David Johns llegó a Colombia detrás de la mujer de quien se enamoró, sin sospechar el desafío migratorio que le esperaba. Músico de 72 años, nació en Soho, un famoso barrio de Londres, Inglaterra, conocido por su vibrante vida cultural y artística. Durante muchos años alquiló habitaciones a estudiantes extranjeros en su casa. En 2002 conoció a Olga Lucía Gómez, una colombiana que se hospedó en su casa mientras aprendía inglés. Aunque regresó a Bogotá al año siguiente, Johns la visitó en 2005 y se enamoraron. La pareja se casó, tuvieron un hijo y vivieron en Inglaterra durante 13 años hasta que en 2021, tras la pandemia, decidieron volver a Colombia, para vivir en una zona rural cerca de Bogotá. Desde entonces, Johns ha tenido que lidiar con los engorrosos trámites de visado, errores en la digitación de su nombre, múltiples falencias del portal web de Migración Colombia para agendar las citas para la expedición y renovación de su cédula de extranjería y, según él, hasta una propuesta a su esposa de un abogado de la Cancillería para ayudarle a agilizar el proceso si pagaba un salario mínimo colombiano (277 dólares). Como Johns, son cientos de extranjeros los que hoy enfrentan dificultades similares para regularizar su situación migratoria en Colombia.
El eterno trámite
De acuerdo con las leyes colombianas, un extranjero mayor de edad o que tenga una visa cuyo tiempo autorizado de permanencia en Colombia sea superior a tres meses, es decir, 90 días, está obligado a solicitar la cédula de extranjería ante la Unidad Administrativa Especial Migración Colombia dentro de los 15 días siguientes a su ingreso al país o a la expedición o renovación de su visado. El PAIS se acercó a la sede norte de la oficina de Migración Colombia para hablar con funcionarios y algunos usuarios extranjeros que, al igual que David Johns, han intentado realizar el trámite de la expedición de la cédula de extranjería, pero no lo han conseguido con facilidad.
Johns llegó a Bogotá en 2021 con una visa de turista, la cual renovó tres veces, cumpliendo con el límite legal de su estadía en Colombia. Al expirar este plazo, comenzó el proceso para obtener la visa de migrante y posterior a ello la cédula de extranjería, ambas válidas por un año. Tras recibir su visa, descubrió un error en la digitalización de su nombre. Los funcionarios de Migración Colombia le informaron que debía repetir el proceso, incluyendo el pago, argumentando que el error se debía a que Johns, al no saber español, no había entendido que debía revisar su nombre antes de autorizar su impresión. Desde ese día, la esposa de Johns lo acompaña a los trámites para servirle como traductora, dejando en casa a su hijo de 12 años diagnosticado con autismo, debido a que la última vez que lo llevaron a la oficina del norte de Bogotá de Migración Colombia, por su condición especial, empezó a gritar y a golpear las instalaciones del recinto, tras esperar tres horas a que los atentendieran.
Pasaron más de 15 días y Johns seguía teniendo problemas para hacer nuevamente el trámite de la visa, por lo que hablaron con un funcionario de la Cancillería que vive en la vereda donde residen. Según la pareja, este les ofreció ayudarlos a cambio del pago de un salario mínimo (unos 277 dólares). Johns se negó y, según narra su esposa, le dijo al señor que era un “corrupto”. Después de un tiempo, Johns obtuvo la visa de migrante e inició el trámite de la cédula de extranjería por la página web de Migración Colombia, la cual solo está habilitada los domingos desde las cinco de la tarde para agendar la cita para su expedición por primera vez o su renovación. Según Jhons, el portal que presenta múltiples fallas al momento de seleccionar una fecha; no queda guardada y causa incertidumbre sobre el agendamiento. Sumado a esto, no se entregan a los 15 días estipulados en la ley, generando la imposibilidad de realizar trámites comunes como transacciones bancarias, pues al no tener la cédula de extranjería, no es permitido.
