Punta de lanza. A los generales de Colombia y a la heroína venezolana, Ana Corina Machado

Ilustración Agencia Mundial de Prensa

Solicita el columnista, ex magistrado Senén González Vélez, la publicación de la siguiente CARTA ABIERTA, y así procedemos en cumplimiento de los principios de este medio de incluir las opiniones respetuosas de todas las corrientes ideológicas

CARTA ABIERTA

Mis apreciados señores honorables Generales de la República.

He resuelto dejar mi Punta de Lanza a un costado, para enclavarla al lado en cuido y custodia de la bandera, del escudo, de la vida honra y dignidad de mi patria, para dirigirles estas palabras, no en el formato de un artículo, sino a través de esta misiva, a ustedes hombres de bien y de reconocida moral y ética militar, para que por sus dignos conductos les hagan saber a sus compañeros de armas, a los soldados, policías e infantes de marina de la Nación, el clamor del pueblo colombiano, con antelación a una tragedia anunciada.

Lo hago desde la distancia, como ciudadano que está en todo su derecho a clamar por la libertad, y por lo menos, por ahora, para poderlo expresar.

Los acontecimientos ocurridos en el vecino país de Venezuela, son el mejor ejemplo y argumento para decirles, que ninguna fuerza armada de ningún país del mundo, jamás podrá vencer el grito colectivo de un pueblo que clama por su libertad, tras titánica lucha de la heroína María Corina Machado, visible ante el mundo, como líder que enfrentó dignamente, al régimen oprobioso que maneja los hilos del poder en su país.

Tarde que temprano, la voluntad popular exige la aplicación de las Constituciones, que en el caso de Colombia, en su artículo 2o., dispone que las autoridades están en el deber de defender la vida, honra y bienes de los colombianos.

Cuando se está en presencia de un rebelde y confuso mandatario, como muestra serlo el presidente Gustavo Petro, no podría entenderse como replicar la historia de una desgracia, sabidos del ejemplo del vecino, para permitir que el mal se deje crecer, a imagen y semejanza de quien está a nuestro costado, y menos, cuando aún se está a tiempo para actuar y evitarlo.

Las Fuerzas Armadas venezolanas han sido cómplices solidarias con un presidente que, desde Chávez hasta la fecha con Maduro, no han demostrado otra cosa que rendirle culto a la apología del delito y la criminalidad.

Apreciados Generales ¿que podrán hacer las Fuerzas Armadas de Venezuela, con un pueblo rebosante de coraje, que enfrentan al tirano Maduro, a cualquier costo, por criminal, abusador de los derechos humanos, narcotraficante y corrupto? ¿Cuál podría ser la mejor respuesta de los generales y oficiales de aquel país, cuando hoy ya están develadas sus corruptas actuaciones, y en el menos vergonzoso de los males, son sujetos visibles de la complicidad?

No les queda sino dos disyuntivas: O bien reconocer su tardío error por haber respaldado a un dictador, asesino y tirano, asumiendo la condena por el resultado fatal de un pueblo decidido a tumbarlo, o plegarse las Fuerzas Armadas al grito de libertad que pide el pueblo, para que intervengan pacíficamente, ¿y abandone Maduro el poder?

¿Los sucesos de Venezuela son un corolario que nos permiten colegir que si presentimos que vamos camino al desastre y al desprestigio total de las Fuerzas Armadas y policiales, para que permitirlo, si aún lo podemos evitar?

Creo que es hora de tomar conciencia y nadie mejor que ustedes, distinguidos Generales y en su orden la escala de la oficialidad, para que lideren esta jornada por la dignidad de la Patria y de las Fuerzas Militares.

No vale la pena tirar por la borda 200 años de gloria militar por las amenazas de un Presidente, ante las ofertas que tratan de comprar los principios que jamás, tanto en los hombres y mujeres dignos, no tienen precio.

Atentamente

Senén González VélezToronto, Canadá, 23 d

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