Daniel Coronell
La exfiscal Tatiana Oliveros estuvo presa en la cárcel del Buen Pastor junto con la exsenadora Aida Merlano. Ella declaró ante la justicia que mientras estaba recluida fue contactada por el empresario barranquillero Julio Gerlein, antiguo amante de su compañera de prisión. El octogenario, según su testimonio, le pagó para que le suministrara narcóticos a Aida Merlano para mantenerla controlada y así impedir que declarara contra él y contra los hermanos Arturo y Alejandro Char, este último también amante de Aida y tres veces alcalde de Barraquilla.
–Tatiana, mantén dopada a mi loquita– fue la instrucción de Gerlein revelada por la exfiscal.
La declaración obra en el proceso contra Julio Gerlein por los delitos de falso testimonio y soborno en actuación penal. El caso busca determinar el ofrecimiento de dineros para impedir que Aida Merlano dijera la verdad. El asunto se toca con el plan de fuga de la exsenadora que según ella tenía como principal propósito impedir que ratificara su versión ante las autoridades judiciales. Ella dice que están implicados Gerlein, tres miembros de la familia Char y tres abogados.
Uno de esos abogados se llama Teodoro Antonio Deyongh Salcedo y fue apoderado de Julio Gerlein. Una fotografía publicada por CAMBIO los muestra juntos, una prueba que impide negar la relación.
Deyongh estuvo visitando a Aida Merlano en la cárcel del Buen Pastor un día antes de su fuga. Los libros de registro de ingreso misteriosamente desaparecieron 48 horas después del escape. Lo que no calculó quien se los llevó es que había quedado una fotografía de ese documento en la inspección disciplinaria que se efectuó el mismo día de la fuga.
Varias particularidades han llamado la atención de las autoridades que revisaron el listado de entrada donde los apoderados deben escribir su nombre, número de cédula, tarjeta profesional e identificar a la interna que van a visitar.
El abogado, profesionalmente conocido como Antonio Deyongh, se registró con su primer nombre, Teodoro, usó una letra difícil de entender en el libro de entrada, omitió escribir el número de su tarjeta profesional y pegó de tal manera los números de su cédula que resultan prácticamente ilegibles. Lo único que escribió claro fue el nombre de Aida Merlano.
Deyongh fue el último visitante que tuvo la exsenadora antes de su fuga.
Ella dice que la primera persona que le propuso que se volara fue Diego Muñetón, quien ha sido abogado de Enilce López, alias La Gata; de su hijo Jorge Luis Alfonso, alias El Gatico, y de Guido Nule Marino, el condenado cuñado del alcalde Álex Char.
Además de hablarle de la fuga, Muñetón presuntamente le leyó una conmovedora carta de amor de Álex Char en la que le decía que siempre la cuidaría y le pedía seguir las instrucciones del abogado. Después Muñetón destruyó la carta e inició una videollamada en la que supuestamente puso a hablar Aida con el hijo de Julio Gerlein, Fuad Char, su hijo Álex y un cuarto hombre conocido apenas como Salvador, quien fue el encargado de ejecutar el plan de escape.
Las visitas de Muñetón a Aida Merlano, dos semanas antes de la fuga, también están registradas en los libros de ingreso a la cárcel de mujeres que desaparecieron pero cuyas copias pudo recuperar la Fiscalía.
Con estas y otras pruebas, el fiscal Daniel Hernández pidió tres veces citar la audiencia para formular imputación y dictar medida de aseguramiento contra Gerlein y sus presuntos compinches. La primera fue en octubre del año pasado. Lamentablemente no se pudo hacer porque el empresario y su abogado Jaime Lombana entraron a un vínculo equivocado. La segunda se canceló por solicitud del representante de víctimas y la tercera debería haber ocurrido el mes pasado pero el fiscal del caso fue trasladado.
De momento el proceso no tiene fiscal asignado. El que llegue, tendrá que pedir plazo para conocer el expediente. Mientras tanto, el reloj de la impunidad seguirá corriendo a favor de Gerlein como suele suceder en Colombia cuando los implicados son poderosos.
P.D.: La semana pasada, a pesar de las evidencias, Julio Gerlein fue absuelto en otro proceso por el el delito de concierto para delinquir. El juez que firma la vergonzosa sentencia es un antiguo jugador del Junior de Barranquilla, el equipo de los Char.