Los Danieles. La hora de la «mano dura»

Enrique Santos Calderón

Enrique Santos Calderón

La orden de bombardear a las disidencias Farc de Iván Mordisco en el Cauca es un viraje notable en la política de paz del Gobierno y una opción por la “mano dura”, ante la poca acogida que han tenido sus ofrecimientos de negociación.

Según algunas personas, como el escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal, esta decisión y la toma del corregimiento caucano de El Plateado, fortín histórico de las Farc, es una peligrosa provocación en vísperas de la COP16, que reúne en Cali a más de quince mil visitantes en el evento de biodiversidad más grande del mundo.

“Provocar al diablo es llamar la candela”, dice el laureado novelista tulueño, quien le pide a Petro que le explique al país por qué “puso en el asador a la COP16”. Es sin duda un desafío a una guerrilla que no cesa en sus acciones armadas, pero no requiere que el presidente dé explicación alguna.

Está afirmando la presencia militar del Estado sobre zonas manejadas por grupos armados ilegales, sin la cual no hay estrategia de paz que funcione. Otra cosa es cómo consolida el control territorial con políticas sociales que le den permanencia y credibilidad a su gestión, que es donde el Estado suele quedarse lamentablemente corto.   

Sería una cruel ironía, en fin, que a Petro le comenzaran a reprochar ahora que esté alentando al Ejército a recuperar territorio en manos de la ilegalidad. Suspender la iniciativa militar para no poner en riesgo la magna reunión caleña sería una abdicación absurda del esencial deber constitucional de proteger la vida y bienes de todos los ciudadanos. Que tiene que complementar con la obligación, también primordial, de garantizar la seguridad de la COP16. No pueden ser objetivos excluyentes.

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En aras de la mera especulación, me pregunto cuál sería el panorama nacional si tanto las disidencias de Mordisco como el ELN y la Segunda Marquetalia hubieran acogido la “paz total” de Petro y fueran firmes aliados de su programa de gobierno (presionando, claro, por llevarlo más a la izquierda).

Si lo hicieran dentro del derecho humanitario y proyectando una real voluntad de paz, la situación hoy sería distinta. Un presidente con una desaprobación de más del 60 por ciento recibiría valioso oxígeno político y la oposición tendría que renovar argumentos. para, por ejemplo, refutar punto por punto la llamativa defensa del Gobierno que hizo en estos días por las redes Gustavo Bolívar, brazo derecho de Petro y su vocero más lúcido.

Llama la atención en este sentido el aumento de cinco puntos que registró la favorabilidad del presidente en la última encuesta Invamer (de 30 a 35 por ciento), que algunos atribuyen a la celebración de la COP, pues la del alcalde de Cali subió más de 10 puntos y la de la gobernadora del Valle también registró significativo aumento.

Síntoma de que grandes eventos internacionales que comprometen el nombre de Colombia concitan sentimientos de orgullo e identidad nacional, aunque no creo que esta sea la única razón. La encuesta señala que inseguridad y orden público son las principales preocupaciones de los colombianos, lo que sugiere que la decisión de Petro de enfrentar con mano más dura los desplantes armados de guerrilla y paras fortaleció su imagen.

Habrá que ver qué tan dura será y qué resultados produce. El enviado especial de Naciones Unidas para Colombia habló bien del “plan de choque” anunciado por el presidente para acelerar la implementación del acuerdo de paz de 2016 con la guerrilla, precisando que el respaldo de la ONU a este proceso no es un aval a negociaciones con el Clan del Golfo y similares grupos de tinte narcoparamilitar.

Existe expectativa, pues, por el “plan de choque” de Petro para destrabar la paz. Tarea de estadista. Cabe esperar que no le salga el tiro por la culata.

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P.S.1: Las cosas que se leen por las redes. Una señora cuyo nombre prefiero olvidar calificó la obra de García Márquez de mediocre, aburrida y de un pervertido izquierdismo. Más que las justas vaciadas que recibió, me sorprendió la cantidad de personas que estaba de acuerdo. La ignorancia es atrevida y por lo visto extendida.

P.S.2: Donald Trump arreció aún más su discurso contra los inmigrantes latinos y en la Florida prometió que en su gobierno “no habría que convivir mucho tiempo más con estos animales”. Impresiona que pese a una retórica cada vez más repelente y racista  y del anuncio de deportaciones masivas, su popularidad entre la comunidad latina residente sigue creciendo. ¿Cuchillo para el propio pescuezo?

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Directores Orlando Cadavid Correa (Q.E.P.D.) y William Giraldo Ceballos. Exprese sus opiniones o comentarios a través del correo: [email protected]