Ofrecer y no cumplir

De la búsqueda de la paz al Estado de Conmoción Interior. Foto Presidencia de la República

Por Carlos Alberto Ospina M.

Cada tercer día los valores esenciales de la democracia reciben una bofetada a causa del juego de percepciones que pasa por alto la verdad y la discusión instruida, dado que la narrativa más útil consiste en cultivar la intransigencia y el idiotismo. La política se ha convertido en una caricatura, una especie de espectáculo circense, lejos de la deliberación y el cumplimiento de la ley que conduzca a diseñar un sistema más equitativo.

Ofrecer y no cumplir es el lema y la evidencia de quienes ejercen el poder. Aquellos que se apuntan a un bombardeo con tal de manipular a las masas, banalizar el discurso, promover los debates incultos y generar impacto mediático. Este sentido acomodaticio reduce los fundamentos teóricos del pensamiento humano a frases huecas y eslóganes a semejanza de un producto para el consumo rápido en las redes sociales.

No se requiere de rigor académico e intelectual para captar seguidores, puesto que el populismo es la fórmula más efectiva que alimenta las tendencias extremistas, el rencor y la insatisfacción de la mayoría. En consecuencia, el debate público es un show reduccionista montado a la medida de los escándalos, las descalificaciones y las incoherencias donde los memes tienen más peso que las ideas constructivas. Ahí está el quid del porqué el ciudadano promedio no vota por programas de gobierno, sino por la imagen proyectada del candidato en los medios de comunicación y las plataformas digitales.

La argumentación del discurso doctrinal carece de novedad, trascendencia conceptual, diagnósticos precisos y soluciones viables. Al contrario, abundan las expresiones triviales, las promesas y la verborrea sobre asuntos inverosímiles. El uso de algoritmos, la microsegmentación de audiencias y el análisis de datos permiten a los políticos agobiar a las personas con mensajes que refuerzan la alteración de ánimo y los prejuicios.

Es probable que desde el origen se normalice la corrupción debido a que el poder no es concebido a fin de servir a la sociedad ni para alcanzar el estado de bienestar. De modo opuesto, el ejecutivo y el legislativo se han transformado en sofisticados dispositivos para el enriquecimiento ilícito, el saqueo del erario, la creación de redes clientelistas y los contratos fraudulentos. 

Al parecer, las instituciones encargadas de controlar, fiscalizar y castigar esas prácticas siguen cooptadas por los distintos actores, quienes se protegen entre sí. Tanto de ello, que las pocas investigaciones son utilizadas como herramientas de persecución o recurso efectista, en vez de llevar a efecto la Constitución.

Los términos repugnantes del espectáculo de la política a manera de tribuna para la trampa, el incumplimiento y la descomposición en manos de unos plantea la necesidad de fortalecer la educación, ampliar los espacios de análisis colectivo, promover el conocimiento establecido en la razón y en especial, concientizar a la gente de no vender hasta la camisa por alguien que apuntan y no dan.

Enfoque crítico – pie de página. Acerca de los crímenes de guerra y de lesa humanidad que sufren el Catatumbo, el sur de Bolívar, Chocó, Cauca, Antioquia y otras regiones del país; nada de eso importa al ilegítimo gobierno del exguerrillero que prefirió irse de turismo por el Medio Oriente en lugar de coger el toro por los cuernos. Este comportamiento pusilánime no alcanza para esquivar los viajes con el narcopiloto Carlos Eduardo Restrepo o el ingreso de dinero del tráfico de estupefacientes a la campaña Petro presidente. Por supuesto, también se puso azul del miedo con las aventuras de alias ‘Papá Pitufo.

Con base en los hechos fácticos y la inacción de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, el gobierno de los Estados Unidos tiene las pruebas para comenzar a cancelar las visas a los miembros de dicha Comisión, a los aliados y a sus familiares. Por la otra punta, tampoco se salva del entramado de corrupción y amparo a las redes delictivas organizadas, el tal comisionado de paz Otty Patiño que obstruyó la captura del narcotraficante alias “Araña”, por lo que debe responder ante la justicia. ¡Será lo que tase un sastre!

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