Por Óscar Domínguez Giraldo
Nadie podría decir de él que estaba poseído por el demonio. Lo sensato sería pensar que el diablo era poseído por el loco Moisés.
Lucía un lapsus misterioso en un ojo. Era su cédula de ciudadanía porque nunca existió oficialmente para el Estado. A veces su ojo desobediente (bizco) era el derecho. Otras, el izquierdo. Eso dependía del cristal con que mirara a su interlocutor. O al contrario.
Moisés (¿Foto de Gonzalo Santamaría?)
La sonrisa no fue hecha para él. Le tocó lidiar un rostro arisco. En su cara jamás era domingo, lo que le importaba un carajo.
Nunca se supo dónde dormía Moisés. Se cobijaba con el cielo del municipio. No se le conocieron minucias como padres, amigos, manías, dietas, sitio de residencia. Jamás se dio el lujo cardiaco de una novia furtiva. Fácilmente habría confundido el amor con un policía acostado.
De pronto le daba estatus de hotel de cinco estrellas a las escaleras de Transportes Tamayo. Dormía y cuidaba los buses. Con los pocos ladrones que había entonces en Envigado con un ojo (el de vidrio, claro) bastaba para vigilar.
Tenía la mano derecha multada. Donde ponía la mano no volvía a crecer el diente. No admitía chistes en contra suya. Se alimentaba del clima municipal y de viento raspao. De pronto variaba la dieta y pedía gaseosa con pan y salchichón cervecero en alguna tienda. Nunca pagó la cuenta. ”Qué falta de respeto que atropello a la razón” cobrar lo que uno se come para saciar el hambre.
Con pocos se daba el afán de sincerarse, de sacudirse los fantasmas que tenía por pensamientos. En sus últimos días escogió al poeta William Jaramillo Mejía como su confesor y confidente. Jaramillo no ha soltado prenda sobre el legado que le dejó el loco Moisés. Y eso que somos cuñados.
Moisés domesticaba su espíritu y su vehemencia física tocando magistralmente la hoja de naranjo. Con la hoja en su boca era simultáneamente Lucho Bermúdez, Pérez Prado y Armstrong. “Que no falte Para Elisa”, de Beethoven, su obra maestra.
No tocaba cuando se lo pedían sino cuando se lo dictaba su corazón. En los buses daba conciertos en Na-ranjo mayor. Ay del que no se bajara de billete. También en la Plaza de Envigado, Santa Gertrudis, la patrona, paraba la oreja cuando a Moisés se le disparaba el artista que dormía en él.
Las palomas suspendían el vuelo para seguir desde primera fila el concierto. Las ceibas del parque – que tienen libro dedicado por el Brujo Fernando González- paraban las hojas. Los pensionados millonarios en tiempo libre celebraban la irrupción de algo nuevo, insólito, en su monótono menú diario.
En la plaza de Bolívar, en Medellín, más de una vez le robó clientela al maestro Joseph Matza, el Von Karajan de la sinfónica de Antioquia. Mínimo, lograba que mitad de los oídos estuvieran con el profesor y el resto con su hoja. Impuso la milimetría aplicada a la música.
No tenía amigos ni enemigos. La gente lo tenía como un oráculo, un misterio, o un juglar que encarnaba una mezcla confusa de fuerza física y mental. Algo así como un Rasputín de toda la cayana.
El filósofo Fernando González le pilló su debilidad: coleccionaba piedritas en las que Moisés, y sólo él, veía la imagen de la Virgen o de San Martín de Porres. Era su forma de prolongar su yo, según el Brujo de Otraparte.
Nadie supo si alguna vez estuvo cuerdo aunque desde su óptica los corridos de la teja éramos todos los que girábamos a su alrededor. El manicomio no se hizo para él, salvo que considerara al mundo como un patio lleno de locos sueltos.
Imposible pensar en un nombre para él que no fuera Moisés, como el primer gran tuitero que lo dijo todo en el párrafo de entrada del Génesis: “En el principio hizo Dios el cielo y la tierra”.
¿Qué tal nuestro Moisés llamándose Antonio, José, Carlos o Pedro? Su árbol genealógico empezó y teminó con él. Nada de apellidos envigadeños como Acosta, Tamayo, Garcés, Vélez, Arango, Escobar, Restrepo, Jaramillo. Nadie como él se parecía a su nombre huérfano de apellidos.
Apareció en sociedad cualquier día, ya adulto. Cuando murió (¿) era el mismo. Así como no tuvo juventud tampoco se dio el lujo tranquilo de la vejez.
Nadie sabe dónde están sus restos o si se pasó a vivir en otro sujeto. A lo mejor todos los que los que lo conocimos llevamos por dentro un pedazo de Moisés.
Cualquier día subió a bordo de sí mismo y se volvió noche, como dicen las abuelas tiernas de Envigado. El mejor homenaje a su leyenda radica en que cada envigadeño cuenta una historia diferente – totalmente verídica – del loco Moisés, que reencarnaba en Beethoven cuando soplaba una hoja de naranjo.
Envigado celebra su cumpleaños 249 este sábado 13 de julio de 2024, con una variedad de actividades protocolarias, artísticas y culturales para todos los gustos y edades. La programación se desarrollará desde las 8:00 a. m. hasta la 1:00 a. m. del domingo, de manera gratuita en el parque principal Marceliano Vélez Barreneche.
La celebración, liderada por el Concejo Municipal en alianza con la Administración Municipal, iniciará con una sesión de la Corporación y un desfile de comparsas.
Durante el día los envigadeños y visitantes podrán encontrar en el parque principal Marceliano Vélez Barreneche, los tradicionales mercados campesinos con toda la variedad agrícola que los representa, una feria de emprendimiento y corredor gastronómico.
El programa de televisión de la Alcaldía “Amor por Envigado” se transmitirá en vivo a partir de las 2:00 p. m., momento en el que comienzan también las presentaciones artísticas y culturales, entre las que se tendrán música de diferentes géneros como salsa, cuerdas, popular, plancha, entre otros.
El humor estará a cargo del Parcero del Popular # 8, quien se presentará con su stand up comedy, “Olor a barrio” a las 3:45 p. m.
Los niños y niñas también harán parte de esta celebración, se tendrá dispuesto para ellos, un espacio para la recreación con juegos y pintacaritas, esto será a partir de las 2:00 p. m.
Los amantes del ajedrez también podrán disfrutar de un torneo relámpago, además los jugadores del Envigado Fútbol Club, estarán presentes para celebrar también esta memorable fecha.
El 14 de julio de 1775 fue declarado como el día oficial de la fundación del municipio de Envigado, según el Acuerdo No. 027 del 28 de julio de 2003, emitido por el Concejo Municipal.
Mayores informes: https://www.concejoenvigado.gov.co/cumpleanos-de-envigado/ ó en: https://www.envigado.gov.co/noticias/este-sabado-13-de-julio-envigado-celebra-sus-249-anos