo ministro del Trabajo. Debe afrontar nada más, ni nada menos, que las reformas laboral y pensional. Son las mismas que negó en todos los tonos, como candidato y como presidente, el actual mandatario.
Duque en todos los foros, en todos los debates, en todas las reuniones a las que asistió como candidato, negó que fueran puntos de vista durante su mandato. Cuando los colombianos convocaron la marcha del N21, fue enfático en reiterar que ese tema, no estaba entre los lineamientos de su mandato. La ministra Arango, ahora flamante titular del interior, negó esa posibilidad y atribuyó a una especie de ¨mala leche¨ lo que manifestaron los convocantes a la Marcha N21.
Como suele suceder en estos casos, Duque y sus colaboradores comieron buñuelos y natilla, escucharon las doce campanadas que abrieron el 2020, y salieron sin sonrojo a anunciar las dos reformas.
Como si fuera un caso de poca monta, la ex titular del trabajo, pregonó que el gobierno creará el trabajo por horas para los colombianos, en los precisos momentos en que el DANE divulgaba un brutal incremento del desempleo. Quiso decirle al país, que si se trabajaba por horas, a cada turno le cabrían ocho de las personas.
Los voraces empresarios se frotaban las manos dividiendo por ocho cada uno de los actuales salarios.
Así las cosas, Colombia lograría pleno empleo, con salarios de miseria. Y la ministra fue más allá al afirmar que esa sería la forma de lograr que los padres de familia pasaran más tiempo con sus hijos.
Esta señora le dejará a Colombia un programa de pleno empleo, con falsa unidad familiar y salarios de hambre. De paso se limitarán las marchas, porque la gente no tendrá zapatos para poder salir a las calles a reclamar sus derechos. La calle no será escuchada, como ya ocurrió el año pasado.
¿Habrá alguna esperanza con la llegada del nuevo titular del Trabajo Angel Custodio Cabrera? Es probable que no venga contaminado con las teorías ¨novedosas¨ de su antecesora, del ultrauribismo y de esos ejércitos de asesores que suelen asechar a los nuevos funcionarios.
Este país requiere normas modernas audaces y eficaces para generar empleo. Una industria que se oriente hacia los mercados externos, con producción eficiente, no subsidiada como la actual y una agricultura que dejen desarrollar los terratenientes, aprovechando la paz que se firmó y que requiere la implementación que Duque le niega.
Solo así escalaremos los peldaños que nos permitan un mejorestar y una equidad para nuestra gente.
Adicionalmente urge una acción gubernamental que nos saque del primer lugar mundial de la corrupción y, una reforma tributaria que elimine la inequidad que se acentuó con las dos de Carrasquilla.
¡Aún hay tiempo señor Presidente Duque!
BLANCO: Legamos a los 50 millones a los que hay que emplear.
NEGRO: Increíble que las ¨bodegas¨ de internet para desacreditar periodistas independientes, las pague el propio gobierno.