Yassin Kamil, de 31 años, nacido en Marruecos, al norte de África, también llegó a Colombia en 2022, tras haberse enamorado de una colombiana a través de la red social Facebook. Llegó solo con el pasaporte, debido a que las relaciones internacionales entre su país natal y Colombia establecieron la no necesidad de una visa. Kamil se quedó inicialmente 3 meses en Bogotá, luego realizó el trámite de prórroga para quedarse otros 3 meses más. En ese momento, se casó con la colombiana con quien vive ahora en la capital colombiana. Kamil lleva un tiempo buscando la cédula de extranjería. “No hay citas desde hace 8 meses”, dice a este diario. Kamil, tras llevar varios domingos en la búsqueda de la cita por internet, decidió ir personalmente a obtener información a la oficina de Migración Colombia al norte de Bogotá. Pero salió de la misma forma en que llegó: frustrado. Una funcionaria de Migración Colombia le dijo que tenía que seguir intentando cada domingo hasta lograr reservar la cita.
Juan Diego llegó hace tres años a Colombia, dos semanas antes de que comenzaran las protestas contra el Gobierno de Duque por su insistencia en aprobar una reforma tributaria que incrementaba los impuestos a productos básicos. Pese a esa rebelión que supuso un congelamiento del país, obtuvo con relativa facilidad la visa de trabajo y poco tiempo después la cédula de extranjería. Se la dieron en apenas una semana. Ahora, sin embargo, está a la espera de algo que no parece que se vaya a ocurrir pronto. Esto le ha generado un problema importante: no puede acceder a su cuenta de banco. Se la bloquearon por un pago fuera de Colombia y no puede desbloquearla porque le exigen la cédula actualizada. “Es un problema muy grande, ese atasco nos complica mucho la vida. Mi experiencia con migración Colombia ha sido muy buena, el proceso para obtener la visa ha sido sencillo y lo he hecho yo mismo en una hora, sin pagar a abogados que me pedían tres millones de pesos por uno mismo. No tengo una mala opinión de la burocracia Colombiana, al menos a lo que respecta a migración. Pero este contratiempo sí está generando situaciones muy difíciles para gente que en muchos casos no tiene familia ni red de apoyo en el país”, dice Juan Diego.
De Thomas Greg & Sons a la Imprenta Nacional de Colombia
Este diario habló con Jefferson Mahecha, un asesor de migración Colombia, quien dice que hace dos meses cambiaron el sistema de citas para la expedición de la cédula de extranjería, en parte por el cambio de proveedor, pasando de Thomas Greg & Sons a la Imprenta Nacional de Colombia. “Antes se agendaba todo el mes, ahora solo los domingos”. Mahecha también mencionó a este diario que hace unos meses, se contaban cinco días hábiles desde la solicitud hasta la entrega de la cédula de extranjería. “Ahora son de 10 a 15″ asegura el funcionario.
A partir del jueves 2 de mayo, la Imprenta Nacional de Colombia, una empresa industrial y comercial del Estado, asumió el contrato para la producción y distribución de las cédulas de extranjería en el país. El presupuesto inicial para este proyecto es de 2.868 millones de pesos, destinados a un periodo de ejecución de trece meses. Esta decisión se tomó después de que Migración Colombia cancelara el proceso licitatorio el 21 de septiembre de 2023. La cancelación se debió a que los dos oferentes en ese momento, Cadena S.A y Thomas Greg & Sons, indicaron que el plazo estipulado no era adecuado para cumplir con los requisitos exigidos. Por lo tanto, la entidad decidió retomar el proceso de producción y personalización de cédulas de extranjería en el país mediante un método de contratación directa. Fernando García Manosalva, director de Migración Colombia, explicó en una rueda de prensa en febrero pasado que se tomó la decisión de adoptar un proceso no convencional, optando por colaborar directamente con la Imprenta Nacional de Colombia.
El 22 de marzo de este año, la Imprenta Nacional firmó una Alianza Estratégica con Accesos Holográficos, una empresa mexicana, con el propósito de producir 15,000 cédulas de extranjería. La alianza estableció un precio inicial de $832 millones para la fabricación de cédulas preimpresas y sin personalizar, las cuales luego la Imprenta Nacional se encargaría de completar y distribuir a los ciudadanos extranjeros que las requieran. Según el contrato publicado por el periodista Jorge Espinosa en sus redes sociales, la ejecución de la producción debía comenzar el 30 de abril de este año, es decir, iniciar la entrega de las cédulas. Sin embargo, esto no ha ocurrido debido a que Accesos Holográficos no dispone de los equipos ni la tecnología necesarios, y no ha logrado cumplir con los estándares mínimos exigidos por Migración Colombia. Han surgido problemas con el código de barras, la huella dactilar y la fotografía. Al comparar las cédulas de extranjería fabricadas anteriormente con las que están intentando producir ahora, es evidente una notable diferencia en la calidad de impresión.